Vale, vale, no es para tanto

Menuda reprimenda me dieron anoche por el post de ayer. Y yo me la quería perder.
Vale, no es para tanto.
Si me gustan muchas cosas de mi vida actual. No es que no me gusta todo.

En mi vida actual también me gusta:
-Mucho la casa que tengo, mis cosas, mis niños, pasear con mis niños por el parque, sentarme en la hierba y charlar con los muchos nuevos amigos que tengo.
-Pasear todas las mañanas con la francesita, y arreglar el mundo viendo como los dos peques, el mío y el de ella corren delante de nosotros. Estos momentos son fantásticos.
-Los muchos encuentros con R el adoptado y las cosas que hacemos juntos.
-Cuando me llaman los vecinos para invitarme a los ensayos generales de las operas en el Teatro Real. (Este año pase mi abono a otros amigos)
-Cuando me detengo en la calle y me saludan con dos besos, gente que solo conozco del barrio, que ni se como se llaman, pero que son súper cariñosos conmigo. Eso si, todos de más de 70 años. Demostrándome que me han aceptado como si fuera de toda la vida.
-Como han florecido las azaleas que tengo en mis balcones, están impresionantes.
-Los cuadros que pinto. Y el encargo me está costando pero va para adelante.
-El clima de esta ciudad, seco y con mucho sol. Me sienta bien, aunque te peles de frío a veces. Para eso está la calefacción.
-Los últimos zapatos que me he comprado aunque he comprobado que bien me vendría un medio punto. Un 37 me va chico y este 38 un pelin grande.
-Escribir los blogs.
-Salir a pasear y sacar fotos de puertas. Madrid tiene un montón.
-Como soy, aunque a veces esté de tan mal humor y de mala leche, pero en seguida con una sonrisa se me pasa.
-Sonreír y que me sonrían.
-Lo bien educados que tengo a los que me rodean, que en cuanto me ven mal (cosa que es apenas ven mi cara, se me nota) me dan un abrazo, porque saben que me encanta y me hacen bien.
-Peinarle la melena al pequeño, cosa que me relaja aunque a veces me tira un bocado.
-Como tengo el pelo ahora, cortito y de mi color.
-Poner los pies sobre la mesa mientras miro la tele y que nadie me diga nada.

Y muchas cosas más…

Lo que pasa es que cuando yo digo «no me gusta mi vida actual«, posiblemente lo reduzco a lo que en este momento es el motor que hace funcionar todo lo demás, y es el trabajo. No me gusta mi trabajo actual, me aburre, me pone de mala leche, hago el trabajo de dos y cobro por uno, asumo responsabilidades que nunca quise,, etc, etc.

Prometo sobre el libro de Snoopy, que no diré más «no me gusta mi vida«. Porque si me gusta, lo que no me gusta es mi trabajo. Y buscar otro de lo mismo, ya no me ilusiona. La arquitectura y construcción me tienen verdaderamente podrida y hasta los mismísimos. No soporto los jefes, ni que me den ordenes. Y que decir de los obreros, de comer aparte.
Con este tema no se que hacer. Busco pero supero la edad máxima que las empresas piden, y aunque saque del curriculum la edad, no hay caso, porque busco algo de jefe y no se porque me da que para esas tareas quieren tios.
Las opciones que me quedan son pocas, y no se que hacer.

(suspiro)
Y si algo más hace que odie el trabajo actual, es chuparme hora y media de venida y hora de vuelta de atascos. Hoy salí de casa a las 8 de la mañana e igual llegue tarde. Esto lo llevo fatal. No estoy dispuesta a levantarme a las 6,3 para llegar a las 9 cuando estoy a media hora de tráfico normal. Bastante que me levanto a las 7.

Todo este tema y para no saber donde correr o que hacer me quita el sueño

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2 comentarios en «Vale, vale, no es para tanto»

  1. Te contesté antes de leer esta entrada.
    Por lo que veo, no andamos desencaminados ninguno.
    Poco te puedo aconsejar, pero si hace falta partirle las piernas a alguien (o simplemente dejar un sutil rastro de infidelidad)avisa, que maquinar maldades siempre es divertido.

  2. Te entiendo perfectamente. De hecho no creo que sirva para consolarte.

    Yo suelo decir con cierta frecuencia que sólo en mi vida sólo me he dado un lujo (mentira cochina, me he dado mucho más) y es el de trabajar en algo que me gusta.

    Hay quien divide su vida en dos partes. La del trabajo y la otra. Y se plantean «sufrir» en la primera para costearse lo mejor posible la otra.

    Yo sólo tengo una parte. Y prefiero mil veces ser feliz con lo que hago que unas vacaciones puntuales o determinados bienes materiales.

    Pero claro, hay que reconocer que yo digo eso porque tengo la suerte de poder combinar todo.

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