Qué amo las puertas, es de todos conocidos. Ayer usaron en Eurovisión, para promocionar Portugal, la simbología implícita que tienen las puertas de paso a otro espacio, mundo o realidad. Me ha gustado mucho, le daba un punto de romanticismo o misterio, quizás.
Pero me he quedado pensando, “¿cuántas puertas cruzamos a diario?” Ya sean físicas o espirituales. Reales o ficticias. Posiblemente un montón. Porque la vida nos pone a prueba a diario y nos obliga a tener que decidir continuamente qué camino tomar cruzando “otras puertas” a las conocidas.
Esas “otras puertas” que pueden, deparar por ejemplo, un cruce a otro mundo. Un mundo o realidad distinta a la rutina nuestra diaria, que nos haga soñar que todo puede ser posible.
No nos neguemos a cruzar esas “otras puertas”. experimentemos, sintamos, vivamos en definitiva, lo que nos plantea nuestra existencia sin límite, solo usando el sentido común y la fantasía. No desaprovechemos la posibilidad que se nos da, de cruzar esas “otras puertas”, no tengamos miedo. Y posiblemente una sonrisa llenará nuestra cara cuando la hayamos cruzado. Porque en definitiva eso significa “estar vivos”
PD: che Pedrín, las cruzas conmigo?