uando uno empieza a tener las edades que yo tengo, te haces más critica o ves de otra manera las cosas que hacen, piensan o dicen, las generaciones más jóvenes. Evidentemente mi generación no tiene nada que ver con las que ahora tiene 25 o los que tienen 10.

Para empezar, cuando yo era pequeña, tenia tres o cuatro muñecos, un par de juegos de mesa y mi super juego para hacer casas, el mis ladrillos. Aunque este era de uno de mis hermanos, pero lo usaba yo. Ahora los padres se mudan de casa por la cantidad de juguetes que tienen sus niños.

Cuando tenia 25 o 26, ya había terminado la carrera y trabajaba mucho. Para otros, pero recuerdo que tenia una hora en colectivo de ida y otra de vuelta en el 152 lleno de gente, todos los días al centro, más las horas que se trabajaba. Así que estaba fuera de casa más de 12 hs. entre una cosa u otra. Pero así era todo.
El peor trabajo lo tuve con más de 40, que durante 4 años, iba desde mi casa a Las Rozas, fuera de Madrid, desde las 8 de la mañana que salia de casa, porque ya tenia coche, hasta las 8 de la noche, que salia del trabajo, más lo que tardaba en volver a mi casa. Muchas horas fuera de casa, incluido los viernes. No como muchos, aquí, que a las 14hs se van a casa los viernes.

Siempre he trabajado muchas horas, con días interminables, y sin rechistar. Así nos educaron, era lo estándar. Y si contamos el agregado de la profesión que tengo, un año estuve 10 meses sin fin de semanas, porque hacíamos concursos y trabajamos todos los días. Pero hacíamos lo que nos gustaba, nunca nos cansábamos.

Evidentemente, eso se termino. Pero para llegar a donde estoy, mucho he tenido que tragar. Pero lo conseguí.

Ahora me encuentro con una situación, que a priori me complica mucho, ocasionada por una tercera persona “porque esta cansada con su ritmo de vida“. No por el que yo impongo, sino porque ella misma, en algún momento le pareció relajado y se metió en otro berenjenal, que la hace estar fuera de su casa muchas horas. Así que, como eso no lo puede dejar, me deja a mi. Menos mal que lo reconoce, que se equivoco.

Llegados a este punto, entiendo sus motivos, pero si no te esfuerzas y estas cansada a los 25 años, por algo que te encanta hacer, y que otros darían lo que sea por hacer, porque están en el paro de lo que estudiaron,  lo vas a intentar a los 50? se te va a pasar tu arroz.

Esta generación, de los 20 a los 30, hoy en día en 2016, ha crecido teniendo todo, y están acostumbrados a que papá y mamá les resuelvan la vida. Esto no lo digo solo yo, lo piensa mucha gente, de mi edad. Yo creo que les falta ese complemento de “cultura del esfuerzo”. Una generación que usan el coche de papá, que veranean todos los años, y esquí en invierno. Una generación que ha desarrollado la “cultura de la fiesta”, que me parece fantástico que haya sido así, porque significa que en las familias había para ello. Y se que generalizo, que habrá excepciones, pero a veces no se puede decir otra cosa.

Ahora que estamos como estamos, donde nada sobra, se puede tirar a la borda un aprendizaje profundo y de práctica en lo que has estudiado y te encanta, porque estas cansado? con 25 años?

A no ser que haya motivos ocultos, que yo no los conozco, creo que no. Yo no lo haría. Y si existen otros motivos que no se me ha informado, pues allá ellos por mentir.

Así que, estoy a punto de que mi vida vuelva a cambiar, sin proponermelo. Como todo lo que me ha pasado, yo me embarco en una idea, y ya se encarga el día a día, de cambiármela de repente. Lo mejor que puedo hacer, no desesperarme y dejarme llevar, pensando que todo cambio es para mejor, y como dicen los hinduistas…
“las cosas pasan porque tiene que pasar”

pd: el que se sienta aludido, se siente, pero es lo que pienso, sin acritud por supuesto.