Queridos lectores de mis divagues, os tengo que decir que ha vuelto a pasar. Pues si, lo han vuelto a hacer.
Yo pensé que este año no sucedería porque el otro día me acerque y vi que estaba mustia por mi culpa, lo tengo que reconocer. Porque a veces voy tan apurada por esta vida que hasta me olvido de comer, como no me voy a olvidar de ella.
Pero no, me sigue queriendo, y con lo poco que la he cuidado este año, me ha vuelto a regalar, por tercer año consecutivo desde que tengo este blog, de su flor, mi adorada Gardenia.

No os podéis imaginar la felicidad que me da ver que esa flor blanca que yo adoro esta entre tanto verdor. La corté delicadamente y la puse en su sitio de honor anual, junto a mí en un vaso con agua para que me aguante su hermosura unos días aunque sea.

Os puedo asegurar que cuando sucede esto, es uno de esos momentos que hablan de felicidad plena. Acercarme y oler su aroma que me recuerda tantas cosas es como tener un orgasmo sensorial.
Y creo según vi hoy, que este año creo que me regalará con más de una. Se debe haber dado cuenta que estes año necesitaba yo más mimos y momentos de alegria como estos de la vida. Ya os contare.
Yo por mi parte seguiré disfrutando de esta primera.