Hoy he visto algo que nunca había tenido el gusto. He ido a la Opera, ya saben que de vez en cuando voy porque me gusta. Pero he visto una ópera sinfónica.
La orquesta pasa al escenario y los que serian los cantantes están en primera fila. He visto Elena la egipcia, de Strauss.
Una ópera rescatada del olvido, que han vuelto a representar ahora. En el Real estuvo solo el 9 y hoy.
Esta bien, la música fenomenal, cantada en alemán, pero bueno la música lo suplía.
Ya lo he comentado en algún post, que la opera cantada en alemán es más dura por el idioma.
Pero la música era fantástica. Me encanta ver desde arriba la orquesta sobre el escenario, ver los detalles de los instrumentos, de los que los tocan. Cuando están en el foso es más difícil verlos.
A lo que iba. He intentado usar la imaginación y siguiendo el texto (traducido obvio porque yo de alemán ni pipa) me he imaginado las escenas, el escenario, la puesta en escena.
En algún momento eche en falta un cuaderno y mis lápices de colores, porque creo que en mi cabeza diseñe un mundo mágico. El tema transcurre debajo del agua, y el argumento es algo confuso. Creo que el señor Strauss estaba algo bebido cuando lo escribió, pero me dio pie para imaginarme un montón de cosas. Creo que me gustaría alguna vez diseñar el decorado y la puesta en escena de algún espectáculo, y si es de ópera mejor.
Ha sido una experiencia distinta. Me ha gustado, pero por suerte la próxima que voy a ver es la Boheme de mi preferido Puccini, en italiano y con puesta en escena.