La justificación involucra un sentimiento de culpa. Pues sí, de culpa. Porque? Es fácil.
Acción de justificar, que convierte o transforma lo que era injusto, no conforme a las normas, en justo, conforme a las normas. Que traducido a jerga estándar, al justificarnos de algo, lo que hacemos es buscar excusas, ya sean estas para volver algo a positivo o viceversa.
Posiblemente porque en el fondo nos sentimos culpables de lo que hemos hecho, indistintamente si es malo, porque es malo, y si es bueno porque lo es y nos da vergüenza el serlo.
“Criticar y excusar nuestra actitud es fácil, lo difícil es plantear soluciones, levantarnos del sofá y dar un paso más allá en busca de alternativas. Pero esto requiere implicarnos, y no siempre estamos dispuestos a despojarnos de nuestras comodidades y luchar contracorriente. “
Todo el día estamos haciendo eso, o criticar o excusar las cosas que hacemos. El otro día escuchaba en un programa de tv, que una le decía a otra, “no te justifiques, no tenes porque dar explicaciones”.
Pues sí, ante las críticas que recibimos, siempre intentamos justificarnos como sintiéndonos culpables por la crítica, tengan o no razón. Pero, porque no analizamos si esa critica que recibimos es sincera o simplemente recibe un cargo de envidia?
Todo esto viene porque llevo unos días que ante una escena que alguien me montó, mi primera reacción fue justificarme son lo que yo consideraba verdad. Pero pasado los días me pregunto a mí misma “porque me justifique? Que le importa a esta persona si yo hago o no hago algo? O voy o no voy a un lugar?”
Ahora a la distancia, me doy cuenta que con esa persona me une una dependencia algo emocional que debo cortar, porque no tiene nada que ver. Su problema es su inseguridad como persona ante mí y mi comportamiento, al atacarme, pero el mío es justificarme sin tener que hacerlo.
Cuánto cuesta crecer por Dios. Ahora sí. Yo reflexiono e intento solucionar mis baches emocionales. Esta persona seguro no lo hace, porque es como yo la llamo “verdulera” y cada día lo compruebo más. Eso sí, sus ataques fueron el otro día, ahora no va a volver a suceder porque la próxima en vez de justificarme sin tener que hacerlo, y poniéndome a su altura, la mando directamente a la mierda que es donde se merece estar
A que llamo yo ser una “verdulera”? es sencillo, a lo que otros llaman “nuevos ricos”. A los que tienen dinero pero no educación ni humanidad. Gente ostentosa, con el yo tengo pero tú no, con una falta total por el gusto, las buenas costumbres y sobre todo las mínimas normas de urbanidad cuando pierden los nervios, tratando a los otros como si estuvieran en un mercado de verduras, gritándoles como histéricos. Porque ni siquiera, saben discutir como personas normales, dialogando. A esto yo llamo “verduleras”. Y conozco una que cumple todas las pautas y lo más divertido de todo es que ella piensa que tiene glamur aunque seguro, a la casa de Donatella no la invitan a comer, aunque compartan su gusto por los pelos rubios y mal teñidos.
My God!! me encanta llamarla «la verdulera». Creo que siempre la llamaré asi.
mil veces seguidas la tendrías que llamar así y seguro se te evaporaba la dependencia emocional!!!
en serio, me ha gustado mucho tu reflexión, como siempre muy lógica y pensada
la llamare verdulera de por vida. Representa todo lo que yo no quiero ser ni he querido en la vida.
el dinero? es eso solo dinero, va y viene. No me puede enseñar nada, y quizas yo alguna cosa si. Pero sabes, es su problema no el mio.
Sino reflexiono me da algo 🙂