Ya llevo tres días sin agarrar un cigarrillo. Reconozco que me estoy esforzando y me esta costando mucho.
Pero ayer CECI me contó una historia que transcribo aquí que me ha hecho pensar mucho…
“Había una chica en mi oficina que sólo conocía de vista, por coincidir en el pasillo de los fumadores y comentar lo duro que le estaba resultando lo de dejar el tabaco. Como estaba intentando dejarlo, no llevaba fuego y siempre lo pedía a un amigo mío. De eso la conocí, bromeando sobre la mierda del tabaco.
Ella iba en uno de los trenes del 11M y murió.
Siempre recordaré esos esfuerzos baldíos para nada.”Me ha dejado fuera de juego con lo que me cuenta, porque si hay algo que mi cabeza esta continuamente diciéndome es “tanto esfuerzo?
Sinceramente eso pienso yo en muchos temas, no solamente con el cigarrillo.
Uff que dilema.
Con el cigarrillo me encantaría poder fumarme uno de vez en cuando sin dependencia, me gusta fumar. Pero se que es imposible. Uno y de vuelta a la rutina de paquete diario.
Ahora estoy más tranquila, ya he terminado el trabajo que me tenía loca estos meses, así que creo que lo podré dejar. SI me agarran ganas, me voy a la calle o a la piscina y listo. Bueno y más barato, me tomo un vaso de agua fría.
No se porque pero este truquillo me va bien.
Lo que peor llevo es salir con los amigos. Por suerte, me tiran una mano, y no me dejan agarrar ninguno cuando estoy con ellos, eso si, fuman como carreteros casi todos los que me rodean.
Fuerza de voluntad, no necesito más.