Rata contagiosa y otras linduras

En épocas de crisis o guerras, es siempre notorio, que el ser humano saca lo mejor y lamentablemente lo peor que tiene dentro. Esta pandemia que pasamos, no es una excepción. 

A alguien hay que echarle la culpa del miedo que se pasa, y ¿dónde cae la ira de gente que no piensa nada más que en ellos? En el colectivo que aun el peligro de contagiarse con el virus, sale de sus casas todos los días para trabajar, los que ahora se llaman “esenciales”, porque lo son. Sanitarios, personal en supermercados, repartidores, barrenderos, etc, etc. Siempre es lo más fácil.

Es como los “ineptos o idiotas” de los líderes mundiales, a ¿quién le echamos la culpa de los que pasa? porque yo no la tengo… léase líderes a dirigentes de por ejemplo EEUU, Brasil, México, Nicaragua, Comunidad Europea, Oposiciones a gobiernos en funciones, no importa donde, etc etc.

Evidentemente la “culpa” directa ellos no la tiene, pero si inoperancia, críticas constantes, reducción de presupuestos para sanidad, privatizar la sanidad pública, ocuparse  poco de esos ahora “esenciales” que nos hacen que los demás sigamos viviendo. Etc. etc.

Dentro de esa categoría, de “idiotasestán esos ciudadanos que se creen que lo único que importa es su ombligo, y los demás son el enemigo.

Hace una temporada hablaba con un amigo, sobre esa expresión “por mis hijos mato” que tanto se escucha últimamente, como si decirla nos calificara a ser padres del mes. No porque un padre no daría la vida por salvar a su hijo, sino porque lo decían como si los hijos de esa persona fueran los únicos que valieran para ser salvados si el Apocalipsis acaeciera. No es importante lo que se diga, sino cómo se diga. En eso consistía.

Pues ahora nos encontramos con carteles de “fuera apestados”, en las casa de “tu vecino”, simplemente porque esas personas deja su propia seguridad y la de su familia, por seguir trabajando por todos los demás. Lo que digo, “idiotas”, por no insultar.

Inentendible e Inaceptable. Una bajeza, que invita a recordar el texto…

Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada.”

Reverendo Martín Niemöller..

Cuando empezó todo esto, yo dije en otro grupo de amigos “cuando esto termine, veremos quien está a la altura, porque esto le queda grande a todos“. 

Llevando solo 5 semanas, y las que faltan, ya puedo sacar las conclusiones a esa manera propia de ver lo que estaba pasando.  Una conclusión como ciudadano y otra como individuo.

A mi como ciudadano, no me sirve de nada, salvo frustrarme o cabrearme más, criticar. Ni escucharla, cuando no es constructiva, sino para rédito. Ya llegará el tiempo de ver y evaluar lo que se hizo bien o mal, lo que se podría mejorar o no, a nivel público. 

Pero como individuo, no puedo soportar dos cosas. Que me hablen de muertos como si fueran un número, y a esa gente que critica y echa todo su odio sobre sus congéneres por el trabajo que tiene, sin valorar su esfuerzo y dedicación, mientras ellos posiblemente estén en su sofá viendo el tiempo pasar, en la seguridad de sus casas. 

Lo público y lo privado, que no se olviden de dos cosas.

Lo público futuro, dependerá de mi voto como ciudadano, y lo privado…. el karma siempre vuelve.

Imagen EFE-Salud
Etiquetado: