La semana pasada, no recuerdo en que blog, leí algo sobre que le gustaría que pusieran en su lápida. Y llevo toda la semana pensando en que me gustaría a mí.
Cuando uno ha tenido una pérdida de alguien muy querido recientemente estos temas son recurrentes.
Bueno a mí me sucede hace un tiempo. No porque quiera que mi entierro este cerca, al contrario. Pero después de pasar semejante dolor, y sobre todo de sobrellevarlo lo mejor que se puede, estos temas los veo como lo más natural.
Todos llegaremos a ellos antes o después, nos guste o no.
Mejor verlo como algo natural.
Sinceramente no tengo ni idea que me gustaría que pusieran en mi lápida. Ni quien fuera a mi entierro.
Calculo que la gente que me quisiera o mis amigos. Mi perro quizás si en esa época tengo uno.
¿Cómo se puede resumir en solo una frase la vida o la forma de ser una persona? Porque evidentemente una lápida no tiene mucho tamaño.
Algunos pondrán algo tópico posiblemente…
En la mía no tengo ni ida que se puede poner.
¿Buena persona? Tópico.
Quizás un verso de alguna poesía de las que me gustan. No tengo ni idea.
Pero lo más importante, es que yo quiero que me incineren para que me hago tantas boludeces mentales?
Buena pregunta si señor. La pregunta está mal planteada, debería preguntarme ¿Dónde quiero que tiren mis cenizas?
En el mar.
Precisamente hoy he leído sobre el tema de los epitafios en otro blog, de los epitafios que había en tumbas de escritores.
Algunas son muy curiosas y hasta con sentido del humor.
Yo tampoco sé que pondría en mi lápida, de hecho tampoco sé si quiero que me entierren o me quemen o donen mi cuerpo a la ciencia.