#Día 28-
Una amiga, Bicha, en su blog de reflexiones escribió hoy un post- reflexión, que me gusto mucho, sobre que “Enamorarse es una decisión“, os recomiendo leerlo.
Pero me ha dejado pensando.
Todo lo que ella dice, y reflexiona sobre estar enamorado es verdad, es una decisión que debemos tomar de corazón. Como yo diría “es un trabajo estar enamorado”, porque no es conocer a alguien, sino que hay que trabajar la relación para que salga adelante. No es aqui te pillo y listo.
Estar con alguien, y decidir un plan de vida con esa persona, que en definitiva es estar enamorado, es una decisión como dice Bicha, y un trabajo como digo yo.
En mi caso, hace mucho que no lo estoy, y soy consciente que he antepuerto muchas cosas a la energía de llevar adelante una relación. Quizás ahora estaría dispuesta a hacerlo, porque la vida ha cambiado, yo he cambiado, mis prioridades lo han hecho. Mi visión de las personas y el tiempo no es la misma que con 20.
Pero ahora que yo estoy dispuesta, otro tipo de circunstancias ajenas se presentan, como que no hay nadie.
Cuando vamos cumpliendo años, nos damos cuenta que hemos dejado de hacer, decir o sentir cosas, por otras. Estas también son decisiones que tomamos. Quizás con algo de melancolía, vemos que algunas no fueron muy acertadas, pero hay que asumirlas, fueron las que en ese momento se tomaron. Tampoco es cuestión de ir lamentándose, porque el tiempo ese ya paso.
Ahora tendría energía para enamorarme y lo que conlleva¿? pues para mi es la pregunta del millón.
Todo esto me lleva a recordar una poesía, yo que amo la poesía, de Francisco Luís Bernández, y como no podía ser de otra manera se llama “estar enamorado” y dice…
Estar enamorado, amigos, es encontrar el nombre justo de la vida.
Es dar al fin con la palabra que para hacer frente a la muerte se precisa.
Es cobrar la llave oculta que abre la cárcel en que el alma está cautiva.
Es levantarse de la tierra con una fuerza que reclama desde arriba.
Es respirar el ancho viento que por encima de la carne se respira.
Es contemplar desde la cumbre de la persona la razón de las heridas.
Es advertir en unos ojos una mirada verdadera que nos mira.
Es escuchar en una boca la propia voz profundamente repetida.
Es sorprender en unas manos ese calor de la perfecta compañía.
Es sospechar que, para siempre, la soledad de nuestra sombra está vencida.
Estar enamorado, amigos, es descubrir dónde se juntan cuerpo y alma.
Es percibir en el desierto la cristalina voz de un río que nos llama.
Es ver el mar desde la torre donde ha quedado prisionera nuestra infancia.
Es apoyar los ojos tristes en un paisaje de cigüeñas y campanas.
Es ocupar un territorio donde conviven los perfumes y las armas.
Es dar la ley a cada rosa y al mismo tiempo recibirla de su espada.
Es confundir el sentimiento con una hoguera que del pecho se levanta.
Es gobernar la luz del fuego y al mismo tiempo ser esclavo de la llama.
Es entender la pensativa conversación del corazón y la distancia.
Es encontrar el derrotero que lleva al reino de la música sin tasa.
Estar enamorado, amigos, es adueñarse de las noches y los días.
Es olvidar entre los dedos emocionados la cabeza distraída.
Es recordar a Garcilaso cuando se siente la canción de una herrería.
Es ir leyendo lo que escriben en el espacio las primeras golondrinas.
Es ver la estrella de la tarde por la ventana de una casa campesina.
Es contemplar un tren que pasa por la montaña con las luces encendidas.
Es comprender perfectamente que no hay fronteras entre el sueño y la vigilia.
Es ignorar en qué consiste la diferencia entre la pena y la alegría.
Es escuchar a medianoche la vagabunda confesión de la llovizna.
Es divisar en las tinieblas del corazón una pequeña lucecita.
Estar enamorado, amigos, es padecer espacio y tiempo con dulzura.
Es despertarse una mañana con el secreto de las flores y las frutas.
Es libertarse de sí mismo y estar unido con las otras criaturas.
Es no saber si son ajenas o si son propias las lejanas amarguras.
Es remontar hasta la fuente las aguas turbias del torrente de la angustia.
Es compartir la luz del mundo y al mismo tiempo compartir su noche obscura.
Es asombrarse y alegrarse de que la luna todavía sea luna.
Es comprobar en cuerpo y alma que la tarea de ser hombre es menos dura.
Es empezar a decir siempre y en adelante no volver a decir nunca.
Y es además, amigos míos, estar seguro de tener las manos puras.
Lo que yo digo… un trabajo.
@Elderly couple, Paris - Foto de i.tokaris
Gracias por tus palabras Lucre. Si, estar enamorado es un trabajo si lo vemos comi una actividad que requiere esfuerzo, persistencia, paciencia y dedicación. Las cosas buenas son un trabajo, el resto son cosas fáciles.
No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Es verdad que todo lo que vale pena da trabajo: enamorarse,vivir con alguien,tener hijos…Vaya si será trabajo,vaya si costará esfuerzo…Si esperamos a estar listos,no haremos nunca nada. Es como aprender a nadar: nos tiramos a la pileta y listo.