Tengo ganas de aun seguir teniendo ganas de hacer determinadas cosas. Muchas ganas de por ejemplo ponerme un par de esquíes, abrigarme, ponerme mis manoplas color lilas y deslizarme por una pendiente de nieve polvo. Si hay sol mejor. El frió me da lo mismo.
Recuerdo hace muchos años una vez que estuve, de las de tantas, en el Catedral en Bariloche esquiando por una de sus pistas. La helada que había caído era como las de ahora, -12. Venia por la nieve polvo, como siempre por esa época, ahora soy más burguesa en mi esquiar. De repente una placa de hielo. El viento había levantado la nieve dejando a la intemperie el hielo. A la velocidad que venia di un patinazo que no pude controlar.
Empecé a caer dando vueltas, perdí los esquíes, los bastones, las gafas, pero lo peor de todo que no podía parar. La pendiente era más o menos pronunciada, era una pista roja, con el hielo era imposible, no había manera de agarrarse a nada. El verdadero problema era que al final, sino girabas, la pista lo hacia, me esperaba un precipicio o algo parecido lleno de rocas.
Detrás mió venia un instructor que estaba dando clase cuando vio mi caída. Salio pitando detrás mió a ver si me podía parar, pero imposible.
Lo que me salvo de caer volando de una altura de más de 30 mts, fue un cacho de piedra que se alzaba al límite de la pista. El golpe fue tal que me quedé atontada. Por suerte no di con la cabeza en la piedra.
Cuando reaccione, tenía a 1 médico y dos camilleros intentando ayudarme.
Ni se cuanto tiempo estuve inconciente. Pero lo más milagroso fue que no me hice nada de nada, solo el golpe contra la piedra que me dejo algún que otro moretón, nada que un buen baño caliente, dos aspirinas y un buen sueño no curaran. Al otro día estaba esquiando de nuevo. Pero desde ese momento he sido más cuidadosa con el hielo.
He hecho muchas locuras esquiando. Ahora soy más conservadora o como yo me llamo “más burguesa” en mis gustos. Prefiero ir a mi bola, con mi música, parar a tomarme un cafecito en algunas de las cafeterías de la estación, cuanto más arriba mejor, eso significa que hay menos gente. Un sitio que me gusta para hacer esto es Cerler.
En la Collareta de Ampriu, hay una pequeña cafetería que tiene una vista al valle fantástica. En la terraza, al sol, tomarse un café a eso de las 12 es una maravilla, después de una bajadita por las rojas desde el Gallinero.
La pista donde peor lo he pasado, fue un año en Meribel Mottaret, en los Alpes. Subimos al Mont du Vallon, a 2900 mts de altura. Desde ahí la vista es impresionante, porque se ve la reserva natural de Tuedas
Pero bajar, eso es otro tema. Solo hay una pista negra, llena de bumbs y con una pendiente los primeros 200 mts que te saca el aire. Ni se aun como la baje. Eso si. La vista desde arriba y los siguientes metros, luego de los primeros de vértigo, son una gozada. Pero nunca más volví a subir. Para una vez me bastó para tacharla de por vida.
He esquiado en los Andes, en los Alpes, en el Pirineo, en Granada. Alguna vez me gustaría ir a Aspen en Colorado.Este año cambio la nieve por las pirámides. ¿Habré hecho bien?
yo prefiero mirar cómo esquías desde la bañera (de un velerito, p.e.)
Para mí esquiar es una vocación tardía … lo que quiere decir que esquio mal pero con mucha afición …
Las hamburguesas de la collareta son impresionantes, tanto como la vista del Aneto y las zampas de Cerler (setas, morcillas, caza, chuletones, …) …
En fins …
Ha nevado y en Valdesquí aunque no es lo mismo dicen hay 110 cmns de nieve polvo …