Efectos colaterales

Odio estar enferma y no poder quedarme en casa, en cama, con alguien que me mime, me resuelva los temas de alimentación, y esas menudencias. Con alguien que ante la enfermedad me cuide.
Ahora no hay nadie que me cuide físicamente. Ahí gente que se preocupa, me llama por fono para ver como estoy, pero no sales de buenos deseos de pronta recuperación.
Pero yo necesito alguien que se ocupe de mi cuando estoy enferma. Ya os escribiré un post sobre este tema pero hoy no tengo ganas.

A lo que iba.

Aun sigo igual, no tan mal como el finde pero por momento estoy que me caigo como ahora mientras escribo este post.
Pero desde anoche he notado un efecto colateral de esta peste menuda que me he pillado. He perdido el gusto. Me da igual comer la cosa más rica del mundo como la más fea, no siento nada, ni dulce ni salado, ni nada.
Nunca me había pasado. He perdido el olfato cuando fumaba, pero el gusto nunca. Es curiosa estar almorzando una de las comidas más ricas, “una milanesa con ensalada” que es un manjar para mi, y darte cuenta que si fuera un filete de hígado que odio seria igual, porque no sentís nada de nada.
No me gusta esta sensacion para nada.

Socorroooooooooo.