Llevo todo el mes de agosto viendo un hombre que no ha querido que el tiempo pasara. ¿Por qué digo esto?
Por su aspecto.
Pantalones bermudas onda surfirsta, camiseta de colorines, collar de caracolas al cuello, pulseras varias en muñecas, zapatillas, melena de rulos al hombro y rubia. Pero siempre, siempre, sea la hora que sea que le he visto durante el día, con una patineta en la mano.
Tú, lector, dirás, pues vale, un chaval. Pues no, yo diría que tiene entre 35 a 40 años.
Lo he visto un montón de veces, es más el otro día le he visto charlando con un guardia de seguridad del centro comercial, en perfecto ingles americano. Porque una distingue entre americano y británico.
Hoy para no ir más lejos, se ha sentado en la mesa de al lado de la mía donde he comido. Y también habla perfecto español.
Me tiene desconcertada.
Cada vez que le veo me da que pensar, porque en el fondo me da lástima. No tengo ni idea quien es, si es feliz o no, pero le veo anclado a su pasado. O eso pienso yo.
Lo mismo me pasa con una señora del barrio donde vivo, que la encuentro todos los sábados por la mañana cuando saco a los “chicos”. Una que es mujer de habitos fijos sobre todo con estos dos que me marcan el tiempo según su reloj biológico, no el mío.
A lo que iba.
Esta señora debe tener alrededor de 70 o más años, con pelo largo por la cintura, vestida onda 60, con plataformas, collares, maquillada como para ir a una fiesta aunque sean las 9 de la mañana. También me da mucha lástima.
Yo soy muy observadora, y tengo más personajes curiosos que podría contar, como ese tío aseado, medio guapo, pero que se le nota que vive en la calle y que el otro día escuche como tocaba la guitarra, de concierto. O el chaval, que sale a caminar todos los días con su gorra y mochila a la espalda, y que pega saltitos cuando camina. A veces le veo con algo en la mano, pero siempre con la vista perdida, creo que debe tener algún tipo de problema mental.
Siempre que me cruzo con este tipo de gente en la calle, me da que pensar. Independientemente de los problemas mentales que pueda tener una persona, muchos no aceptan su realidad, porque posiblemente no quieran como el patinador o no puedan como el chaval de la gorra.
¿Que dura que es a vece la vida no?
Algunos la pelean y otros la llevan o se dejan a ella. Ahí esta la diferencia.
¿Como llevas tu la vida?
ummm miedo me da si un día te cruzas conmigo, a saber, igual descubres que vengo del infierno 😉
ah, estoy bien, al menos hasta el jueves que no comienzo a currar 😉
Por mi parte ella me lleva a mi, aunque voy maniobrando para acabar yendo donde yo quiero 🙂 ni tan mal…:)