Si, nunca seré una princesa, gracias vida!!!

Este blog, como digo siempre, da para mucho con tantos años. Una vida casi de mayoría de edad. Releyendo post encontré este que me ha hecho reflexionar como ha cambiado o no mi vida desde su fecha de publicación, hace 7 años.

Como las novelas que están de moda ahora, que son series donde los personajes se repiten y cada libro de la saga muestra la vida de cada uno de esos personajes que aparecen en el primer libro, así a veces veo mis post. Aunque en mi caso, hay un único personaje y soy yo.

Porque evidentemente lo que pasaba hace 7 años ha evolucionado o no tanto como creía, por eso lo de mi reflexión.

El trabajo convulso que ocasionó el primer post, se calmó. Tengo que decir, que aunque hay que pelear día a día por el trabajo o conseguirlo para ser más precisos, el mayor orgullo que tengo de no ser una “princesa” es que con 32 años que llevo viviendo en un país lejano y sin red de seguridad, ha sido mi medio de vida.

Todo lo que he logrado ha sido por ese trabajo, que en mi época consideraban masculino y que nunca lo haría una princesa, la construcción. He tenido que tragar con bichos varios, con comentarios que ahora podrían ser censurables pero antes había que poner una sonrisa, aunque por dentro quisieras matar al gracioso.

Lo bueno es que en las nuevas generaciones, las mujeres, aunque cobren menos dentro del sector lamentablemente, son igualitarias en trabajo y se las respeta por eso. En mi caso, para solucionar este problema me busque la vida y soy el CEO de mi propio trabajo. Yo soy la jefa, por así decirlo. Y como todo en mi vida, busque una solución por mí misma, sin tener que depender de un hombre y ser una princesa.  Así la “brecha salarial”  la hacía desaparecer, y lo que consiguiera solo sería por mi propio esfuerzo sin importar el género. 

No me arrepiento, es más, creo que tengo la vida que siempre he buscado. Pausada, donde me encanta lo que hago, y la gente que colabora conmigo hace ya tanto tiempo, que encajamos en el engranaje laboral perfectamente. Y para más inri, me pagan por ello. Qué más puedo pedir? No soporto jefes, ni compañeros laborales pesados o lo que sea. Es lo perfecto.

Hace mucho en algún libro, creo que fue “El Elemento”, aconsejaba que debíamos encontrar ese elemento que hiciera que la vida sea buena para nosotros. O algo por el estilo. Yo no creo haberlo encontrado específicamente, porque posiblemente si bien es mi medio de vida la arquitectura, yo empecé en esto porque era lo que había, aunque luego me gustara. Pero debo reconocer que en casi 40 años que llevo en la profesión, me he montado mi sustento independiente, sin tener que depender de otros. Eso me hace feliz.

No hay nada más gratificante que eso. Porque si algo me ha repetido mi madre siempre, aunque ella quería que fuera maestra como ella, que el dinero mejor para una mujer era el que le daba su trabajo y su independencia. Lo demás era accesorio.

Esa independencia te hacia libre, aunque tuvieras una familia, que no tiene nada que ver una cosa con otra.  La no dependencia material de nadie te hace libre. Y si bien, hay subes y baja, porque siempre es más fácil tener red de seguridad al rededor, el darte cuenta que no eres una “princesa” sino una “guerrera de la vida”, es una maravilla.

Yo jugaba con la ropa de mi madre cuando era pequeña, pero no por parecer una princesa, sino para simular ser una cantante de ópera. Porque si, algo de diva si tengo. Pero nunca princesa. Gracias a Dios, aunque me guste el rosa. Todo tengo que decirlo.

 

Etiquetado:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *