La lejania

Una de las peores cosas que lleva, en general, alguien que vive lejos de su casa original es la lejanía. El desarraigo, o como dicen los brasileños, tener “saudades”. Hace poco, no se muy bien con quien, yo decía que si cuando te mudabas a otro país, no dejabas ese sentimiento pronto, estabas condenado a que nada fluyera y te terminabas volviendo.

Yo que llevo 33 años en España, siempre digo “nada se me perdió en Argentina“.  Pero debo reconocer, que al día de hoy, allá suceden cosas como un bautizo de un niño que yo aun no conozco, y me produce un sentimiento de tristeza contenida. Porque se que me he perdido muchas cosas familiares que han sucedido en 33 años, hasta llegar a ser, bastante invisible para muchos allá, pero es lo que la vida me puso adelante, o mejor dicho es el precio que uno paga por intentar vivir en otro lugar.

Soy consciente que llegará un día, que el principal motivo de unión con tu país de origen, desaparecerá del todo, y ese hilo invisible que aun te une se terminará rompiendo producto de la lejanía, del paso del tiempo y del crecimiento del olvido que la vida de todos hace de la tuya.

No te olvidan porque no te quieran, que va. Mejor creer eso. Te olvidan porque no estas ahí cerca. Te ven a saltos cada dos o tres años. Tantas cosas pasan en la vida de una persona en ese tiempo, que no es raro que se olviden. Y sino quiero ser “cruel” con la palabra olvido, como alguien alguna vez me dijo, diré que te alejan de sus vidas porque no formas parte de ella, estas demasiado lejos.

Tú  eres el que se fue, el que esta atento porque tu recuerdo es el que te mantiene en contacto con tus raíces, intentas recordarlos todos los días, y lo haces. Como una manera de no haberte ido nunca. Por eso, ese sentimiento en algunos es demasiado fuerte y les hace claudicar  volviendo.

Si la vida se pudiera rebobinar, posiblemente yo no volvería a hacer lo que he hecho, mudarme fuera de mi barrio. Nadie me avisó del costo “emocional” que uno paga por irse tan lejos. Por eso, cuando veo a tantos jóvenes de este país, que ahora se van lejos a buscarse la vida, me solidarizo con ellos, porque se lo que van a pasar.

La lejanía de los que nos quieren y queremos, desgasta el alma, la enfría. La hace más débil a romperse un día. Uno intenta ser y hacerse el fuerte, algunos lo consiguen otros no.

Imagen de portada Via Pinteres by Raul Martinez Juarez
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