Hace poco he tenido la oportunidad de intimar más con una persona que me habían contado que tuvo una vida dura, aunque ahora estaba bien. Es una persona adorable pero que por no coincidir, no había profundizado mucho en charlar con ella. Siempre he creído que tenía penurias de dinero, por el trabajo que hacía y por lo que escuchaba por ahí. En el fondo me daba mucha lástima por todo.
Ahora se, que si bien la imagen que da, es de penurias de dinero, tiene no para comprar un Ferrari pero no para que la gente piense que pasa hambre o que no llega a fin de mes, como era mi caso. Me he sorprendido, y por esto llevo un par de días pensando en el tema.
Me alegra por ella, pero no comprendo, que teniendo haya que pasar penurias. No digo que no haya que ahorrar, pensar en el futuro, pero si te has ganado 50 mil euros en la lotería, date algún caprichito no? Para que tenerlos en el banco, si no te haces ni un viaje? O cómprate algo bonito, como un vestido, y no andes todos los días con el mismo mirando al piso como diciendo, “yo no tengo”. Juro que me ha descolocado esta situación.
He intentado recordar mis sensaciones todos estos años sobre esta persona, y ahora ninguna me cuadra. De repente al saber lo que se ahora, es como si fuera otra persona distinta. Evidentemente es una posición ante la vida, llevar un perfil bajo para pasar sin pena ni gloria. El porqué no lo sé, ni pretendo saberlos.
Muchas veces una situación me hace pensar en la misma en mi vida. Yo he tenido mucho y poco más o menos, dependo de mi trabajo y como siempre digo, no soy rica pero el trabajo paga las facturas. Podría haber ahorrado más, pero preferí vivir, viajar, comprarme una casa, darme caprichos, etc. También lo mío ha sido una decisión ante la vida, disfrutarla. Con el tiempo me he adaptado a estar arriba o abajo, según las crisis. Porque esta no es la primera que he pasado en mi vida.
La persona que ha generado esta reflexión, si comparo mi posición ante la vida con la de ella, se diferencia que por ej, en los últimos 10 años yo he vivido o enriquecido mi vida, y poco tengo en el banco, y ella, como las hormiguitas con dinero en el banco pero una vida rutinaria sin salir casi de casa, salvo para algunas cosas puntuales pero no más allá de los 500 km a la redonda.
¿Quién está equivocada? Quien tiene la solución al dilema? Todo esto me hace recordar la fábula de la hormiga y la cigarra. Pero si a la hormiga luego de trabajar tanto, la hubiera pillado un tsunami provocado por el cambio climático, y hubiera inundado su hormiguero, pudriendo todo lo acumulado en ese último verano trabajando de sol a sol. Que hubiera pasado entonces?
Lo que siempre digo, sin equilibro la vida no tiene sentido. Ni tanto perfil bajo, ni tanto despilfarro. El camino del medio siempre es el mejor. Pero igual sigo descolocada con esa persona, hay algo que no me cuadra y no me entero que es.
Yo estoy entre cigarra y hormiga. Ahorro un poco y también me doy mis caprichos (viajes y mis cacharritos electrónicos). Creo que no te habia dicho que me he comprado un Papyre. Es mi anual autorregalo de santo y cumpleaños, que caen ambos en verano.