Decir basta

Hoy he tenido que hacer algo que no quería hacer pero que al final hice. Se ve que de algo me ha servido la experiencia nefasta que he pasado hasta julio con el trabajo.
A fines de julio, una persona se puso en contacto conmigo desesperada para que le ayudara a hacer una reforma de su oficina, pues la obra del edificio que estaba pasando la ITE, llevaba dos años de retraso.
Hace más de un año, la oficina ya estaba arreglada, y al arquitecto de turno se le ocurrió hacer micro pilotaje y vuelta a romper.
Hacerme cargo de este trabajo en vacaciones, era un tema. Pero busque la gente y comprometí a todo el mundo. Y sobre todo, me comprometí con la persona que me contrató a terminarla a fin de Agosto, que luego fue la semana del 10 de septiembre.
También era una manera como achuchar a la empresa que esta encargada del edificio para apurarla desde atrás.
Pues nada, empezamos.
La persona encargada de lo gordo, yo la conocía de otro lado, pero en realidad a ordenes directas mías no había estado nunca. La persona que trabaja habitualmente conmigo se fue a ver a su familia a Polonia y no vuelve  hasta mediados de Septiembre.
Al principio todo bien, pero hace dos semanas la cosa se empezó a relantizar de manera tal, que se comenzó a cabrear todo el mundo.
Sinceramente yo me fié demasiado, algo por cansancio, algo por comodidad o algo por las visitas en casa.
Pero ayer fue la gota que colmó todo. Pase por ahí, y tenían que hormigonar un forjado a la tarde.
Cuando llame para ver si estaba hecho no me contestaban el teléfono. No existe cosa que mas me pone de los nervios es que la gente te haga esto, pues ya lo tenia calado. Cuando no había hecho lo convenido o no estaba donde debía estar no contestaba. Hoy ya ni con el teléfono encendido.
Me llamo recién al medio día, y en 15 min. de charla dando excusas como siempre, “pues estoy a diez minutos, por favor recoge todo que voy a buscar las llaves. Esto se acabo.”
Llame a otro, pregunte si podía seguir, quede para ver la obra. Llame a mi cliente, le dije lo que había pasado y lo que haría. Se quedo un poco de piedra por mi reacción, pero la aceptó. En definitiva, ella confió en mi para sacar esto adelante, como dicen por ahí, mi reputación laboral está en juego.
Luego de 3 horas de quedar, ver, programar y comprometer de vuelta a estos nuevos, solucione el tema, o eso espero.
Pero ahora estoy como si me hubieran apaleado. Es increíble la informalidad  de la gente. No me gusta echar a la gente, pero te toman el pelo como si nada. Primero es la excusa del coche que no va, otro día que la gente esta de vacaciones, otra que les duele un juanete. Y los días se van, los clientes se cabrean y ala como si nada.
Yo no se si la persona que me contrató volverá a confiar en mi, porque ahora esta muy cabreada, pero aunque sea que no quede por rectificar el tema.
Conste que al que eche, le he dado mil oportunidades, hable con él, ofrecí soluciones, y a todo decía… vale, vale, no te preocupes, no hay problemas.
Pero los problemas siguen y te quedas con la sensación de gilipollas que te están tomando el pelo.
Lo que más me jode de todo es que la persona que se fió de mi, tenia más cosas para darme y comprendería que no me las diera. Su marido ya solo me dice buenos días.
En fin, habrá que esperar terminar esto y ver si mi reacción por solucionar el problema tiene su fruto sino como dicen los franceses “cet´s la vie” o como se dice en España “a joderse”.

4 comentarios en «Decir basta»

  1. Hay bastante gente así y al final uno se cansa, es lógico, la paciencia tiene un límite y además la que queda mal luego eres tú. Espero que finalmente todo se resuelva.

  2. Caray, lo siento…

    Pero entiendo el punto, en varias ocasiones me a tocado dar unos cuantos gritos y mas manoteos para que se entienda, de que no puede haber fallas, y por mi trabajo, hay una oportunidad, se es tajante y sino, bye bye.

    Asi que entiendo como estas, espero te sientas menos apaleada y todo pase rapido, animo.

    Saludos

    El Enigma
    Nox atra cava circumvolat umbra

  3. Vale, vale no hay problema pero el responsable con el agua el cuello, en fín. La decisión es adecuada, pero hay que hinchar mucho las pelotas para que tomes ese riesgo. Espero que los nuevos te respondan. De todas formas creo que en el sector que trabajas es normal. Nunca se cumplen los plazos y si no, que se lo pregunten a Fomento, asi que el cliente tendrá que tomarse una aspirina y relajarse. Y tu otra., je,je. Saludos.

  4. Vaya! te entiendo! sobretodo por el tema de “responsabilidad”, mi trabajo depende también de otras personas, y cuando me “comprometo” a algo porque tengo un planning que depende de otras personas y estas no llegan…me saca de los nervios…
    Que pena lo único que pueda hacer es ponerme colorada delante del cliente y echar un medio rapapolvo al proveedor!
    Ánimo chica! seguro que tomaste la decisión correcta…pero..no te despistes! y aprieta desde el principio… 🙂

    pd.- Por la zona dónde vives voy bastante, quizá nos veamos alguna vez!!! muchos besos!

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