Estos días me encontré en la calle, con alguien que compartió muchos años conmigo y otras las mañanas de los martes y jueves, en un grupo de pilates. Digo muchos años, que pueden ser 5 o 6. Son años.  Me alegré verla. Ella no se si tanto.

La salude, hable un momento de lo típico que tal todo, que alergia verla, y su cara era una piedra. Ni un gesto de simpática, ni una sonrisa ante el encuentro, ni media diría. Me despedí al instante, deseando no volverla a ver en mi vida y al irme pensé “joder con la tía, menudo humor“· Comprendiendo porque no está en mi círculo social actual.

Cuando me junto con la de ese grupo de pilates que seguimos viéndonos, cuento la anécdota, y alguien dice, cuando yo expreso lo odiosa de la situación y esa persona, que es una persona que tiene muchos problemas, justificándola.

Pues no, no tiene justificación posible. Cuando uno es un mal educado lo es y listo.

Pues chica, todos tenemos problemas, pero la gente no tiene la culpa, son nuestros problemas. Ni siquiera por educación y amabilidad, se debe tener buenos modos con los que te encuentras en la calle.

No, nos damos cuenta, la cantidad de gente cercana que son odiosos en sus comportamientos hacia nosotros, y que siempre alguien los justifica. Sino le gusta la gente, pues vete a una isla desierta, pero no tengas tan mala energía porque se siente. Esa”supuesta superioridad”, chuleria o idiotez, no la trago, y no lo haré nunca. Como dice Mirtha Legrand “Como te ven, te tratan. Si te ven mal, te maltratan. Si te ven bien, te contratan“. Muy mal me habrá visto esta a mi, para tratarme así?, pues no,  os aseguro que el problema era ella.

Saben lo que me da más risa de todo esto? que a los 10 min, me la volví encontrar al salir ella de la casa de venta de lotería. Dos veces en el mismo día, un tostón, deseando que sea la última, porque mi vida no necesita gente que destila tanta mala onda.

imagen via@Carole Lynn