No es ningún secreto que de todas las artes la que más me gusta es la pintura. En todas sus formas.
Ya he perdido la cuenta de la cantidad de museos que conozco, y de las veces que he repetido en los grandes, unos por ser cercanos como el Prado que me lo conozco casi de memoria, y otros por que me gustan como el Louvre.
Aunque de todos los que he visto en mi vida, el que más me ha gustado es el Metropolitan de NY, por su intensidad. Pero eso para otro post.
A lo que iba.
En esos recorridos por los museos, he descubierto lo que para mi han sido verdaderas joyas. Por ej, en el Louvre, hace bastantes años de repente me meto en un sala que no había nadie y que estaba media perdida y encuentro una retrospectiva de Achille-Etna Michallon . Pinto de acuarelas y otras técnicas (aunque a mi me gusta por las acuarelas) francés del siglo 19 que hizo la competencia a Turner (uno de mis preferidos en este tema) pero que es mucho menos conocido. Este señor, Michallon que no encontré ninguna reproducción de sus pinturas ni en postales, y todo en blanco y negro, era una maravilla. Lo único que tengo de él, es el catálogo de la exposición que compre para no olvidarlo, aunque esta impreso en blanco y negro.
Otra vez en el Louvre, descubrí una pintura del movimiento llamado Romanticismo místico de los Prerrafaelistas del siglo 19 (ojo esto lo busque en Internet), donde yacía Ofelia muerta y flotando en el agua, el cuadro se llamaba «Ofelia muerta (1852) de J.E. Millais«. Cuadro de tanta belleza y tranquilidad, que te quedas horas mirándolo. Luego investigando por ahí, descubrí que la imagen de Laura Parker en Twinks Peak, se basó en este cuadro.
Bueno, así he ido descubriendo pequeñas joyas o grandes pintores que no conocía como por ej. Waterhouse de finales del 19 que se dedicó a pintar mujeres, y es una maravilla. Que si bien sus cuadros son impresionantes al natural, también te puedes hacer una idea de quien es, mirando el link anterior.
Como decía, me encanta meterme en los museos de pintura y recorrerlos como paseando y de repente descubro una de lo que yo llamo «joya». Posiblemente, que verla justifica la visita al museo.
Esto me ha pasado en la National Gallery de Dublín. Si bien, había un poco de todo, y cuando ya pensaba que lo mejor era que la visita era gratis, vi este fantástico cuadro de Sir Frederick William Burton que se llama «The Meeting on the Turret Stairs» de 1864.
Una acuarela que destilaba sensualidad, sentimiento de quiero y no puedo.
Era tan viva la imagen que me ha encantado.
Como uno no puede tener un cuadro asi en casa, me contenté con un imán para la nevera, y cada vez que me acerco a ella, recuerdo la sensación que me dio ver ese cuadro.
Me valió la visita al museo. Y por él, volvería seguro. Aunque reconozco que la foto no es lo mismo que el original, no te da la misma sensación, este es el cuadro.
Muchas cosas son las que te puede gustar de un cuadro cuando lo ves por primera vez. No todos te gustaran, pero los pocos que lo hagan, te marcarán tu recuerdo. Yo disfruto viendo pintura, aunque últimamente la pintura italiana, flamenca y francesa con temas religiosos y místicos me tiene algo cansada. Ahora se me da más por los retratos, o los cuerpos sean de la época que sean, como la exposición que había en el Prado de los retratos del medioevo, como por ej el cuadro «Desnudo en la playa de Portici» de Fortuny que también vi en el Prado en la exposición de pintura del siglo 19.
Yo tengo tanto gusto por la pintura, que soy capaz de organizar un viaje solo para ver un museo de mi interés. Así que ya estoy planificando un fin de semana en Bilbao para ver la exposición que han inaugurado en el Guggenheim, sobre «Todas las historias del arte: Kunsthistorisches Museum de Viena» aunque tengo tiempo hasta fin de enero.
pd: Che Pedrín, nos vamos al parque con los chicos? menudo día de sol, aunque hace frió. EL invierno a la vuelta de la esquina. Pocos días así nos quedan.
Comparto contigo Lu ese sentimiento tan especial por la pintura…
Besos