De repente, y luego de muchas comeduras de coco esta semana a nivel laboral, me he dado cuenta que “yo tengo el poder”.
Uis, y eso que no soy Heman. (se llamaba así? Pues no me acuerdo. )
Me quede medio dormida en el sofá, bueno medio no, súper dormida después de comer. Ay la bendita siesta española, que bien.
Cuando me he despertado me he dado cuenta así como si nada que las cosa al final siempre tienen el punto de vista de cómo las miras.
Me he sentido agobiada con este tema muchos meses, y más esta semana. Pero ahora nada depende de mí. Ya no es mi problema. Es el problema de ellos.
Y pasaré a la resistencia pasiva.
Hablaremos cuando me de la gana a mi y si tengo ganas.
Si no es una persona de honor, cosa que va por ahí dándose corte pero demostrando que no lo es, a otro tema.
El gran financista, el gran hombre de negocios como dice que es.
Pues aquí “la jovencita” pasará de él como agua de mayo.
Se que esta actitud mía tendrá su costo, pero como dice un buen amigo “al final a que se reduce: a dinero”.
Decía Napoleon, “L’argent, L’argent, L’argent”.
Pues sí, al final todo se reduce al dinero. El simple metal.
No le ha importado la gente, ni los sentimientos, ni el esfuerzo, solo el dinero.
Yo cumplí con todo lo que tenía que hacer. Que se podría haber mejorado? Pues sí, como todo en la vida se podía haber hecho mejor. Pero ya está terminado. Es más, soporte lo insoportable porque le di mi palabra de terminar, y me considero una persona de palabra.
Que quiere pelea, porque así junta adrenalina, o mejor dicho porque es un miserable? pues que se las casque con una nuez porque seguro con dos cascaritas le alcanzan.
Por lo tanto, pasando página que hoy al fin voy a ver a Carlos Álvarez cantando en el Teatro Real, Don Giovanni.
Eso es vivir y trabajo es trabajo, que le den.
Distinguida y genuina lukre, espero que Don giovanni y la música creativa de Mozart, te ayuden a buscar una solución creativa casi sin darte cuenta, así como que no quiere la cosa, al pan pan y al vino, rosas. Saludos.