¿Habrá pasado algo?

Anoche fue una de esas noches donde por mis sueños, cuando me levanto, siento que han sido reales.
Soñé con un “ex”, llamaré B, pero fue tan real que diría que pase la noche con él.

A lo que iba.

Nos conocimos hace muchos años, es más fue mi primera pareja en España. Pero no duró mucho, por motivos que no vienen al caso, o mejor dicho no me apetece contar ni recordar, por que son tantas gilipolleces, que a la distancia me da cosa contarlas.
Por unos años no nos vimos, pero cuando nos reencontramos nos hicimos súper amigos. De eso ya casi 13 años.
Teníamos una amistad fantástica. Hablábamos un montón, es una persona muy interesante para charlar. Súper culta, muy viajero, muy sibarita con la comida y el vino, muy buen hablador.
Porque ser buen hablador es toda una cualidad, la cual yo valoro muchísimo.
Una vez al mes nos juntábamos un domingo, probábamos algún buen restaurante, y nuestras sobremesas terminaban a la noche entre cafés y copas, solo charlando.
Yo esperaba ansiosa esos domingos, porque me lo pasaba en grande con él. Era un buen amigo.
Yo siempre he tenido buenos amigos chicos, como ahora R el adoptado. Creo que alguna vez hable de eso en el blog, de mis amigos chicos.

Un verano se nos ocurrió irnos de vacaciones juntos a Almería. Una semanita, sin problemas. Nos buscamos un hotel junto a la playa en Mojaca, para no tener que agarrar el coche nunca, aunque hicimos algo de turismo por ahí algún día. Íbamos todos los días a la playa donde esta el famoso chiringuito El Cid, porque nos gustaba. El es playero como yo, de tirarse en la tumbona, yo para tomar sol, el para leer debajo de la sombra. Pero la playa y pasarse horas en el agua, también le gustaba.
Una de esas noches donde estábamos cenando, charlando en la intimidad bajo las estrellas junto a la playa, lo recuerdo bien, ante dos preguntas mías muy personales quizás, pero que tampoco eran nada del otro mundo, me dice “que yo el agobio”.
Recuerdo que yo me quede perpleja, desconcertada ante su comentario y sobre todo con toda lo que agrego y la forma de decirlo, bastante borde tengo que decir. Solo logro que me callara.

Recuerdo que al otro día volvió a salir el tema, en realidad lo sacó él porque noto mi desconcierto, pidiéndome disculpas por su comentario y las formas, diciéndome que había preguntado por dos temas que él tiene que resolver. Va que había preguntado por dos temas tabú y prohibidos para los mortales.
Tengo que agregar que pregunte porque no había trabajado nunca en la empresa con su padre considerando la buena relación que tenían, y porque llevaba 16 años en el mismo trabajo, es más, recuerdo que aclaré, “yo no hubiera podido aguantar, con lo culo inquieta que soy”.
Esas dos preguntas me dieron el título de “que le agobiaba”. Ojo, a todo esto, llevábamos más de 10 años de amistad.

Nunca nada fue igual. Volvimos a Madrid, simplemente yo no llame más. Tuve un par de mensajes pero nunca contesté y el tiempo pasó. El silencio con él.
Yo me puse en su lugar, y no podría estar con una persona que “me agobia”. En contrapartida no me gusta ser la “mosca cojonera de nadie”, pero para mi forma de ser directa y franca, preguntar por cosas personales después de 10 años de amistad es lo más normal, como si me las hacen a mi. Reconozco que me dolió su reacción y sobre todo lo que agregó porque algo de mierda resentida y bien guardadita largó, después de mis dos fatídicas preguntas. En vez de decir “me agobias + todo lo demás, con solo decir “no quiero hablar de eso y listo” hubiera bastado. Y ahí se hubiera quedado el tema.

Cuando la ETA puso el coche bomba fuera de la Bull en el Parque de las Naciones en Madrid, le llame porque trabajaba por ahí. Hablamos como si nada, lo hice porque me preocupe. Soy así de tonta.
Me comentó que estaba bien, le noté algo nervioso y pasado de vueltas pero normal cuando te han puesto una bomba debajo de tu ventana, yo estaría igual.
Siempre he pensado, que después de ese shock cuando cayera a la realidad se iba a dar cuenta que había llamado y devolvería la llamada. Pero no fue así. De esto hace ya casi dos años.

Anoche he soñado con él toda la noche. Estábamos de viaje como si nada. El sueño ha sido tan real, que juraría que he tenido un viaje astral con él.
Llevo toda la mañana con una sensación extraña. Espero que sean solo neuras mías, que no haya pasado nada y que todo le vaya bonito.

Pd: ay, ay, y yo todavía preocupándole. Es que no voy a cambiar nunca, menuda boluda que estoy echa.
En fin, dijo Serafín, tocaremos hasta que aclare o nos iremos a dormir.

3 comentarios en «¿Habrá pasado algo?»

  1. Mejor a dormir 🙂 El sueño nos juega estas cosas. Hoy estaba yo soñando algo tan raro que cuando me he despertado me he quedado despierto y me he puesto a hacer cosas, no vaya a ser 🙂 Son las 6:32 🙂 Que temprano, supongo que hoy Dios me ayudará un montón 🙂 besOtes 🙂

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *