De psicólgos y comeduras de cocos va la cosa

Ya paso la tormenta y me siento mucho mejor del último post, aunque puede que algo agotada, pero es de trabajar. Cosa que se cura mucho más fácil que el mal humor. Pero eso para otro post.

A veces me pongo a pensar porque un día estamos bien, y otro como yo la semana pasada que me llevaba el viento. Nunca encuentro un motivo real. Tendrán razón los psicólogos que dicen que son cosas que tenemos grabadas en el inconsciente y salen.
Hablando de psicólogos, en el último capítulo de Cuéntame, el personaje del padre dice una frase que yo he escuchado mucho aquí en España con respecto a los psicólogos, dijo algo así como “no necesita un psicólogo, no está loca”. Aquí a diferencia de América, se asocia a la psicología con la locura. Quizás los últimos tiempos esto está cambiando, y menos mal. Pero un psicólogo es como un dentista, uno va cuando tiene una crisis de algo. SI está loco tiene dos opciones, o se hace gobernante de un país y tira obuses contra su pueblo que protesta como Gadafi, o va a un psiquiatra.

Qué diferencia hay entre la psiquiatría y la psicología? Pues es fácil. “El psiquiatra estudia durante su formación medicina y posteriormente se especializa en la rama de psiquiatría. El psicólogo estudia propiamente la carrera de psicología y posteriormente se especializa en clínica. Este último tiene como objetivo principal dentro de su práctica cotidiana evaluar y tratar problemas de tipo psicológico analizando el origen y las causas que lo mantienen en el tiempo. De esta manera, propone y entrena al paciente en técnicas y habilidades que ayuden a mejorar de manera duradera su malestar, o que ayuden a conseguir los objetivos personales propuestos en consulta.

Por su parte el psiquiatra puede recibir formación específica en esta misma dirección pero normalmente su ámbito de especialización está centrado en evaluar la fisiología y la química de los problemas psicológicos, encaminando principalmente su labor hacia el área médica y farmacológica del trastorno.”
Posiblemente si los psicólogos fueran más baratos y no tuviéramos tantos remilgos en ir, nuestra salud mental y anímica ante la vida y sus pormenores, luciría radiante como nuestros dientes y visitas anuales a revisión. Aunque estos últimos también se las traen con lo caro que son.

En fin, toda esta disertación para hablar de que soy una persona cambiante, que muchas veces no encuentro motivo real. Que intento superarlo, pero saben que, también cansa estar siempre políticamente correcto.

Eso no es real. Todas las cosas como las personas, tenemos un yin y un yang. Y listo. Mucho cansa siempre sonreír, siempre contestar bien, siempre ser “la niña buena”. Para qué? Si a la gente le das la mano y te pillan hasta la cartera.
Yo este último mes lo he vuelto a comprobar con alguien muy cercano. Que paso una crisis de enfermedad y se ha revelado como no solo un mal enfermo, aunque dice lo contrario y eso es discutible porque como todo no hay un solo tipo de mal enfermo, sino que le ha salido un lado déspota, desagradecido que flipas. Que obligación tenía yo de involucrarme en eso? Ninguna, no es familia. Lo hice porque quise, sin esperar nada a cambio. Pero al ver los resultados, sobre todo la justificación de su parte, del maltrato psicológico a que nos ha tenido, me planteo si la próxima, porque lamentablemente habrá próxima, estaré ahí.

Yo repito hasta la saciedad en este blog, que estoy convencida que no venimos a este mundo a sufrir y pasarlo mal. Pero si lo tengo que pasar mal por obligación será con un familiar, porque como dice el pueblo, “los amigos se eligen la familia no.”
Estoy casi segura que mi mal humor de la semana pasada que no podía controlar, es resultado de eso. De la frustración e impotencia, que sentí. Y lo gil que soy siempre que como dice mi madre “doy más por el pito de lo que pito vale”. Ni unas disculpas de cocodrilo que escuche, lo justifican.

Porque muchos no reflexionan y piensan la suerte que tienen de tener amigos que les quieran y ayuden cuando lo necesitan? Quizás deban ir al psicólogo y mantener su salud mental como alardean de sus dientes. Cuando aprendan que no pueden ir por la vida así, ya será tarde, estarán más solos que la una.

En fin, la tormenta ya paso, seguimos con lo cotidiano. Que luego de unos días de intenso sol, flores de almendros, y esas cosas alegran la vida, el espíritu y lo que sea. Aunque dicen que vuelve el frio.

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2 comentarios en «De psicólgos y comeduras de cocos va la cosa»

  1. Estoy de acuerdo contigo, aunque el tabú, poco a poco se va rompiendo. En el 97 pasé una depresión fuerte y estoy convencida que sin mi psiquiatra y mi psicóloga no estaría viva.
    A él hace muchos años que no lo veo, pero a ella sí la veo de vez en cuando, si no sé manejar una situación o si algo me afecta mucho pues… se va, como se va al dentista cuando te duele una muela. Y lo bien que te deja, oye.
    En cuanto a los egoísmos es muy fácil desorientarse y pensar que merecemos como mínimo lo que recibimos y nos ponemos a exigir más. ¿Has probado a decirle a esa persona que se ha pasado un huevo?.
    Ah, el ser humano es inagoable.
    Un bicazo, hermosa ;*

  2. si he probado decirselo, y por eso se disculpo, pero ha pasado unos dias y mas de lo mismo. Por eso digo disculpas con lágrimas de cocodrilo. He intentado que reflexionara pero nada. Ahora yo me he apartado un poco por mi propia salud, y parece que se percibe conque yo estoy enfadada o la que tiene el problema soy yo.
    pasooooooo…. cada loco con su tema. Si no tenemos la capacidad de ver más alla de nuestra nariz, no es mi problema, yo si la veo y sino la veo me esfuerzo por verla.. un bsss too

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