Continuando con mi post del día 23
Donde tengo ganas de escribir, pero no se de que. Pues seguiré con el tengo ganas.
Tengo ganas de empezar a cuidarme un poco más. Este año ha sido un desastre. Yo siempre comento en broma “necesito alguien que me cuide”.
Quien no quiere a alguien cerca que se preocupe y te cuide? A todas las edades queremos alguien así.
Con las edades que una, la que escribe este post, empieza a tener, ya no puede seguir soñando con improbables. Me tengo que cuidar a mi misma. Pero soy de un vago para esto, uff.
Yo siempre he pensado que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos. En mi caso, este año, así ha sido.
Sigo fumando, menos pero sigo. Cada día como peor. Tengo la orden para una revisión que tenia que pasar en octubre, y al día de hoy ni me he molestado en hacerme los análisis. El pilates este mes no dio la clase, posiblemente porque yo esboce una falta de interés, porque si hubiera dicho si cuando me preguntaron, la clase la hubieran dado. Quizás no esta semana, pero si las otras tres. Me hubiera venido fantástico hacerlo, porque me siento que las articulaciones se empiezan a atrofiar. Por suerte la semana que viene ya vuelve.
Y ojo, no estoy hablando de buenos propósitos para el año que viene, que va. Tengo que cambiar el chip mental con estos temas. Me tengo que cuidar más a mi misma, con las cosas básicas. Ya no tengo 20 años, quien quisiera. Tengo que empezar a cuidar más mi cuerpo, mi caja de resonancia.
Ayer tomaba el te con dos amigas y una comentaba a la otra como ha cambiado la forma de comer.
Una se quejaba de que estaba engordando, la otra le explicaba como había cambiado sus hábitos alimenticios de manera que comía de todo y nunca tenia hambre. Yo escuchaba.
Tengo que reconocer que esta amiga la conozco hace más de 10 años y aunque trabaja muchísimo, está fantástica. Creo que si bajara un poco el ritmo de trabajo tendría el equilibrio que busca. Tiene la mitad del camino hecho. Se cuida.
La otra, la que se quejaba, tiene un marido que es súper flaco y come como una lima nueva como se dice por ahí. Ella no tiene su misma forma corporal, pero le sigue con el volumen de comida, obvio va a engordar. Lo que pasa que llevo ya dos o tres años escuchándola quejarse, pero nunca hace nada para solucionarlo, solo comprarse ropa de talla un número más año a año.
Y yo, que en los últimos 7 años he pesado lo mismo, kilo arriba, kilo a bajo. Cuando deje de fumara hace 7 años, engordé unos kilos que nunca he bajado, pero que tampoco se han incrementado, por suerte. Eso si, “los wachitos” se deben haber sentido muy a gustito donde se instalarón, porque aun siguen ahi.
Lo que siempre me dice mi madre, no es la cantidad sino la calidad de la comida lo que engorda. Si yo tuviera a alguien que me preparara la comida a diario, vaya si no los hubiera bajado. Cuando mi madre viene de visita o voy a su casa, ella se encarga de la cocina. Y os puedo asegurar que como más que lo habitual, mejor y termino bajando unos kilos sin esfuerzo.
¿Mamá cuando vas a venir?
no desesperes.
algunos somos buenos amos de casa
;o))
un beso