Ahora que ya termina agosto, vuelven los que se fueron de viaje con los regalos. Como diciendo, “che pobre que no te vas con la gente de vacaciones, te traje esto para que veas que me acordé de ti”.
Yo siempre he contado aquí que me encanta que me regalen pero que soy una tía muy difícil o no, según como se mire.
A veces son algo muy simple me sorprenden y me encanta, y otras con algo rebuscado y caro, me decepcionan.
A lo que iba.
Hoy he recibido de tres personas distintas los regalos de recuerdo de “sus vacaciones” y me han dejado un sabor de boca extraño porque he comprendido que poco que me conocen.
A saber:
Mi amiga A ha estado en Sicilia, Berlín y Cuba. Menuda mezcla, pero lo indico porque así se comprenden lo que me ha traído.
Sicilia:
Pins varios de Sicilia, que se agradecen porque yo colecciono desde los 5 años, y de ahí no tenia.
Un imán para la nevera con forma de barquito, que no dice Sicilia y que podría haber comprado en el todo a 100 de la esquina. Cuando le pregunte porque no decía el nombre de la isla, me dice que a ella no le gustan las cosas con nombres. Esto lo cuento porque vendrá a colación con lo de Berlín.
Berlín:
Un imán para la nevera. Esta chica nunca viene a casa, porque si lo hiciera vería que ya no me caben. Pero en fin, corramos un tupido velo. Lo que decía, un imán con forma de oveja que se le mueve la cabeza. Surrealista total.
Me hizo acordar a los perritos esos de detrás de los coches que al moverse el coche mueven la cabeza. Y una oveja porque? Pregunta para el diván.
Acá viene lo gracioso… Una camiseta de Berlín.
La abro con ganas, la miro de los dos lados, y es lisa sin inscripciones. Se me queda cara de póquer. Y el rótulo donde dice Berlín?? Pregunto sorprendida y va y me suelta “es que yo no uso camisetas con inscripciones por eso te la traje lisa”. Conclusión… la podría haber comprado en Zara de la esquina y no hubiera cargado con el peso en la maleta, y lo poco que me conoce que no sabe que yo si uso camisetas con inscripciones porque visto más informal que ella. Otro detalle que la compro a su gusto no el mío.
Otros pins de la ciudad con el oso.
Cuba:
Un par de collares de cuentas artesanales, que le pasare a mi madre que seguro usará más que yo, y le di uno a mi secretaria que le gusto. No suelo usarlos.
Uno venia con una pulsera de cuentas que si me he puesto, aunque es incomoda pegaba con la ropa que llevaba.
Un señalador de hojas de libros, con forma de negrita, mono de esos que hacen los niños en el jardín de infante.
Un par de pins, uno del escudo de cuba y otro con la imagen del Che. Del Che a mi? Y ojo no dice Cuba. Es que no me conoce lo que digo. Después de 14 años no me conoce para nada.
Mi amigo R el adoptado ha estado en Sharm El Sheik haciendo un curso de buceo. Y que me trae??? Una billetera trucha de Prada.
La madre de R el adoptado si ha acertado. Ha estado de crucero por el Báltico y me trajo un pin raro de la Unión Soviética, de esos que ya no existen y unas Mariuscas de esas que se ponen una dentro de otras pintada a mano muy bonita.
Ella que es la que menos me conoce y con la que menos contacto tengo, si ha pensado en mí. Y no es el valor material es el detalle.
Conclusión del post:
Tengo unos amigos más raros que un perro verde. Sobre todo A. No se entera. Como será la cosa que cuando le dije que me iba a Berlín me dijo que no sabia que quería ir. Y le recordé que yo le di la idea de ir, porque yo quería ir.
En fin, corramos un tupido velo. Mejor no comerse el coco que como dice mi madre “solo no se puede vivir, no se puede dar puerta a todo el mundo”.
Pero eso de traer una camiseta de Berlín sin inscripción ¿??? Eso si me ha descolocado y totalmente. ¿Para que?
No voy a caer en el tópico «lo que cuenta es la intensión», porque con los pins hubiera bastado, para hacerme ver que se acuerdan de mi, lo demás ha sobrado pues me ha demostrado lo poco que me conoces. Y creo que los deja eso peor parados.
Ces´t la vie.
Pues sí que son raritos tus amigos. Con la de cosas bonitas que hay en cualquier sitio traer imanes de nevera o camisetas lisas… Tiene delito la cosa.
A mí me gusta que lleven el nombre del sitio para que se sepa de donde es, pero bueno, supongo que a veces uno cuando compra algo lo hace pensando en su gusto y no en el de para quien lo compra, un gran error que solemos cometer.
A mí tampoco parecen que me conocen mucho porque yo colecciono postales desde hace muchos años y siempre que alguien va a algún sitio les pido que me traigan una, pero parece que se les olvida… pero bueno…
A lo mejor se quedaron sin dinero allí y compraron las cosas cuando llegaron a casa xDD para no quedar mal y eso.. (ideas locas de las mías). Me repatea la gente que regala lo que a ELLOS les gusta, en vez de pensar en el «regalado»
Uhmmm, !que dura¡. Como regalo mejor un abrazo, tal vez unas flores, se que te gustan y me alegro infinito de volver a verte preciosa.
P.D. Y si te dijeran, que me pase toda la tarde en un mercadillo de Berlín buscando la puta camiseta que quería regalarte y después de pensarmelo infinitamente, decidí traer una sin inscripciones, por eso del turismo o algo así, ¿así me lo agradeces?. Que no hice otra cosa que pensar en ti. La próxima vez no te traigo nada.
P.D. En mi opinión no importa el regalo, más bien el amor con el que han querido realizar el gesto.
Los niños, no todos por supuesto, cuando no necesitan algo o han perdido totalmente el interés en algún objeto te lo regalan. «Yo ya no lo quiero», así que si lo quieres es para ti. El mejor regalo es el que te cuesta ofrecer o regalar, un ejemplo mi hermano que vive en Madrid, me ha regalado hace unos días su viejo Audi, un precioso coche con muchos kilometros, pero cuando lo recogía pude ver que sufría un poquito. En fin un auténtico detalle por su parte. Saludos.
Así son los amigos, sin duda. A mis veinte mugrosos años estoy pensando en lo que dice tu post desde hace algún tiempo.