Este es el título de un artículo antiguo, de una revista. Y lo traigo a colación porque llevo dos días pensando lo mismo. Cómo acallo mi mente.
Son tantas las cosas que uno piensa a lo largo del día y con la cantidad de tiempo muerto ahora con la cuarentena, que mi cabeza algo hiperactiva para esto, a veces me pide paz, y no sé cómo dársela, sobre todo porque los pensamientos no puedes pararlos, son continuos. O eso creo.
Hay veces que con distraerse se calman algo, pero no mucho tiempo. Tampoco se puede estar todo el día distrayéndose para no pensar.
Aunque sinceramente, ¿pensar tanto es bueno? Cada día me convenzo más, que no. Que no es sano pensar tanto y sobre todo darle vuelta tanto a las cosas.
Un truco que he podido usar estos días para calmar un poco mi cabeza es poner música y ponerme a dibujar. La música hace que me centre en lo que esté haciendo y no pensar en otra cosa. El problema a veces lo tengo en que no tengo ganas de escuchar música, como últimamente me está pasando. Por lo tanto, hago las cosas pero mi cabeza está en otro lado.
Cuando estudiaba, no podía hacerlo sin estar haciendo otra cosa a la vez, que la mayoría de las veces era ver la televisión. Era la única manera que me pudiera concentrar en lo importante que era el estudio. Parece raro, pero los psicólogos dicen que es como así funciona mi cerebro. Para lograr centrarme en una cosa que es mi objetivo, tengo que tener algo de fondo que aquiete mi mente, sino vuelva.
El artículo en cuestión, aconsejan hacer meditación. Lo he intentado en varias etapas de mi vida, pero no he podido. No logró aquietar mis pensamientos. Son un borbotón continuo. Como se dice, mi mente me usa a mí, no yo a ella.
He notado que cuando más cansado uno se encuentra, más se acentúa este borbotón de pensamientos. No puedo lograr el ansiado “silencio” que se habla…”el silencio interior no es una consecuencia de haber reprimido los pensamientos, sino de ir más allá de ellos. Cuando se deja de nutrir a los pensamientos ellos mismos se van“.
¿Como los nutrimos? Pues con nuestros miedos, anhelos, sueños y demás tonterías que rondan nuestras cabezas, en especial de las preocupaciones.
Por eso nos “aducimos” con las series o películas en época de confinamiento. Para no pensar. El tiempo dirá si es bueno o no. Pero llegados a este punto, no pensar en el futuro o en el NO futuro actual, es inevitable.
Estamos pasando una temporada rara, con muchos miedos, sin respuestas ciertas, por el confinamiento y lo que pasa fuera. No se si es bueno pensar tanto, cuando no tenemos respuestas firmes.
Es como escuchar de repente tanta información. Todo el día dando cifras, fallecidos, enfermos. Tengo la sensación que está sobre información no es buena. Seguro que si no dijeran nada, pasaría lo contrario, que estaría todo el mundo quejando de la falta de claridad.
Suspiro
Como todo en la vida, encontrar el punto medio para no pensar mucho, para no tener tanto miedo, para que te informen lo relevante y no tanto drama, es complicado.
Así que lo mejor es, quedarse en casa, no pensar mucho porque hoy por hoy no podemos hacer nada de nada, salvo intentar no enfermarnos. Porque sino tendremos un problema añadido, pasar por el virus.
Hija, después de varios días sin escribir, ya estaba yo preocupada.
Y yendo al tema de tu post, yo he intentado lo de la meditación varias veces. No por mi cuenta, sino bajo la dirección de alguien, pero a mí no se me da. Yo también soy de las de borbotón continuo en la cabeza.
Y, sinceramente, no me creo mucho a esas personas que dicen conseguir ese “silencio interior”.
Sí se puede acallar la mente y creo que casi todos podemos lograrlo. Con frecuencia el estar convencido de que uno no puede es ya negarse la posibilidad de lograrlo. La primera condición es dejarse llevar. Hay muchas técnicas, hasta pequeños trucos para que el runruneo constante de nuestros pensamientos se vaya aquietando. Pero, en fin, cada uno es cada uno.
Me ha hecho gracia el título de tu post (no he leído todavía el EP de este fin de semana) porque me ha recordado que hace ya tres años, cuando iniciaba el blog, escribí en un par de ocasiones sobre el mismo asunto. Por si te apetece: http://desconciertos3.blogspot.com/2006/08/acallar-la-mente.html. Un beso.