Estaba sin ganas de escribir y en blanco, pero tenía que hacer algo. Así que me puse a revisar los post de la misma fecha de hoy, pero del año 2007. Y me he dado cuenta que mucho de lo que hablaba hace 3 años, aun hoy colea, y podría volver a poner lo mismo, que nadie se daría cuenta.
Ya lo dice el proverbio, “el hombre propone y Dios dispone”. Por Dios, si no he avanzado nada de nada de todas las cosas que me prometí a mí misma. Como nos engañamos los seres humanos. Nos hacemos listas de cosas, de buenas intenciones, de esto y lo otro y nada. El tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos.
Luego de tantas intensiones altruistas de cambios, pocos se han dado. Los he hecho, pero de forma light. Voy a hacer una lista de las cosas que han cambiado en 3 años a ver que sale…
1-Deje de fumar definitivamente
2-Volví a estudiar
3-Tome la decisión más difícil hasta ahora, ser Dios sobre la vida de otro ser vivo, Y me refiero a mi perro grande.
4-Reduje mi jornada laboral.
5-Me saque de encima a gente sin sentido en mi vida.
Por más que me estrujo la cabeza, no me sale otro cambio importante. Pero leyendo esos 5 puntos, veo que no valoro las cosas que hago en la vida. SI que han sido cambios profundos y que han requerido mi energía a tope. Así que, no está mal. Posiblemente he cambiado más cosas en 3 años que mucha gente lo hará en su vida.
Esto me lo digo a mi misma, porque los cambios tienen que seguir, y serán más profundos. En el fondo tengo miedo, y lo sé. Lo más fácil en los tiempos que corren, es aferrarse a lo que uno tiene y aguantar el chaparrón. Pero si una cosa me ha caracterizado en mi vida, consciente o inconscientemente, tirara para adelante, por miedo no va a ser. Aunque estoy aterrada.
Cuando estoy asi, siempre recurro a mi poesía preferida…Itaca…
«Si vas a emprender el viaje hacia Itaca
Pide que tu camino sea largo,
Rico en experiencias, en conocimiento.
A Lestrigones y a Cíclopes
o al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones ni a Cíclopes
ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.
Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperla y coral, ámbar y ébano,
aromas deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.
Ten siempre en la memoria a Itaca.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Itaca te enriquezca.
Itaca te regaló un hermoso viaje,
sin ella el camino no hubieras emprendido,
mas ninguna otra cosa puede darte.
Aunque pobre la encuentres, Itaca no te engañó.
Rico en saber y en vida como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Itacas.»
(K. Kavafis)
Ya hace tiempo que tengo la costumbre de poner al final de cada post un enlace a las entradas escritas ese mismo día, pero años atrás. Es curioso releerlas y ver lo que en ese momento te preocupaba, te indignaba o te hacía reir.
Si repaso tu lista y la comparo con lo que he hecho, coincido en los puntos 4 y 5. Por supuesto que he hecho más cosas, y algunas de ellas, aunque son interiores, se reflejan también en el exterior, porque hasta los compañeros de trabajo me dicen que ahora mismo se me ve mucho mejor que hace unos años, cuando me conocieron. También es verdad que yo entonces estaba regular de salud pero, bueno, supongo que es señal de que no lo estoy haciendo mal del todo.