Ese es el tiempo que llevo sin degustar nada dulce, ni comer azúcar. Siempre he dicho que no soy muy dulcera, soy más de salado, por lo tanto me va bien, no me ha costado mucho. Sacando el del café después del gym que ahora le tomo con sacarina, todo bien.
El tema llega cuando te das cuenta que es casi imposible reducir totalmente la ingesta de azúcar. Porque casi todos los alimentos que se compran, salvo los naturales, tienen agregado de azúcar. Me pase un buen rato, un día, leyendo todos los compuestos de los alimentos que compro en un supermercado, y todos, y digo todos, decían “puede tener alguna traza de azúcar“, como mínimo. Lo que me da a entender, que no tendrá mucha pero algo tendrá.
No se muy bien cuando los fabricantes de alimentos han empezado a envenenarnos agregando azúcar a todo. Dicen que lo hacen para mejorar el sabor de los alimentos y que la gente los acepte. Pues podrían haber buscado otra forma que a sus productos los acepten. Porque alguna vez tendremos que reconocer que el azúcar como la sal, nos mata “despacito”.
Si somos adultos, bueno que se le va a hacer. Pero somos conscientes de como alimentamos a nuestros hijos?
Y como siempre, las personas que pueden comer sin azúcar si quieren, son los que tienen dinero. Porque se encuentran alimentos sin ella en tiendas ecológicas, donde los productos son dos o tres veces más caros que en un supermercado normal. Como muchas cosas en esta sociedad, si tienes dinero muchas cosas puedes hacer bien, sino “a joderse.”
Pero no me voy a poner a criticar, solo es una reflexión. Cada uno sabe como debe apañarse si quiere comer sano o no. Solo quiero contar mi reto de un mes sin azúcar.
Lo que decía, lo llevo bastante bien, aunque alguna vez me han dado ganas de un helado. Pero bueno, me propuse un mes y lo estoy cumpliendo. Es bueno de vez en cuando para centrarse, en ponerse un reto en algo, os lo puedo asegurar. Hagan la prueba. Un mes sin tabaco, o sin alcohol o sin pan. O sin lo que sea. Te demuestras a ti mismo lo dependiente que somos de esas cosas que anulamos por un lapso de tiempo. Es interesante ver como reaccionamos.
Y quizás, si bien dice la neurociencia, que los hábitos necesitan 40 días mínimos de repetición, para que el cerebro lo asimile como algo normal y no nos cueste más, treinta días tampoco está mal para introducir un habito más saludable en tu vida. En mi caso, vivir sin azúcar.
Vamos recién por la mitad, ya veremos.
imagen via@zsazsabellagio.com
A mi me funcionó, no consumo azúcar, lo reemplacé por la sacarina o similar. Igual que las gaseosas, las reemplacé por bebidas de agua saborizadas. Mis reemplazos no incluyen la exclusión total del azúcar sino del uso de la misma en el mate, café, té, postres.