esto leía yo en una reflexion de Javier Cercas para la revista de EL País este domingo. Ya también lo decía Nietzsche, «que el mucho leer embota, y también hay gente que lee para no pensar». Según parece, Hitler, lector compulsivo, lo hacia para no pensar o lo que es lo mismo , para confirmarse en sus propias ideas, para continuar siendo quien era.
AL leer esto, me he sacado un sentimiento de culpa. Yo tengo gente cercana a mi, que se leen un libro por semana y me hacen sentir culpable.
Me hacen sentirme culpable, de no ser tan culta como ellos, por no leer tanto. Pero sinceramente, llego tan cansada a la noche, que es el único momento que podría leer, que por ej, ahora que estoy con El Sari Rojo de Javier Moro, y que me encanta, llevo ya varias semanas y no puedo leer más que unas páginas por noche. Eso si, soy constante y lo hago siempre, o lo intento.
Yo no leo para no pensar, leo porque me gusta y lo disfruto de lo que estoy leyendo, pero no lo hago para dejar de ser quien soy, aunque algunas veces y según la historia del libro, me transporte con mi fantasía y me convierta en la princesa de un reino olvidado, o en la heroína de una guerra galáctica, o en lo que sea. Que imaginación tengo y mucha para transportarme a la historia, aunque me transporte más con el cine que con la literatura.
Uno de estos lectores compulsivos, cercanos a mi, es con sus 50 años, un fan incondicional de los libros de Harry Potter. Creo que los ha leído como 10 veces cada uno, porque ha encontrado un texto de «evasión» a su rutina diaria que es bastante pesada por el trabajo que tiene, bueno esto dice , aunque soy buena y quiero justificarlo. Pues no le entiendo mucho, en realidad. Es como agarrarse a un clavo ardiendo y evadirse de su propia realidad.
A veces no voy a negar que un poco de evasión viene bien y es saludable, pero no compulsivamente y siempre, eso no es muy equilibrado.
La lectura no aporta eso para mi. En realidad nada lo aporta. No creo en la «evasión», salvo en escuchar una buena música como yo ahora con una selección de lo mejor del Tannhauser de Wagner, que más que evadirme, me relaja o ver una buena exposición de cuadros, o salir al campo a pasear o tomar el sol.
Buscar «evasiones» no creo que sea bueno. Quizás lo que se debería buscar es un vida más equilibrada, donde cada cosa tenga su sitio, y no llegar al extremo compulsivo de la situación.
Recuerdo que alguien que conocí, se dio cuenta de este detalle y me comentó una vez, que un día se percató de que no hacia nada más que leer enfermizamente, y por más de un año lo dejo hasta que como dice ella, se curó. Ahora disfruta de lo que lee.
Porque siempre tenemos que llevar las cosas a los extremos. Es tan difícil equilibrar las cosas? Así va el mundo. Vandiandose de un extremo al otro, sin buscar el punto medio. Es difícil, lo se, pero si algunos pueden porque no todos?
pd: Che Pedrin, no sabes en este instante tengo dos shih tzu en mi casa queriendo «aparearse», menudo espectáculo. El otro, el viejete de 15 años que es el mayor está acurrucadito junto a mi debajo de la silla, me mira como diciendo «que les pasa a estos? yo no les hice nada…» Me parto…
Así que te vas a evadir con el tannhauser… ¿Has visto la última? Huyyyyyyyyyyy. (Eso sí que es evasión pura) 🙂
Y mira, qué es eso de dejar pasar dos dias. Nos estás dejando sin la crónica diaria…
Besos mi querida Lu.
bueno para debatir: ¿por qué leemos?
no me lo he planteado nunca, pero pensando pensando… creo que lo que me interesa de los libros es reencontrarme en algún lugar, saber que esto es lo que pienso y que otro en el mundo y en el tiempo esté pensando lo mismo: me parece suficiente motivación para perderme entre páginas.
por otra parte, no creo en la lectura compulsiva: por leer más no vas a ser más culto. lo importante es hacer de cada línea algo tuyo… y saborearlo!