Si muriera mañana… ¿Cómo lo harías?

Hoy  me llamó una amiga para quedar. Un té a media mañana, en horario laboral. Un encuentro sorpresivo y posible. Un encuentro que la charla ha llevado a darnos cuentas que es la vida que queremos tener. 

Por las circunstancias a veces hace que aunque uno quiera no pueda. Me doy cuenta que estos últimos años, de a poco, he ido construyendo la vida que quiero tener. La vida que me permite estos pequeños momentos inesperados aunque sorpresivos, valoro un montón. 

Lo que me lleva a reflexionar ¿es lo que quiero? Tener una vida, donde trabajo pero no con agobio. Donde me dedico a mis aficiones que son los libros y la pintura en el mucho tiempo libre que tengo. Donde voy al cine los martes a la tarde porque sale 2€ para los mayores de 65. Que aunque no los tengo aun, voy con una vecina que si, y me cuela, aunque no falta mucho para cumplir con la norma. Donde voy a ver alguna que otra exposición de pintura en los maravillosos museos o sitios de artes de esta ciudad. Donde voy a al gym, aunque no tanto como debería, pero eso se puede ajustar. Etc etc, etc,.

Pues si, es la vida que quiero. Ya no quiero peleas, complicaciones, largas charlas de comeduras de coco, obligaciones desmesuradas. El que dirán, las obligaciones familiares, etc, etc. Quiero tranquilidad, pausa, y pequeños momentos de gusto y placer como el cine, los libros, la pintura o los amigos aunque no superen los dedos de una mano. Eso es lo que quiero. Me siento afortunada poder tener la vida que tengo. Sin estridencias y posiblemente para muchos aburrida. Pero para mi no.

Este año he cerrado una etapa de mi vida en un viaje a la Argentina. Y he iniciado otra, la de la madurez. La que tengo es la que quiero tener y gracias que puedo.

Escuchaba en un audio libro al personaje decir “si muriera mañana, lo harías sabiendo que hiciste todo cuando pudiste para tener lo que querías? ¿morirías con la tranquilidad de que no podrías estar en un lugar mejor, con una compañía mejor? ¿o morirías con una cuenta pendiente?”

No moriría con cuentas pendientes. He tenido la vida que he tenido. Con claro oscuros como todos. Pero es la que tuve. He estudiado lo que he querido y eso me ha dado el medio de vida para tener una buena vida. He querido, no mucho todo hay que decirlo pero es lo que se presentó. He sido una buena hija, una buena hermana aunque ellos no lo han sabido valorar, he sido una buena amiga y lo mismo, algunos lo valoraron y otros muchos no. He sido lo que he podido, pero la sensación ha sido buena. No tengo de mi parte ninguna deuda pendiente. Si la tenia con el cierre de etapa de vida de septiembre, las he subsanado aunque sea de mi parte. ¿De ellos? que cada uno se haga cargo de lo suyo. Ya no le debo nada a nadie, ni material ni emocional. Tengo la conciencia super tranquila.

Hace mucho que no pienso que sentirán hacia mi los otros que me rodean o me han rodeado. Ni la familia ni los amigos. Antes tenia como una sensación de “culpa” porque debía ser mejor hacia ellos, era mi obligación esforzándome por cumplir con todos, pero ya no. 

En esta nueva etapa que he abierto quiero lo que tengo, tranquilidad. Pequeños momentos, pocas obligaciones y usar el tiempo para lo que lo hago, como decía antes.

¿Me importa lo que piensen hacia mi ahora? Para nada. Pueden decir o pensar lo que les venga en ganas. Ya no forman parte de mi vida.  Antes si me importaba y mucho. Pero me he dado cuenta que hiciera lo que hiciera, les daba igual, porque ellos tenían una idea y no la iban a cambiar por mi, ni me darían la oportunidad de cambiarla. ¿Les debo algo? para nada. Y quizás ellos si a mi. Pero no me importa. Ya no. 

Así que debo dar las Gracias, por la vida que me he construido y que he podido. Y si deseo algo es esperar que el tiempo me deje seguir teniendo. Porque eso ya no depende de mi en exclusividad sino de las circunstancia generales y particulares. Pero no me preocupa, aceptaré lo que llegue, eso si… intentando no perder lo que tengo que bastante me ha costado sobre todo emocionalmente, pero eso mejor para otro post.

Pd: Otra cosa, hoy 24 de noviembre es Santa Lucrecia, y solo hay dos amigos que todos los años se acuerdan. Aunque no lo festejo, me gusta que ellos me lo recuerden. Ahora lo sabéis vosotros, haréis algo? Corremos un tupido velo, como tantas cosas en mi vida. 

Imagen de portada, colage de Pinteres "behance.net"

 

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La insoportable momentaneidad de un link

Cuando uno lleva 17 años con este proyecto de blog, mucho se escribe, de muchos se habla, muchos nos siguen, muchos se dan de alta, generando una extensa cantidad de links que se mezclan con nuestras palabras. Pero esos con el tiempo mueren como nuestras palabras sino se leen.

Pues si, todo es tan corto, efímero, el tiempo, la vida, las palabras… los links

Cuando tenemos 17 años pensamos, cuando tendré 18. Cuando tienes 18, cuando tendrás 25, y así vas saltando y sintiendo que el tiempo es lerdo y pasa despacio. Ya cuanto más años cumples, más rápida se pasa la apreciación del tiempo. Mira sino, ya estamos en noviembre y el 2023 casi paso. Paso volando.

Esa sensación he tenidos con los links o enlaces de  mi blog.

En el último año, de estos 17 del blog, me llegaban al principio que un link por ahí y otro por allá se habían perdido. En realidad el plugin que se dedica a buscar pérdidas entre nuestras palabras se llama “links rotos“. Y es un robot, que va buscando los enlaces que estar desaparecidos, o desconectados o lo que sea.

Yo suelo entrar, ver si cambio, pero con el pasar de los meses, la velocidad de links rotos, se ha multiplicado en su percepción de mediatez. Y les tengo que desvincular, con dolor en el alma, para que la persona que se tope con ellos no les de y les salga el tan desabrida pagina de error 404.  Es un detalle que tengo con mis lectores, para que las cosas se lean ordenadamente, sin escoyos.

Pero en realidad pienso, si ese link que había generado un post, al desaparecer no tendría que hacer desaparecer ese post. Posiblemente, teniendo en cuenta la cantidad que desaparecen por semanas. Aunque yo no lo hago en ninguno de mis blog.

Pero no penséis que es solo con un link a una referencia, que va.

Gente que se registraba para dejar un mensaje, han borrado sus profiles en google, han desaparecido de la faz de Internet. O se han cambiado el nombre, o de identidad. Han desaparecido de mi blog, como personas.  Ya no puedo contactar con ellos, en muchos casos.

Dónde estaré yo con los links que generé en otros sitios si borro mi identidad de estos años? Sinceramente, no creo que lo haga nunca, no me gusta lo inmediato, lo efímero, lo que no te recuerde. Como dicen en México, prefiero ir a los dominios de la Catrina que más abajo, si estoy ahí será porque me recuerdan, sino mala cosa.

Eso debería pasar con los links, recordarlos que no se pudieran borrar así no desaparecen aunque siempre estarán en nuestra memoria.

pd: que fantástico el idioma español. La insoportable momentaneidad de un link.. wow. (estoy de domingo.. de ahí mi boludeo mental, no?)

Imagen @Graveyard's door ~ by echiner1
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Lo que mata es la humedad

Una de las cosas que más me gusta de Madrid, es su clima seco y si algo me tira para atrás de vivir junto al mar, es también su clima, húmedo. No me gusta la humedad. Aunque tengo que reconocer, que los días que pase en Buenos Aires, y el corte de pelo que llevo ahora, ayudaron a un mejor look por la humedad. Cosa que no me pasa aqui.

Pero en realidad no es lo único que no me gusta. Hay muchas cosas, esta es la menor.

Hace muchos años, diría más de 15 o casi, escribí una lista en un post de las cosas que me gustaban. 7 años después , la actualicé, y si la leo ahora, sigo cambiando cosas, poniendo y sacando. Y volví a actualizar en el 2021.

Pero leyendo hace unos días un artículo de psicología, decía que era bueno hacer esto, pero también escribir una lista de lo que no nos gustaba. Sobre todo, para darnos cuenta que la mayoría de las veces, tenemos la vida que queremos pero siempre o casi, no nos damos cuenta de ello.

Vamos a ver que sale. Allá voy..

No me gusta…

  • la humedad
  • la mentira, ni que me tomen por tonta sesgando la verdad.
  • La coliflor.
  • el color amarillo chillón, sobre todo en la ropa. Lo odio.
  • la gente que no da la cara y la que no es sincera
  • los gritos.
  • muchas veces lo que hago, pero lo asumo.
  • la falta de dialogo, cuando la gente se cierra en banda y no te enteras que paso.
  • la suciedad de Madrid.
  • la obligación social, de ser siempre “políticamente correcto”.
  • los chismes y chismorrear.
  • las frutillas o fresas, en helado, en postres y en productos industriales. Al natural sí.
  • las patatas fritas de los pedidos de comida a domicilio, siempre llegan frías, grasientas e incomibles.
  • la gente que no sonríe y es amable con los demás. Los que no dicen “gracias” nunca.
  • zombis, y toda la parafernalia. Las pelis de miedo. Yo no veo Walking dead.
  • el maquillaje. Algo sí, pero lo justo y de vez en cuando.
  • los bancos, políticos y demás jungla urbana de este siglo XXI, que sustenta y dice una cosa para que les voten y luego hacen lo contrario.
  • Los corruptos y que siempre dicen, yo no fui. En realidad la gente que no se hace cargo de sus actos.
  • Mucha poesía actual, que con lo que me gusta el género, no hay quien la lea ni la entienda.
  • tener que salir por obligación.
  • La falta de lealtad y reconocimiento de unos con otros.
  • el silencio impuesto, no deseado.
  • La devoción de algunos por la imagen, vacía de contenido.
  • la devoción de otros, por gente que ni siquiera han crecido, vivido, o aportado a los demás. Va, el cholulismo.
  • Los gatos. No me molestan pero no para tener uno en casa.
  • La violencia en todas sus formas, y las armas.
  • La intolerancia por el que es distinto, piensa distinto o tiene otra religión.
  • Las tabletas. Sinceramente, no sirven para nada. Entre el teléfono y el ordenador, este punto intermedio, salvo para ver pelis en la cama y listo. Menudo gasto.
  • La gente que aparece solo cuando necesitan algo y los que desaparecen sin decir porque.
  • La coca cola en todas sus formas. Aunque la Zero es una solución sino hay otra cosa que tomar…

ya está bien con lo que no me gusta no?

Posiblemente porque como muchas veces digo últimamente, tengo la vida que quiero tener. Que puede ser mejor? por supuesto, todo se puede mejorar, pero en realidad yo he asumido estos últimos años muchas cosas y he dejado por el camino a otras muchas. Llegado a este punto, que me ha costado y mucho. Se podría decir que tengo la vida que quería tener.

Vivo tranquila, relajada, solo preocupada por cosas nimiedades de la vida moderna , cosas que no terminan de cuajar pero son externas, que la mayoría de las veces no dependen de mi. He largado tanto lastre, que ni yo me lo creo.

Se que he cerrado una etapa de vida e iniciado otra estos últimos meses. Y lo tengo super claro.

Aunque aun espero ese deseo que siempre pido, que dice “solo espero que algo me sorprenda, gratamente, que diga – jope, que fantástico. “ Algo que no espere y llegue. Porque sinceramente ya no espero nada y sobre todo no pido nada.

Eso es lo único que hecho en falta en mi vida, quizás.  Lo demás, me pueden gustar las cosas, situaciones, gente, más o menos, pero como se dice hoy en día,  “es lo que hay”. Como aceptación de la realidad.

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Esos recuerdos que vuelven siempre

Hoy estaba con alguien que recordó algo que en ella era recurrente, con dolor y que llevaba con él más de 30 años. Lo que me hizo comentar, que a mi me pasaba también con algunos recuerdos que no me gustaban, pero que siempre volvían y no sabia porque.

Lo achaque a que ese recuerdo, había ocasionado un “trauma” en nuestro espíritu y por eso no se iba. Recuerdo que no nos aportaba nada, solo darnos cuentas que no nos había gustado que hubiera sucedido lo que fuera. 

En mi caso es un recuerdo en concreto, recurrente de una situación que no me aportó nada, y que en definitiva no me gusto y que me arrepentía de haberla pasado. Y entonces ¿Por qué lo recordaba? y  no lo hacia con otras situaciones positivas. Evidentemente porque también me dejo algún tipo de “trauma” sobre la situación.

Lo bueno de todo esto, si lo hubiera porque no estoy muy segura, es que en mi caso esos recuerdos recurrentes de situaciones negativas, no eran muchos. Pero si había algunos que a veces me atormentaban o me daban fuerza para decirme a mi misma “no lo volveré a permitir, a la mierda con la persona que lo ocasionó”. Porque siempre había una persona del otro lado del recuerdo.

En mi caso, siempre hay una persona detrás de esos recuerdos. Personas que por lo que sea me habían hecho daño. No físico, pero si a mi espíritu. 

Personas que yo había hecho desaparecer de mi vida de un plumazo, pero el recuerdo de ciertas situaciones pasadas con ellos, se iban y volvían a su antojo. Con lo que me hacían pensar que esas personas nunca se habían ido de verdad, aunque no supiera nada de lo que era de ellas en el momento que el recuerdo volvía.

Que difícil se me hace a veces borrarlos. Se intenta, pero nuestra cabeza los vuelve a su gusto cuando menos esperas. Hay que intentar borrarlos definitivamente con nuevos recuerdos. Cuando aparecen hay que intentar borrarlo sin darles la más mínima importancia. En cuanto caemos en darle importancia, y nos regodeamos en el recuerdo, le damos más importancia de lo que tiene ahora en nuestra vida. Los tenemos que borrar automáticamente.

Lo mejor es mandarlos a paseo en cuanto aparecen. Yo lo intento, y se necesita mucha fuerza de voluntad, os lo aseguro. No podrán conmigo, os lo aseguro. Que cada uno se haga cargo de sus propios recuerdos.

El misterio de Halloween

Ayer, justo Halloween ha pasado un misterio que no tiene explicación lógica y que nunca la tendrá. Como si las puertas entre mundo de hadas y la realidad se haya abierto y dado paso a algo increíble y sin explicación.

Os cuento.

El año pasado con Bea, decidimos comprar dos décimos de Dña. Manolita para navidad. Lo hicimos online, lo recibimos por mensajería y sin problema. Aunque no nos sacamos la lotería. La experiencia nos llevo a que este año, decidiéramos implementar la costumbre todos los años.

Compre yo dos décimos sin saber el número, al boleo como hacen muchos españoles luego de las dos o 3 horas de colas que hacen para comprarla en la tienda física. Evidentemente con el sistema online nos ahorramos las colas.

Ayer me puse a pensar que no los había recibido y ya había pasado mucho tiempo. Me puse a investigar  . Tenia un par de mail sobre el envío, y lo raro fue que el último decía que los había recibido.

Luego del descoloco inicial, me dije “yo no los recibí”. Busqué el teléfono de contacto con la Administración de La Manolita, y al segundo intento lo conseguí.

Explique que no lo había recibido, y la señorita muy amablemente me dijo que iba a ver que había pasado. Desde ese momento se dio un día de locura. Llamados de ellos, de la agencia de transporte, y en todos no lo decían pero me tachaban de mentirosa porque según la agencia de transporte la persona que lo había recibido dio mi DNI verdadero.

Terminé por cabrearme. Y decir “vale, asumo la pérdida pero yo no los tengo. El verdadero problema lo tiene ustedes la Administración y la Agencia MRW que fue la que lo entregó, porque seguro no será el único caso y todo esto involucra robo, suplantación de identidad y sobre todo protección de datos. Porque alguien dentro de la agencia uso mi DNI de otros envíos. Porque yo no lo recibí”. Evidentemente siguen sin creerme. Es su palabra contra la mía. Y di el tema por terminado.

Hoy he recibió otra llamada de la Administración para preguntarme si la Agencia me había dado una explicación. Como seguimos en un dialogo de besugos. He propuesto que me digan el número y serie de los dos décimos que me mandaron y yo hare la denuncia de robo en la policía. Porque solo ellos saben los número que me mandaron y así, aunque no tenga los décimos físicamente pero si la denuncia, si sale premiado, la Lotería me daría la razón a mi. Hay antecedentes de casos similares.

Ya lo decía mi abuelo Juan José, “todos los números están en el bolillero, ¿y si toca?”. Juro que si me los dan la haré. Porque yo no los recibí.

Ha sido todo tan kafkiano que cuando volví del paseo del perro, revise mi reciclaje de papel, por si por equivocación lo había tirado con el embalaje de otro envío. Porque recibo envíos de MRW muchas veces. Pero no. No estaba.

Todo esto me deja la sensación de indefensión. El gasto son solo 40€. Asumible. Pero lo grave es que alguien rellenó mi número de DNI original. Ahí esta lo grave.

Misterio de fantasmas, no me digan. Y justo en Halloween.

Ahora solo esperar que me pasen el número porque los dos décimos eran del mismo. Y ha hacer la denuncia. Eso si, la costumbre de usar el online de La Manolita se acabó aqui. Que les den a la tecnología.

Esto quedará en los anales de los misterios sin resolver de mi vida. Que son muchos pero que quizás os contaré en otro post o quizás luego de 17 años ya los conté aqui y no lo recuerdo. Qué al final 17 años dan para mucho.

 

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