La actitud es importante. Esto es lo que digo siempre en el blog, y voy a volver a decirlo hoy.
Llevo 10 días ayudando a una amiga con un tema personal de salud, que gracias a Dios ya está mejor, y le digo todos los días esto. Que ponga un poco de su parte, que su actitud es importante. Anoche se lo repetía, porque a la tarde cuando me fui de su casa, me fui estresada de su actitud. Estaba fastidiado o mejor dicho algo insoportable. Me lo reconoció, pero no hacemos nada con eso. Yo me fui con mucho estrés que anulo mis siguientes horas del día y a derivado en este post. Ojo, yo la quiero un montón y sé que lo está pasando mal, pero cada día está mejor. Igual, sino pone algo de ella, el avance será más lento.
No me quiero poner en guru del buen rollito, pero es verdad. La actitud ante lo que sea es lo importante. Yo siempre digo que nosotros somos nuestros peores enemigos, y es verdad. Ayer lo he vuelto a comprobar.
[bctt tweet=»Según como nos comportemos ante las situaciones serán los resultados.» username=»»]
De que me vale, ponerme a gritar a todo el mundo, o contestar mal, porque estoy de mal humor, si los demás pasaran y me dejarán con el mal rollo a mí. De nada. Esa negatividad repercutirá en nosotros, no solo en los que va dirigida.
No existe libertad total para hacer o comportarnos como nos dé la gana. Vivimos en una sociedad con más gente a nuestro alrededor. La libertad como individuos termina cuando nos topamos con la de los demás. Esa gente que te dice, «yo hago y digo lo que quiero«. Vale es verdad, pero con respeto y educación hacia los otros. Una cosa es libertad de comportamiento y otra es libertinaje.
Lamentablemente mucha gente no tiene actitudes correctas ante la vida. Yo no soy nadie en juzgarlas, pero las comparo con lo que yo haría para saber que no las comparto. Y si tengo que compara mi semana con la de esta amiga, el lunes por ej. a la mañana tuve 3 discusiones con distinta gente, todos de trabajo por suerte, donde tuve que ponerme firme y terminar diciendo “yo soy el jefe y las decisiones las tomo yo, es mi responsabilidad”.
En el momento de ellas, lo pase fatal, porque yo hace mucho que prefiero el dialogo a la imposición, pero a veces la gente confunde “dejar hacer” con “hago lo que se me dé la gana”.
Pues no, se puede hacer lo que se te la gana y otras no. Posiblemente el meollo de tema está en ver cuándo si y cuando no. Poner límites a las actitudes.
Evidentemente para poner límites, hay que tener sentido común y una buena actitud hacia las cosas y sobre todo saber estar ubicado en el mundo. Pero todos sabemos que esas tres cosas, el sentido común, la actitud positiva y estar ubicado, son las tres que casi si han perdido. O estoy equivocada?