Ya me ha pasado estos últimos días un par de veces. La “francesista” Jin, me decía, como comenté el otro día, si no me daba temor que leyeran lo que yo ponía de los regalos. Y ahora Tbo me deja un mensaje con el mismo temor en los líos conyugales. Pues para no variar, me he quedado pensando.
A lo que iba.
A veces cuando escribo algún post muy personal y dirigido a alguien en especial, donde me quejo de algo de esas personas, si lo pienso. Pienso, “Y si lo leen??”. Pero no seria yo misma, si no lo hiciera.
Reconozco que muchas cosas que escribo aquí son cosas que pienso, es como si mi blog por momentos se convirtiera en el lugar donde mi cabeza deposita mis pensamientos. Al blog se lo podría llamar “pensadero” como hace el personaje del director de Howard en Harry Potter, que con la varita se saca un alo de luz de la cabeza y lo pone en una palangana, porque según él dice “cuando tengo la cabeza muy cargada, la ayudo a guardar los pensamientos”. Pues yo abro una hoja en blanco y escribo mientras me salen las palabras sin ton ni son, formando frases lo mismo que pienso.
Si me vieran como escribo los post, lo entenderían. De corrido, sin detenerme para nada a pensar, solo por momentos paro como paran los pensamientos, para prestar atención a otra cosa o recapitular. Como si se te acabara el aire y tuviera que respirar de nuevo. Si una cosa tengo que agradecer a mi educación, fue que me obligaran con 16 años a cambiar de bachiller a comercial, con lo cual tuve que examinarme en Diciembre de tres materias, y una fue máquina. Cosa que en su momento no aprecie, pero que con la era de los ordenadores y el teclado, me ha venido muy bien, pues a veces escribo más rápido de lo que pienso.
Volviendo a mis post. Pues si me da temor a veces, y no tiene nada que ver con la “valentía” como me dice Jin. Posiblemente a la inconciencia de las consecuencias. Pero si uno no hace lo que piensa y quiere, para que estamos aquí? Para que tengo un blog’?
Si alguien se ofende por lo que escribo, tiene dos problemas. El ofenderse y el dejar que la ofensa se le pase. Doble trabajo doble esfuerzo, no vale de nada. Siempre nos queda la posibilidad de explicarnos en persona ante los ofendidos. Pero estoy segura de que eso no va a pasar. Porque tampoco es para tanto lo que cuento. Y más de uno debe pensar, y a mi que mierda me importa lo que le pase a esta tía?
Pues eso.
Pero sobre todo, se que muy pocos conocidos saben que escribo aquí a diario. Y si lo saben, o no les interesa o no me dicen nada.
Algunos se que me leen porque me lo dicen. Se enteran, según ellos, como estoy leyéndome, y por ahí cogen el teléfono y llaman, como mi amiga B, la navarrica. Pero a veces ni leyéndome se sabe como estoy. Porque como buen diario, uno se explaya más allá de lo que uno siente, como los pensamientos que divagan sin rumbo más de una vez. Así son mis post.
Cambiando de tema radicalmente… Estoy perpleja, he recibo hoy una llamada de las únicas 2 primas que tengo que están de paso por Madrid, y que no veo en los últimos 20 años o más. Ni lo recuerdo cuando las vi por última vez. Mi hermano el Francés les dio mi fono, cuando estuvieron en París con él. Me han descolocado y sorprendido. Mañana las voy a ver.
Tengo una curiosidad extrema, lo juro.
Pues yo hace bien poco he sentido verdadero pánico a que el aludido principal de mi diario «me» leyera… y no…no me gusta la idea.
Nótese que por esa razón «mudé» mi diario de «estanteria»
1beso
A mí no me gustaría que me leyeran las personas que tengo a mi alrededor ni siquiera en los post en los que no hablo de ellas. Por eso, delante de ellas ni siquiera reconoceré saber lo que es un blog.
Yo prefiero que nadie de los que me conocen sepan que tengo y escribo en un blog, más que nada porque me sentiría un poco cohibida a escribir algunas cosas, no sé es como un freno, por eso nadie que me conoce del otro lado de la pantalla sabe que tengo uno.