Pues si, ya van tres que hablan conmigo por teléfono y me preguntan que me pasa. Primero fue mi amiga B la navarrica el lunes pasado. Luego el miércoles un cliente – amigo, igual, estaba convencido que me pasaba algo.
Y ayer una amiga E del otro trabajo, igual.
Preocupados, preguntándome que me pasaban. Ya cuando E me lo pregunto, le dije que en realidad nada. Que quizás me escuchaba más seria al teléfono (cosa que es verdad) y nada más.
No seria porque este seria con ella, sino que lo estoy con todo.

Me he quedado pensando, y es verdad, no he podido contar con los dedos de la mano las veces que me he reído esta semana.
Hoy estuve tomando vinos con “mis chicos” ambos dos, y mi amiga V, por el rastro y aledaños. Lle comenté esto que me esta pasando. Sobre todo que odiaría que me este avinagrando, porque yo no soy así, es más simplemente odio a ese tipo de gente. Esta semana me he estado fijando en la gente de la calle, y nadie sonríe, todos serios como mármol. Diría que más que nada, con morritos de enfadados como los que hace ZP. No se darán cuenta que produce arrugas, joder.

Es verdad, que cuando me pongo en plan “serio” hablo con poca gente, y mi voz suena más firme, lo que da a pensar que me pasa algo. Pero quizás es que estoy en mi etapa “anti-sociable”, cuando me harto bastante de la gente.
Mi amiga V, me dio un buen rapapolvo e intento levantarme el animo, pero creo que hoy ni con la cosa más fantástica del mundo lo hubiera logrado. Aunque debo reconocer que charlar con ella es un gustazo.

Pero si la gente me empieza a notar así, es para tenerlo en cuenta.

En fin, hoy como la siguiente viñeta, mañana será otro día menos mal…