Me gusta la poesía, lo he expresado en este blog desde sus inicios. Es una afición que adquirí con los años, pero he llegado a comprar libros de poesía, haciendo una pequeña colección, que ocupa varias baldas de mi biblioteca.
Con la mudanza hace unos años a una nueva casa, como tengo menos paredes disponibles, porque abrí el espacio al máximo, tuve que reducir libros, que done a una biblioteca social. Pero los de poesía y los de viajes, los guardé, algunos me han acompañado siempre. Ahora leo en libro electrónico, aunque debo reconocer que me encanta el tacto del papel de un libro. Pero es un tema de espacio.
Como todo, ya no compro libros de poesías, pero sigo leyendo o releyendo los que tenía.
Es más, junto a mi cama siempre tengo un libro de poesía, en la actualidad, una antología de la generación del 27 que me encanta. Puede ser un recurso, acostarte y leer un par de poemas de esos que gustan, te hacen reflexionar o simplemente aquietan el alma. Cada tanto, estiro el brazo, ojeo sus páginas y me leo un par.
Prefiero leer un poema que tener en mi dormitorio una televisión. Prohibidas en esos espacios desde siempre en mi vida. O desde que me di cuenta un fin de semana, que me había pasado los dos días tirada en la cama viendo la tele. Desde ese finde las he prohibido. Las televisiones deben estar donde deben estar, pero no en los dormitorios.
No podría hablar de un poeta preferido, que va, me gustan muchos y variados. Entre mis preferidos pondría nombrar a Benedetti, Salinas, Cernuda, Machado entre los de habla hispana, pero qué decir de Kavafi, o Whitman. En realidad no puedo elegir uno.
Es un género literario que admiro, porque con simplicidad se puede decir muchas cosas. No hablo de la poesía romántica, sino de todo tipo de poesía. Creo que hubiera sido una buena profesora de poesía.
Yo pase por esa etapa adolescente de escribir poesía. Tengo mi cuaderno por ahí, el cual muy poca gente ha visto y lamentablemente he intentado buscar pero que creo que he perdido al mudarme, nunca lo he encontrado. Aunque no pierdo la esperanza que ande por ahí.
Nunca he creído ser buena en eso, pero lo he intentado. Algunos aún les recuerdo y quizás no eran tan malos, creo recordar. Obvio por la edad y las hormonas, eran poemas sobre el amor, el desconsuelo y todo eso. Pero es una época que por suerte la deje atrás, aunque recuerdo con cariño.
Al escribir esto, me viene a la cabeza la anécdota de un amigo de uno de mis hermanos, que los leyó y le encantaron. Hugo. Siempre me los recordaba hasta que lamentablemente falleció. El decía que a través de ellos había conocido a otra persona. Que pensaba que yo era “la hermanita”, como mi hermano mayor me hacía ver, y al contrario ya era una mujer hecha y derecha. Qué época..my God.
Casualmente, el otro día leía un artículo que decía que los estudiantes españoles secundarios independientemente de la poca afición a la lectura que tenían, no comprendían que leían si lo hacían. Y menos la poesía.
Cuando yo iba al secundario, tenía una materia que se llamaba “comprensión de textos” y que me ha ayudado mucho en mi vida. Me enseñó básicamente a interpretar y entender lo que leía. Ahora no se enseña.
Coincidí con una profesora de secundario que es la mujer de un conocido hace poco, y le plantee el tema. Me comentaba que es verdad, pero el problema no era solo eso, sino que cuando terminaran y pasarán a la facultad, tendrían el problema de la comprensión pues estudiaban de memoria.
Cuantas materias habré aprobado yo leyendo, comprendiendo, razonando más que haciéndole caso a mi memoria. La memoria si te pones nervioso te puede jugar una mala pasada, pero si aprendes a comprender lo que lees, puedes usar muchas palabras para decir lo mismo y al final logras el objetivo que es la respuesta positiva. La poesía ha sido un medio para aprender a comprender.
Ahora pienso, cuánto se perderá de la poesía si las nuevas generaciones no comprenden lo que leen porque no tienen interés, y no digamos porque no saben entender lo que les cae en las manos. También es verdad, que ahora la poesía está retornando a ponerse de moda. Y hay un montón de gente joven que la escribe y la comparte por las redes sociales. No todo está perdido.
¿Porque, si piensan que leer un libro es un fastidio, que harán con un poema?
No me extraña que para el nuevo índice para medir la inflación hayan incluido la cirugía estética, si vivimos en un mundo cada vez más frívolo, donde vale más lo físico que lo espiritual.
Porque leer cada vez está más pasado de moda. Y qué decir de leer poesía. Lo curioso del tema es que cada vez se publican más libros.
Paradojas del ser humano.
NO RECHACES LOS SUEÑOS POR SER SUEÑOS…
No rechaces los sueños por ser sueños.
Todos los sueños pueden
ser realidad, si el sueño no se acaba.
La realidad es un sueño. Si soñamos
que la piedra es la piedra, eso es la piedra.
Lo que corre en los ríos no es un agua,
es un soñar, el agua, cristalino.
La realidad disfraza
su propio sueño, y dice:
«Yo soy el sol, los cielos, el amor.»
Pero nunca se va, nunca se pasa,
si fingimos creer que es más que un sueño.
Y vivimos soñándola. Soñar
es el modo que el alma
tiene para que nunca se le escape
lo que se escaparía si dejamos
de soñar que es verdad lo que no existe.
Sólo muere
un amor que ha dejado de soñarse
hecho materia y que se busca en tierra
(Pedro Salinas) ”
Mi consejo de hoy, no dejes de leer poesía. Si nunca lo has hecho, intentalo quizas prende en ti, y vuelas por el horizonte leyendo un buen poema.