Los fuertes no lloran…

Eso me decían a mi de chica, más de una vez, cuando pensaban que estaba haciendome la loca y mimada, porque lloraba del dolor de mis piernas ese verano cuando yo tenia 9 años. Pues las cosas tomaron tal cariz, que mi madre dijo “esto ya no es normal, no tiene nada que ver con ser mimado, esto es otra cosa”.
Menos mal que se preocupó como buena madre que siempre ha sido, y me llevo al médico. Porque me pase dos años casi sin poder moverme. Pero eso mejor para otro post.

A lo que iba.

En esa época como en muchas otras, escuche de una manera u otra, que no había que llorar, que no había que expresas sus emociones, y ni hablar los sentimientos. Por ej el otro día contaba el descubrimiento a los 81 años de los abrazos por parte de mi madre. Ella nunca ha sido muy expresiva para estas cosas. Yo por ej, nunca he dudado que siempre para mi madre he sido la preferida, y si me muriera ante que ella, ella se moriría atrás de pena o algo así, pero para que me dijera que me quería. Uff. eso ha sido otra historia. Simplemente no puede.
Ahora con los años, y las charlas intenta aflojarse el botón e intenta decírtelo más a menudo, pero le ha costado mucho.

Yo he peleado contra todos para que en la familia expresaran sus sentimientos. Con algunos lo he logrados, otros son casos perdidos. Las siguientes generaciones son más abiertas con esto, por culpa de la tia Lukre. Aunque a veces les cuesta. En fin, pero algo se avanzo.

Toda esta perorata viene, porque me he dado cuenta que me he encerrado tanto, que ni tengo ganas de hablar con mi madre o con mi nena. No tengo ganas de contar nada, y cada día me encierro más. Que esa energía positiva que tiraba de todos siempre, y se preocupaba de ver como estaban o que hacian, o que les decia que les queria, simplemente ha desaparecido. Me he cansado o algo parecido. La apatia ha invadido mi vida. Lo peor de todo es que el otro día tenia ganas de llorar, y no me salian las lágrimas.
Me emociono, porque hay momentos que lo siento dentro. Pero no deja de ser algo en el pecho, que se queda ahi. Como encerrado aprisionando el pecho.

Ayer pensaba que es como ser un zombie, o que me han sacado el chip de las emociones. No exterioriso nada, ni bueno ni malo. Me da lo mismo el frio que el calor, que el dulce y el salado.

Y ya me estoy mosqueando, y mucho.

Etiquetado:

4 comentarios en «Los fuertes no lloran…»

  1. Nosotros en casa también somos de poco beso y poco abrazo (más bien ninguno). Eso debe ser herencia de mis dos abuelas, que no daban un beso ni aunque se lo mandara el médico.

    P.D. Llego el 27 de febrero por la noche (miércoles), y estaré allí jueves, viernes y sábado.

  2. Parece que muchos hemos sido educados en la negación de la expresión de los sentimientos. Sin caer en la sensiblería exagerada (cosa que, en todo caso, no me ocurrirá nunca; ojalá existiera ese riesgo), creo que es un error que, con mucho esfuerzo, trato de corregir. Lo que no se expresa se enquista, se pudre … Un beso.

  3. los fuertes no lloran, no, es lo que efectivamente nos decían. a i me ha costasdo años quitarme ese lastre de encima y poder llorar con ganas.

    y ahora, me pasa como a ti: que me siento seca por fuera cuando, por dentro, estoy hecha a veces un mar de lágrimas… y no sé dar respuesta a una pregunta tan simple: ¿por qué?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *