No soy amante de los musicales, me gusta más la opera. Pero bueno, tuve que elegir un regalo de navidad para alguien que lo tiene todo, y no se me ocurrió mejor idea que entradas para ir a ver Cabaret o Mama Mia. Menos mal Eligio Cabaret.
Luego de mucho esperar, ayer fuimos a verla.
Lo sintetizare, la puesta en escena 10 puntos, el teatro fantástico. Las niñas del coro, no se si por exigencias del guión o no van descortinadas en sus bailes. Si es por el guión, me resultaría normal, porque si debían representar la decadencia del Berlín antes de la guerra. Pero no estoy muy seguro.
El vestuario más o menos., tirando a pobre.
Hay una historia agregada muy “pastelito” entre el amor de dos ancianos, ella alemana y el judío (ya se deduce en que termina la historia). Con unas canciones, como dije antes “pastelitos”.
El actor “Manuel Banderas” es demasiado soso para ese papel, y el cantar mejor ni hablar.
Ella, en el papel de Sally Bowles, bien, correcta. Impresionante su físico y como baila. La vos correcta.
Lo mejor de todo, la orquesta y el maestro de ceremonias se come la obra. No era el actor principal, era el sustituto pero impresionante también.
Solamente por verlo a él valió la pena ir.
Es larga, dura casi 3 horas, eso si con intermedio y copa en la mesa.
Te sentas en mesitas, como en un cabaret y al final la ciática por lo incomodo del asiento se hace sentir. Pero bueno es un toque de realidad.
Conclusión, yo fui la que tuve la idea, así que me la tuve que bancar.
Por suerte en dos semanas voy a ver Lohengrin de Wagner al Real, así me vuelvo a amigar con lo musical.