Leo que dices, luego de la presentación de la colección de ayer en París …”quiero ayudar a las mujeres para que su vida sea mejor”.
Vamos a ver Alber, vamos a ver. No tengo el honor de conocerte, pero pongamos las cosas en su lugar, que es sábado mañana, llueve a mares y me falta cafeína.
“Ayudar a las mujeres para que su vida sea mejor?” que significa eso? Que puedo decir de un tío que diseña moda, que tengo que decir que mucho de tu última colección me pondría porque es muy bonito, pero que no puedo por dos razones, porque es imposible de comprar para mi economía real en tiempos de crisis y porque tu diseñas para una talla 28 y yo que con mi edad tengo algunas más no puedo ponerme. Diseñas modas para una elite de mujeres anoréxicas, que se van totalmente de la realidad. Eso es ayudar?
Porque no nos ayudas, exigiendo que No seamos más esclavas de la moda, de la imagen. Que exijas que seamos mujeres libres de las apariencias de esta sociedad, que sino esta flaca, monísima en unos tacones que nos revientan la espalda, maquillada y con una melena de vértigo, no eres nada. Una sociedad donde para ir a una entrevista de trabajo, te tenes que poner de punta en blanco, con falda por supuesto, para aparentar ser una leona, en definitiva para mentir, más que demostrar tu imagen habitual, más sencilla pero perfecta, o tus habilidades intelectuales, va. .. Donde demuestres que eres tú misma.
Porque no nos ayudas, a que cobremos lo mismo que nuestros compañeros hombres para el mismo trabajo. Quizás así podamos comprarnos tu ropa.
Porque no nos ayudas, a mostrar una imagen de una mujer real, de la calle, con las cosas del día a día. Más que una Barbie.
En fin, Alber. Me parece bárbaro tu intención, pero creo que la has enfocado mal. Cuando bajes del pedestal, y veas a las mujeres como son en realidad, sigue haciéndoles diseños hermosos como los que haces, pero por favor, reales. Empieza por las tallas, y quizás crea en ti.
pd: che Pedrín, hoy esto no es para ti.
Es la típica excusa con la que esta gente intenta justificar su totalmente prescindible existencia, al menos en cuanto a su trabajo. Me ha hecho recordar aquel post que escribí, titulado creo “El filósofo de los relojes”, sobre un “diseñador” que intentaba justificar la inmensa chorrada de un reloj en la que los números tenían un pequeño ángulo con respecto a la posición normal, con una cháchara pseudofilosófica acerca de cómo el comprar uno de sus relojes cambiaría nuestras vidas.
Simplemente es que se dan cuenta de que no aportan nada a la sociedad e intentan disimularlo como pueden.
olé mi Lú!!! qué bien te sienta el sábado, no?