Hoy he visto el jardín de mis sueños. Lo he visto en una película, pero me he quedado enamorada.
Un jardín pequeño, entre la casa y la valla de piedra, con puerta de reja de hierro.
Lleno de flores, silvestres algunas. No se veía del todo, pero me lo imagino con una fuente en la pared, donde el agua cae y lentamente se desborda por ella.
La brisa de la tarde, mueve las plantas, y un gran árbol, quizás un limonero legendario da sombra sobre ellas.
Grandes lirios, gardenias, margaritas y un monto de flores de distintos colores. Lo que no tendría sería rosas. Me gustan en un florero, pero no en su planta. Los rosales no son bonitos para mi.
Para regarlo, una gran regadera de latón plateado.
Un gran ventanal desde el salón de la casa serviría de escaparate al jardín.
La película transcurría en una villa italiana en la Umbría. No me extraña que tenga semejante jardín.
El jardín de mi sueño, no me lo imagino ordenado, para nada. Al contrario, que diera la impresión de desorden, aunque se debería pensar un poco en ordenar las plantas por floración.
En fin, como no vivo en una villa italiana, ni en la campiña, me conformo con mis macetas, humildes si, pero donde ya algunas de mis múltiples azaleas han empezado a florecer. Luego del caluroso verano, esto me indica que en no mucho tiempo el clima cambiará.
Las azaleas florecen casi todo el otoño, invierno y primavera. Pero casi nunca en verano. Es cuando se regeneran.
No se si han notado, que los árboles de la calle ya están perdiendo las hojas. Dicen que es por la sequía. Los árboles sienten que el otoño se acerca. Es como si el tiempo los estuviera engañando.
Creo que pasa lo mismo, las azaleas de mi humilde jardín. Yo seguiré soñando con el jardín de la película. Me tendré que ir a vivir a la campiña italiana para tenerlo? No sería una mala idea, no señor.
El jardín de mis sueños
