Pobre con alma de rico, me decía un ex-amigo, de esos que desaparecieron de tu vida, sin saber muy bien porqué, pero por cosas puntuales tú te acuerdas siempre de ellos. En mi caso , de esta persona, por la frase en cuestión.
Y es verdad, uno es pobre pero tiene alma de rico en sus gusto. Así es que nunca llegas a fin de mes, pero quien te quita lo bailado.
Una cosa que nunca he hecho, pero que he pensado es viajar en business o primera como se decía antes. Posiblemente porque entre la viajeros de turistas me he acostumbrado ya a ser uno más, y porque prefiero gastarme el dinero en otra cosa, que en comodidad unas horas.
Bueno eso pensaba hasta ahora, pero creo que si puedo cambiar.
Comenzaré mi relato, contando que ya estoy en mi casa vuelta de las vacaciones, que han sido muy relajante y que salvó la vida contemplativa, la lectura, las cenas con familia y amigos, y la pileta y sol, no he hecho nada especial. Eso si, he descansado porque lo necesitaba y porque me lo merezco, que joder.
En el regreso, tuve que esperar casi 2 horas en la cola para facturar porque era impresionante la gente que había, y por supuesto luego se desconectaron los ordenadores. Luego la cola para el control de pasaporte. Al final, llegue a la puerta de embarque sofocada y 15 minutos antes. Había tal marea humana para subir, incluidos adolescentes que iban a algún lado todos juntos, y que no paraban de gritar. Pensé, menudo viajecito me van a dar.
En la puerta de acceso, empezaron a decir algo, pero nadie se callaba la boca, seguían los gritos. Así que decidí acercarme un poco para escuchar. Luego de unos minutos de pie, al fondo pero ya escuchando, lo que escuche es que me llamaban a mi y a otras 5 persona al mostrador.
Era tal la marea humana que había, que pensé que me iban a dejar en tierra. Me costo empujones y codazos, que di yo, para que me dejaran pasar, nadie se movía y me miraban con odio, como si me estuviera colando. Me llamaron por segunda vez.
Cuando logre llegar, me di a conocer y me pidieron la tarjeta de embarque y la rompieron. En ese momento me dicen, «como usted es una viajera frecuente de Iberia la vamos a pasar a business «. Me quedé perpleja, es verdad que uso mucho Iberia, este año 5 veces pero de ahí a frecuente. Eso sí, ni pregunte porque, solo lo acepte gratamente. Me dio la nueva tarjeta y como siempre los primeros en pasar son los de business, me colé de los primeros en pasar a embarcar.
Conclusión he viajado como una princesa. Cene de maravilla, con champagne, vi las pelis que quise y sobre todo dormí como si estuviera en una cama, toda estirada.
El problema está en que como soy «una pobre con alma de rica» creo que por mi cuenta no lo pagaré nunca, pero que diferencia de viajar así a viajar en business . Sobre todo en un vuelo de 12 hora.
Yo me lo he tomado como premonitorio de lo magnífico que será el 2012.