Ayer fue un día ideal para hacer cosas que nos encanta a las chicas, salir de compras.
Se presentó lluvioso, gris, húmedo, conclusión horrible.
Yo logre escaquearme de un compromiso laboral matinal con un llamado de teléfono y nos fuimos con una amiga de compras al centro, a Sol.
Yo no llevé el paraguas pues pensé, mi amiga lo llevará. Ella pensó lo mismo, por lo tanto, ninguna con paraguas, nos mojamos, mejor motivo para meternos en las tiendas.
Ni coche, ni chicos, solo caminar, mirar y comprar si se terciaba.
Nos hemos recorrido todas las tiendas de la zona, incluido el Corte Ingles, zapaterías, etc. Hasta nos maquillamos probando los nuevos rimels del mercado.
Nos hemos probado ropa carísima que nos gustaba, y que obvio no compramos. Hasta nos pasamos por Carolina Herrera como si fuéramos a comprar algo. Había una falda larga a cuadros de tafetán con una camisa plisada de raso rojo, una pasada, me quedé enamorada. Creo que en alguna revista la he visto a ella con ese conjunto. Pues no tengo ningún evento importante para tanto lujo estos meses, así que solo soñé con comprármelo. En realidad ni quise ver el precio para pensar que podía adquirirlo.
Hasta pasamos por la Fnac, a buscar el último libro de Asterix para completar la colección.
Cuando nos dimos cuenta, eran ya las 3 de la tarde, y se nos ocurrió comer algo e ir al cine a la primera sección.
Fuimos a ver Sereniti, película de ciencia ficción, o mejor dicho un westerm futurista, porque no hay extraterrestres, solo humanos pero en el siglo 25. Está bien, es divertida y distinta, ideal para un día de lluvia.
Cuando salimos eran ya mas de las 6, y nos volvimos, caminando, viendo más tiendas y mojándonos porque comenzó de nuevo a llover.
No compramos muchas cosas, yo solo una falda y los zapatos que buscaba no los vi. Este año lo voy a tener chungo para encontrar unos que me gusten no hay manera.
Pero nos lo pasamos en grande, cuando llegamos a casa, unaCoronita, y marcar el bajo del pantalón que se compro mi amiga.
Marujeo total. O mejor dicho, cosas de chicas, sin agobios, sin hablar de trabajo y sin hombres que se queden en las puertas de las tiendas con cara de que cruz, cuando terminas.
Ellos en casa viendo pelis o durmiendo la siesta.
Creo que no hago esto desde hace mil años, este año es la primera vez.
Tengo que hacerlo más a menudo, me lo pasé en grande y a las 10,30 de la noche ya estaba tan cansada que me quede dormida en el sofá. Ni cené.
Hacer algo distinto a la rutina diaria es terapia, si señor.
jajajaja!!
Iba a postear esta tarde sobre mi recién estrenada máquina de coser. He subido los bajos de 4 pantalones y estoy encantada de la vida.
Pero me parecía un tema tan poco glamouroso para comentarlo…jajajaja
Qué buenas las kedadas con amigas!!
Un westerm futurista en el siglo 25, joer eso no quiero perdermelo, lo de las tiendas realmente me cansa, mis patas de pollo alienigena son muy delicadas para esos menesteres.
P.D. Además sois lo peor, os probais la ropa sin ninguna intención de compra, que horror. Lo extraño es que te diese tiempo a todo y llegar a demás a las 10,30, no sería pa tanto, entonces.
De la lencería, ni hablar claro, joer.
recnozco que ir de compras no es mi fuerte. No me gusta, y menos ir acompañada, me agobia el hecho de que alguien pueda estar esperando por mi mientras miro y remiro lo que me pueda gustar.
Sólo lo hago con una amiga, somos igual de rápidas y tenemos gustos parecidos, lo mejor es el café de después, porque siempre salen charlas interesantes.
🙂
muchos besos
pd.- siento no haberte saludado en días, tengo curro :-(. Pero te eché de menos :-).