Vida de perros

Yo tengo y vivo con mascotas, en mi caso perritos, desde el año 95. Ahora tengo dos, Mirtha the blonde y el Sr. Spock. Dice mi madre, que es una señora muy señorona, que llevo desde el año 95 una “vida de perros”, y tiene razón. Aunque ella lo dice porque no entiende  y nunca le ha gustado vivir con mascotas. No la voy a cambiar a sus 91 años.

Me gusta vivir con perros, pero la vida se centra en ellos.  Tengo que reconocerlo. Los tres paseos diarios como mínimo, a parques o caminatas para que se distraigan y socialicen. La paseadora que los cuida y saca a caminar a diario. Esto lo tengo desde que mi primer perro  Verdi, cumplió 10 años, así los sacaban cuando yo trabajaba. Un paseo largo mañanero, que uno no hace hasta la tarde noche, porque trabaja. Ver de ir a sitios que dejan entrar con perros, etc. etc.

Yo particularmente, vivo en una zona de Madrid, que puedo hacer muchas cosas con ellos, pero es verdad que he dejado de hacer otras muchas. Como ir a un museo o un cine. No porque no pueda ir, sino porque al final, los horarios, se centran en el horario de los perros. Como irse de vacaciones, donde una tiene que buscar donde ir con ellos, y si es el mar, por suerte ahora hay muchas playas para perros, pero antes era un suplicio.

Por todo esto, es verdad que tengo una “vida de perros”. 

Este puente, tuve el lunes un día de esos terribles y la persona que pasea a mis perritos, no tenia guarderías. Cosa rara, porque siempre esta a tope. Y en un acto de locura temporal por mi parte, hable con ella, y en vez de venir a pasearlos el lunes que trabajaba, le dije que si podía llevárselos de guardería hasta el jueves. 

Pues llevo 3 días, de “vida de humano”, sin perros. Con todo el tiempo para mi, sin tener que sacarlos, en chándal todo el día sino quiero salir. He ido hasta el cine sin culpabilidad de tener que volver rápido para sacar a los perros.  He quedado con amigos para comer sin perros, pudiendo entrar al local sin tener que hacerlo en la terraza.  He estado de pendoneo de un lado a otro con mi “chiche” nuevo de paseo por la ciudad. Ahora me voy a ver una exposición.  Lo dicho…

Estoy descansando de mi “vida de perros”. No porque no me guste, pero siempre uno descansa cuando se va de viaje, pero hacerlo en tu casa, en tu barrio, se agradece. De golpe veo la cantidad de cosas que no hago ni disfruto por tener mascota.

Evidentemente me aportan otras cosas, pero estos días así, me deben hacer ver que debo hacer más cosas con ellos. Porque se puede. Esta ciudad lo permite, lo tengo que intentar. Al final, uno se conforma en aceptar esa “vida de perros” que tiene la mayoría de días del año, pero mejor llamarla “vida con perros”.

Porque viviendo con ellos, no tengo una mala vida, solo la comparto con dos pequeños que dependen 100% de mi, y me tienen devoción divina, porque cuando están conmigo no quieren estar con nadie más. Amor incondicional. ¿Qué más puedo pedir?

pd: che pedrín, de que me quejo? te vienes conmigo a la expo? Jo, cierto,  estas lejos, luego te digo que tal.

 

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