Reciclarse, el antes y el después del vivir

Cuando uno va sumando años, las cosas el día a día, ya sea trabajo, aficiones, hasta el amor, entra en una rutina que produce hartazgo. No es raro encontrar gente que te comenta que su relación ya no funciona, o su trabajo le aburre, o que no le motiva su afición.

Es más común de lo que uno imagina, y con la pandemia aún más.

Llegados a este punto de nuestras vidas, que pasamos todos, y digo todos, porque es algo natural, y siempre hay un punto de inflexión en la existencia de cada uno que esto se plantea, hay dos caminos.

Uno, aceptar lo que pasa, conformarse, bajar la cabeza, y seguir con el aburrimiento diario, lo que hace la mayoría de la gente. Dos, decir hasta aquí hemos llegado, sacudirse y reciclarse, lo que hacen los valientes.

Porque para reciclarse de la vida, hay que ser  muy pero que muy valiente. No será fácil, llevará mucho tiempo y dedicación, pero se puede lograr.

Que no te gusta tu aspecto? recíclalo. Que no te gusta tu trabajo? pues cámbialo, aunque esto puede ser difícil en la situación actual, pero no imposible. Que no te gusta tu pareja? pues déjala.

La vida no es solo plan A, siempre hay que tener un plan B. Un plan para poder reciclarla y adaptarla a el nosotros que somos en ese momento.

Porque conformarse, nunca es un plan de vida. Es hundirla.

Si algo he aprendido con los años, es que lo rutinario enferma el alma y el cuerpo. Y de eso con la pandemia este último año hemos tenido mucho.

Yo lo estoy intentando y por eso lo digo. Muchas veces pienso “menudo fregado me he metido” o “esto no es para mí”. Y a la vez me digo “porque no”. La vida es muy corta y tiene los límites que vos quieras ponerle.

Así que, si el otro día el psicólogo de enfrente, nos aconsejaba que nos buscáramos un amante, yo que soy una simple mortal del montón, os aconsejo poneros manos a la obra, y hacer pequeños gestos que nos vayan reciclando la vida.

Siempre lo más sencillo es empezar por uno mismo. Como dejar de fumar, si fumas, o bajar esos kilos del invierno o cambiarnos a un look que nos sintamos bien, o comenzar a leer ese libro que nos espera, o lo que sea. Pequeños gestos, que hagan que nos sintamos bien y que comencemos el gran cambio del antes y después del vivir.

Quizás no logremos reciclarnos en un cien por cien, pero por intentarlo que no quede. Sino lo intentas nunca sabrás lo que es sentirte pleno o casi.

Lo intentamos?

Foto by @desingcollector on Twitter

 

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