Se han vuelto a repetir. A lo largo de mi vida, tengo recuerdos puntuales de situaciones que se torcieron por habladurías maliciosas y mentiras, sobre que yo había dicho, o dejado de decir.
Un ejemplo que no olvidaré en la vida que me queda y que aun hoy recuerdo, fue hace casi 20 años. Yo estaba tonteando con alguien. Nos llevábamos fenomenal, nos gustábamos mutuamente. Hasta que un día yo sin saber muy bien porque, la cosa cambio radicalmente, del día a la noche. Me acuerdo que me descolocó bastante, hasta que a los pocos días, esta persona me encaró y me dijo que porque había yo dicho aquello.
Lo primero fue, que no tenía ni idea de lo que me estaba hablando porque yo no había dicho nada. No olvidaré que me sentía una imbécil. Lo segundo fue, que cuando me defendí diciendo que yo no había dicho nada, y que era mentira, esa persona me dijo quien se lo había dicho, alguien que no tenía ninguna relación conmigo a nivel personal, solo laboral, y que podía ser mi padre. Cosa que me descolocó más. Pero lo peor fue, que no me creyó. Que como esa persona era amiga de su padre, le creía a él.
Todo eso nos llevó a terminar la relación y a mí me dejo bastante frustrada, porque marcaria otro episodio en mi vida de gente que se metía sin comerla ni beberla, haciéndome quedar mal sin haber hecho nada de nada.
He tenido otros episodios por el estilo, pero ese me marcó, porque estaba bastante comprometida con la relación.
Otra vez, por el estilo, con hombres de por medio, y sin dar detalles porque paso, una que se llamaba o hacía llamar “amiga” me montó también otra, como ofendida, porque yo había dicho, y por supuesto yo no había dicho. Al final el tiempo demostró que lo que lo que quería la tía, es acostarse con mi pareja para tener un hijo, porque le gustaba como semental. Porque aunque parezca mentira, muchas mujeres planifican su vida de tal manera como para no ir a un banco de semen, sino buscar un posible padre por ahí. Cosa que constaté, al tiempo, pero ya no era mi pareja. Ella logro lo que quería. (quizás cuente la historia en otro post)
Creo que es bastante común que estas cosas pasen en la vida de la gente. Pero yo no me dejo de sorprende cuando me vuelven a suceder a mí.
Muchas veces pienso, que bajeza de persona necesita mal meter sobre otro, posiblemente para sentirse mejor como persona, cuando no lo es.
Ahora me ha vuelto a pasar. Tengo problemas para cobrar por mi trabajo, primero porque el que me debe el dinero es como es, y no voy a hablar, porque me acordaré de su madre, y posiblemente ella sea una santa o haya sido, porque no tiene la suerte que tengo yo de tenerla aun conmigo.
Segundo porque otros, me han usado de presión para pedirles aumento de sueldo. Han dicho que yo he dicho… cosas que no he dicho, para malmeter y así conseguir lo que querían. Cosa que según me han esbozado otros, le han cabreado más y se agarra a eso para no pagarme lo que me corresponde.
Conclusión, estoy hasta el moño de la gente que malmete. Que no tengo problema de decirle que es un h. de p… en la cara si se lo tengo que decir, que no necesito que digan que yo dije…
Porque no se dedican a lo suyo y me dejan en paz. Bastante es complicada la vida para que sucedan aun estas cosas. Y ojo, también están los que no se cansan de venir a contarte estas cosas, también a su manera de malmeter para que tú te cabrees. Por momentos estoy bastante cansada.
Por suerte, yo no soy así, y miro para adelante. Eso sí, tengo mi plan b para cobrar lo que se me debe, y estoy en ello, en silencio y con pie firme.