Ya casi paso un mes…

El viernes próximo se cumple el primer mes de lo que paso en el Sur Este Asiático y aun no dejo de sentirme fatal e impotente.

Hoy leía la edición impresa del periódico “El país” y el corresponsal en Banda Aceh escribía “¿Cómo le pueden quedar ganas de reírse? “Porque ya no me quedan lágrimas, y, si mi vecino me ve triste, se va a poner peor.”

Dice el corresponsal “Más de treinta años de conflicto y de pésimas condiciones de vida han enseñado a esta población a encajar los golpes. Pero éste es demasiado fuerte, tanto que muchos habitantes de Banda Aceh tiene la sensación de irrealidad de la que tardarán en despertarse”.

Como nosotros desde nuestros cómodos sofás de los llamados “países ricos” vemos a la distancia estas cosas. Los conflictos armados del mundo que están ahí, donde la gente se mata por el poder, no por otra cosa, ya sea político, religioso o lo que sea. Esta gente que durante 30 años vivió así, en conflicto, va y un maremoto les produce lo que les ha producido.

Nosotros también creo “vivimos en una sensación de irrealidad” pero distinta. Vivimos en la irrealidad de pensar o sentir que somos “distintos” a esa gente. Que eso nunca lo vamos a sufrir, porque vivimos “en el primer mundo”. A quien se le habrá ocurrido esa definición (¿alguien sabe? Siempre me ha puesto los pelos de punta)

Somos distintos por que hemos tenido la suerte de nacer donde nacimos, pero nada más. Sentimos y respiramos como esa gente. Lo que les pasa a ellos nos afecta también a nosotros.

Entonces ¿porque no ponemos soluciones a estas cosas? Y no digo a estar preparado para un maremoto, eso se puede prevenir para que cause menos daño pero contra la madre naturaleza poco se puede hacer. Soluciones a nivel mundial contra el hambre, contra las guerras, contra…. Sonara tópico lo se, pero siempre me pregunto ¿Por qué?

¿Por qué se gasta tanto en armamento?¿porque no se usa ese dinero en comida, en planes de ayuda social, en lo que ciudadanos de países más pobres puedan necesitar?¿porque… porque?

Nosotros los del “primer mundo” vivimos en una sensación de irrealidad pero de enfermiza irrealidad. Si te pones a pensar, es más sano la sensación de irrealidad que esta gente de Banda Aceh vive ahora, pues aunque sea producida por semejante dolor, significa que valoran la vida y el vivir, y ponen su energía en superarlo, como se pueda eso si. Nosotros seguro lo solucionaríamos con anti-depresivos. Ya se los damos hasta los niños para que no se depriman por no tener el mejor juguete o no ser como los cuerpos de las revistas. ¿Que les daríamos si les pasa algo como a la gente de Banda Aceh? Mejor ni pensarlo.

¿Que hacemos? Vivimos en una irrealidad, en la irrealidad de pensar que estamos nosotros y los de allá. “Los del primero y tercer mundo” Eso si que es irrealidad. Porque “el nosotros” también involucra a los de allá. Comprometámonos a ser solo “nosotros”, y así por poco que sea, la irrealidad se convertirá en realidad. Lo que les pasa a unos es responsabilidad de los otros en solucionarlo o aportar soluciones. Así seremos todos “nosotros los del único mundo”

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