Mi vida esta ajetreada esta semana pero más tranquila que en los últimos post.
Yo con los años creo haber ganado en serenidad ciertamente. Creo que se consigue más con dialogo y serenidad que con gritos.
El otro día, ante la perdida de los nervios numero xxx, ya ni recuerdo cual de mi cliente, me decía que se sentía mal.
Yo le contesté que lógico, que no se podía estar siempre enfadado con todo o explotar cada dos por tres. Que se debía serenar y ver las cosas desde otra perspectiva, pues su cuerpo le iba a pasar factura.
Y dicho y hecho. Hace una semana exploto del todo, y la llorina al teléfono duro 43 minutos, de reloj. Se cuanto, pues me toco a mi escucharla y estaba almorzando. Cuando corte, la comida estaba fría y la tuve que calentar en el microondas.
Como consuelas a una persona que es la que te tiene de los nervios, y que te ha dicho verdaderas barbaridades. Como dejas de lado, el rencor que te produce el dolor por los insultos?. Pues como bien puedes.
Yo solamente escuche, intenté consolar a la distancia. Me preguntó si yo no estaba también de los nervios.
Y serenamente le contesté, que sabia que las cosas terminarían bien, porque la experiencia me decía que así sería. Ya estaba acostumbrada a los nervios de última hora.
Cuando corté me puse a recordar a cierto colega que decía que la que mejor llevaba las prisas finales era yo en el grupo de ese momento, pues con mi actitud calmaba a todos y los ponía en marcha, produciendo más. Me lo tendré que creer, pues así ha sido esta vez también.
Ante la catarsis de mi cliente, he podido retomar las riendas del proyecto pues me ha devuelto el espacio y en 10 días máximos lo termino. Quedara de vicio.
Me ha costado un poco enderezarlos a todos, pero con un poco de estrategia emocional, les he tocado la fibra sensible de la superación personal, y todos están funcionando a las maravillas. Armas femeninas la llaman algunos. Alguno intentó seguir boludeando como hasta ahora, pero o lo tomaban o se iban y no cabía ninguna opción más. Eso si, ni un grito.
Mi cliente ahora es un cliente modelito, que vuelve a lo que nunca se debió haber perdido, relación cliente-jefe de proyecto.
Pero bueno, todo en la vida tiene altos y bajos, lo importante es poder volver al medio.
Eso si, la catarsis mía la haré cuando termine, y me vaya de vacaciones, me tire en una playa sin teléfono, buena compañía, un buen libro y un mojito.
Hay recién me quedare tranquila.
Como siempre dice mi compañera: “Se consigue más con mieles que con hieles”. Con las prisas y el mal humor no se va a ninguna parte.