Elvira en un comentario me dice:
“En cuanto al post anterior, he reconocido en otras oportunidades que he fantaseado con más de un bloguero, más bien que me he imaginado una locura sexual, con ellos…pero (nunca falta un pero, no?) fantaseado, lo que se dice fantaseado con UNO, al que hago referencia, sin mencionar (pero con suficientes mijas de pan), y si, “pero cuando esto traspasa las líneas escritas o algún que otro mail, la mayoría de las veces, esa libertad que esto genera se pierde, y empiezan los prejuicios, las neuras personales, la realidad”, el sentimiento de invasión, yo que sé, y es bastante lamentable.”

Sigo pensando en el tema, y en realidad yo no he fantaseado sexualmente con ninguno, sino con que bien me lo pasaría cenando y charlando con fulano, o con este me iría de vacaciones porque seguro me reiría mucho, o con este se que seria un buen amigo (porque yo creo en la amistad entre hombre y mujeres, algún día diré mi punto de vista en este tema en otro post).
Pero sexualmente, chicos lo siento con ninguno. Posiblemente porque para tener una fantasía con alguien de ese tipo, le tengo que conocer más, no simplemente a través de sus palabras escritas. Las palabras me dan una pauta de cómo esa persona puede ser, de su perspicacia, de su visión de la vida. Pero los años me han enseñado que también eso puede ser una fachada. La gente que he conocido por Internet en su gran mayoría me lo ha demostrado. Mucha fachada. Aunque por su puesto siempre hay excepciones a la regla. Y las excepciones las he tenido, por supuesto.

En realidad, debo reconocer que hace mucho que no tengo una fantasía “sexual” con alguien conocido. Posiblemente porque llevo varios años sin conocer a alguien que diga “uis que tío interesante”. Y no hablo de que tío guapo, sino interesante. Alguien por el cual no tuerza la cabeza y piense “que lindo culito” (para esto en mi barrio veo chavales guapísimos a diario), que va, sino alguien a quien vea a los ojos y piense “este vale la pena conocerlo más”.

Yo creo que la gente no se muestra tal cual es, en su gran mayoría. Muestran la fachada adquirida o forzada. Cuando somos más chicos de edad, somos más sinceros con los demás. Con los años, comenzamos a mostrarnos posiblemente como nos gustaría ser, pero no como somos realmente. A eso yo llamo fachada.
Esto me hace recordad a algo que me contaron hace unos años, y que no tiene nada que ver con el tema, pero muestra lo que es la “fachada”. Hay un accidente de coche en pleno centro de Buenos Aires en hora punta provocado por un tio que va hablando por teléfono sin manos libres, el cual sale el más perjudicado. Le socorren, y a alguien se le ocurre llamar desde el teléfono de este señor a la ambulancia. Pues el teléfono era de juguete.
Esto es fachada, el aparentar lo que uno no es. Como moraleja tengo que decir que este caballero aprendió caro lo que es no ser verdaderamente lo que uno es, porque quedo tetraplégico.

En fin, yo también tengo una fachada aunque no la reconozca, y es este blog.