Una historia con perros

Había una vez, una vida como la mía, donde no puedo vivir sin vivir sin un perro. El primero que tuve, cuando ya viví sola, porque cuando lo hacia con mi madre lo tenía prohibido, se llamaba Verdi.

Verdi

Vino a mi vida en el año 95. Y aunque a muchos les parezca raro, fue el que me ayudo a meterme en el mundo de Internet. Porque en esa época que no existía aun Facebook, y la gente se ocultaba tras un nick, aprendí a hacer webs con html, haciendo la de él. La página del perro Verdi. Luego tuvo un blog, que por recuerdo a él, o sigo teniendo abierto, pero hace mucho que ya no escribimos.  Si lo quieres leer por aquí. Cuando nadie tenia blog sobre todo de perros. Es más eran solo dos, el de Peludo y el de Verdi. Hasta hablaron de ellos en el País. Como todo, luego aparecieron un montón. Pero era divertido escribir como si uno fuera un perro. Vivió 15 años conmigo.

Luego vino Gaucho, un Shit-Zhu, que me robó el corazón.

Gaucho

Era mi perrito faldero, y me enamoré de esa raza. Siempre me seguía a todas partes, era una monada. Le busqué nombre un montón de tiempo, ninguno me gustaba. Si tenía dos perros, Verdi y el pequeño, quería que fueran conjuntados, por ejemplo Verdi y Puccini, pero le iban a llamar Pucci. Luego pensé en Wagner, pero nadie lo pronunciaba bien, posiblemente hasta yo misma. Así que un día la veterinaria me dice, “porque no le pones un nombre argentino“. y en ese momento se me ocurrió Gaucho.

A la mitad de la vida de Gaucho, apareció  un teckel, que se caía de maduro que si me gustaba lo conjuntado de los nombres, se llamaría Pampa. La pelotera nata de todos lo perros que he tenido.

Pampa

Por desgracia, hace un año y medio, en junio de 2016, Gaucho se nos fue con un tumor que cuando apareció, ya hacia mucho que lo estaba matando. Tenía 10 años.

Pampa y yo nos quedamos desoladas. Pero en marzo de 2017, apareció una perra pastora del Pirineo, de pelo largo, en un pueblo de Cuenca, sin familia. Yo me ofrecí, sin pensarlo mucho, a traerla a casa, cuidarla y buscarle dueño. En cuanto la vi le puse nombre “Mirtha”, como la actriz argentina Mirtha Legrand, por lo rubia que es. Fue una pelea.

Mirtha

Pampa no la quería y yo tampoco. Demasiada energía. Vino a revolucionar la casa. Cachorra de 8 meses aproximadamente. Le busqué dueño, mientras con suma paciencia y no tanta, la fui educando. El aparente dueño, me pidió que me la quedara hasta después del verano, porque se iba de vacaciones y no podía hacerlo con dos perros. Yo accedí. Pero a finales de agosto, el día que se la tenía que llevar, me dijo que no la quería, por decir algo.

Así que de repente, de nuevo a buscarle casa. Yo tenía claro que no era un perro para mi. Pero unas semanas después, y como uno propone y el universo se encarga de ponernos en nuestro lugar, a Pampa, le detectaron un tumor, que si podía ser malo, era el más malo de todos. Duró un mes y se fue si haber  cumplido los 7 años en octubre de 2017.

Y otra vez, de repente y sin buscarlo, tengo una perrita, Mirtha, de año y medio más o menos, porque al no saber cuando nació, le he puesto fecha de cumpleaños el 7 de julio, San Fermín, para no olvidarme, que le encanta estar conmigo, que le encanta correr, jugar y sobre todo, desde que se quedó sola, se tranquilizó y congeniamos muy bien. Hemos hecho varios cursos de entrenamiento, como la llamada fiable, quieto pase lo que pase y camina a mi lado de “Solo es un perro, que recomiendo, porque como dicen “tenes que educar a tu perro“. Mirtha lo necesitaba, al ser un perro grande, yo no podía con ella, sobre todo en la calle. Ahora es un gusto de perrita.

estábamos solas desde octubre. Yo me había propuesto tener otro shith-tzu, pero dentro de unos años. Por ahora solo Mirtha y yo. Pero otra vez, el universo y otras personas, se han confabulado para hacerme cambiar de idea, y ayer día de noche de reyes, ha llegado a mi vida Chewie, un shith-tzu, chico que el 11 cumple 2 meses. Un mini Gaucho. Un regalo de Andrea de la Guía del Border Collie y de Javier, que por su locura y amor por los perros, me han regalado a este pequeño, que llamamos Chewbacca, y  entre amigos Chewie.

Chewie

LLeva 24 horas con Mirtha y yo, y nos ha robado el corazón. A mi es obvio, pero a Mirtha no paran de jugar. Menuda paciencia.

Así que empezamos el año 2018, de nuevo con dos perros en casa, y tener que educar a un cachorro. Pero bueno, me alegran la vida un poco, y como ambos dos son cachorros, se llevarán bien.

Colorín colorado, esta es mi historia personal con perros… este cuento se ha acabado o acaba de comenzar, mejor.

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