Crónica dominguera: son bonitas mis antenas verdes?

Hola a todos. Otro domingo por aquí. Con la rutina de la vida, viéndola pasar sin muchas estridencias, pero con muchos líos, no solo externos, sino propios. Llevo muchos años en mi profesión. En mi época de estudiante, eran las entregas, en mi época de currante en estudios eran los concursos y lo límites para presentarlos, y ahora que soy mi propia jefa, iniciar una obra. Ser independiente tiene muchas ventajas, te organizas como quieras. Pero también tiene el inconveniente que todo recae en una sola persona, tu misma. El trato con los clientes, la organización, los trámites, los planos, todo, y el día tiene 24 horas solamente. Mi teléfono esta semana ha acabado con su batería a media tarde, os podéis imaginar. No por hablar con los amigos, sino apagando fuegos de todos lados. He tenido que tomar la decisión que de 16 a 17 lo apago. Así aunque sea puedo estar en silencio una hora. Por lo tanto me machaca la cabeza esa pregunta “vives para trabajar? o trabajas para vivir?”.

Hace más de 10 años que intento lo segundo, trabajar para vivir, hasta que empiezo uno nuevo. Pero bueno son unas semanas, y pronto volveré a lo estándar, hacer con mi tiempo, lo que se me dé la gana. Y dejar que los que trabajan para mí, hagan lo que les corresponde, hacer lo que cada uno sabe. Para eso los contrató, y lo mío será de vez en cuando ir a ver qué tal va todo.

El martes tengo mi cita para vacunarme, e iré. Así que quizás la próxima vez que escriba por aquí, tenga una maravillosas antenas verdes como efecto secundario. Porque es tal la “campaña de miedo” que hay instaurada, que intento tomármelo con humor. El miedo no podrá conmigo. Mucho ha pasado y he dejado de hacer y vivir, para que les haga caso a los agoreros. Si tengo un efecto adverso, habrá que apechugar, pero son más los beneficios que sé que podré tener que el miedo a ponerla. Porque si de algo si he tenido miedo todo este tiempo, es de pillarme el virus y terminar en una UCI. No al virus, sino a las consecuencias de terminar en un hospital que los odio, y se lo que puede significar para el tipo de vida que tengo. Mejor me vacuno. Eso sí, sí de aquí al martes, no vuelven a cambiar de franja de edad para ponerla, como han hecho esta semana tres veces. Todo esto es muy loco, todo. Corramos un tupido velo.

Para los que me ha preguntado, el pequeñín ya se siente curado y quiere hacer el indio. No me extraña teniendo 3 años, pero aún le quedan 4 semanas de vida tranquila. Ni siquiera le han sacado los puntos. Todo marcha bien, pero como controlas a un perro con una vitalidad desbordante dada por su corta edad? Estando con él todo tiempo que se pueda y controlando que no se mueva mucho. Así que aún me quedan 4 semanas de vida contemplativa en casa. Porque Sr. Spock está así, y yo con él. Y ni siquiera hemos llegado a la mitad del tiempo prescrito. En fin, santa paciencia.

La vida, constantemente me está mostrando que son todas piedras a saltar constantemente. O era Ley de Murphy? “Nada es nunca tan malo que no pueda empeorar”. Por poner un ejemplo, esta semana estuvo mi edificio sin ascensor, y vivo en un 5. La primera vez, intenté subir al perrito en brazos para que no suba las escaleras y solo pude hasta el tercero. Así que me encomendé al universo, y dije “que sea lo que Dios quiera”, y subió despacito. Pero subió. No hay que olvidar que está operado de la columna vertebral. Llegué a pensar que si seguir averiado, se lo dejaría a alguien cercano para que él no subiera solo. Pero por suerte, se solucionó. Ahora cada vez que salgo, cruzo los dedos para que funcione. Y en el trabajo, todo yendo como la seda, y se desprende una bajante que vamos a cambiar el martes. Pasando el piso y mojando el de abajo. Un accidente solucionable, pero no dejan de ser esas piedras que digo yo. La vida nunca es tranquila, nunca. Antes me daba lo mismo y uno lo solucionaba sin problema. Ahora todo es un mundo. Todo abruma, hasta lo mínio. Eso sí es un efecto secundario de la pandemia. Saltar esas pequeñas piedras que la vida nos impone, es un esfuerzo descomunal que nos deja agotados. Pero bueno, es lo que toca. (suspiro)

Pues nada, aquí los dejo, esperando que todos sigan bien. Cuídense muchos. Y la semana que viene, si me crecen antenas verdes después de vacunarme, os lo mostraré a ver si me quedan bien o no.

Y recordando que “esto también pasará”. Ahora más pronto que nunca en mi caso, vacunándome.

Os dejo otras Leyes de Murphy que son como la vida misma… mejor tomarla con ironía y humor.

  • Todo funcionará hasta que trates de probar que funciona.
  • El autobús llegará apenas enciendas tu cigarrillo.
  • Lo que más crece es lo que menos deseas.
  • Los sistemas nuevos generan problemas nuevos.
  • Los que viven cerca llegan siempre tarde.
  • No importa cuántas veces se demuestre una mentira, siempre quedará un porcentaje de personas que creerá que es verdad. (esta está relacionada con la vacunación)

Y si tiene ganas de leer, un artículo sobre la base científica de alguna de estas leyes….

 

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Crónica dominguera: la vacuna pa cuando

Hola a todos. Antes que nada… daros por felicitados … Felices Pascuas!!!. Este año este será mi único medio de felicitación. Al que le guste bien, y sino, también. Que no estoy para mucha bulla.

Esta semana han recibido el mensaje para vacunarse todos los colegas de mi entorno inmediato, menos yo. Dicen que van por el año 57,  puede ser, yo soy del 59, pero tengo que reconocer que me da cierto vértigo ver que yo no recibo nada. Y soy del grupo que están vacunando. Cuando lo pienso, me acuerdo de la canción de Jennifer López, “el anillo pa cuando”???? pues eso…” la vacuna pa cuando”. Se que me tocara con AstraZeneca, aunque por su mala prensa, ahora le han cambiado el nombre a Vaxzevria,  para ver si las reticencias de la gente cambia. Porque no tiene sentido otro motivo el cambio. Ya me he hecho a la idea. No puedo justificar médicamente, porque estoy sana, como algunos amigos que tienen patologías incompatibles con esta vacuna. Yo no puedo. Así que como siempre, últimamente tengo que pensar en los pro y los contras. Y son más los pro que los contras, el estar vacunado. Tendré que no asustarme mucho y dejar que las circunstancias como hasta ahora decidan por mi.

Porque si algo me ha dejado la pandemia, es la sensación que yo no decido nada de nada. Que las cosas de mi vida en estos meses, las deciden los otros o las circunstancias. Es una sensación rara, pero es así.

Sino miren con el perrito. Por las circunstancias de la pandemia y para que hiciera más ejercicio, lo hice acostumbrarse a la pelota, siendo una raza que no es pelotera. Y a dónde nos ha llevado? Una cirugía de columna, que si bien está bien y creo que se recuperará totalmente, porque es joven y tiene buena salud, tenemos que hacer “reposo casi absoluto” 6 semanas. Los paseos son de una vuelta manzana, 3 veces al día, y nada más. Para él y para mí. Porque tengo que vigilar que no se mueva mucho en casa, así que estoy también en algo parecido a “otro confinamiento” inducido no deseado. Llevo toda la semana santa, casi sin salir y bastante estresada de estar en casa, recordando al encierro obligatorio del año pasado. De más está decir, que no está el horno para bollos, para nada.

Cambiando de tema, hoy leía una crónica sobre un italiano que ya venido a Madrid a comprobar si esta “libertad” que tenemos era verdad. Debo decir que algunos cercanos me preguntaba desde California y París, en charlas telefónicas,  si eso pasaba. Madrid con la incidencia por contagio más alta de España, se está convirtiendo en “la cuna de la libertad contra la opresión por la dictadura de las restricciones impuestas”. Como decía la “presidenta” que no es santo de mi devoción “libertad o comunismo”, como asociando todo lo que nos pasa de limitar nuestras libertades como individuos por restricciones sanitarias para evitar contagios, a las ideas progresistas de una parte de la sociedad. Una locura, pero muy loco todo. Eso no es estar politizando todo?? sino es así, que caiga un rayo en mi ventana. Que cruz por Dios. Y lo que nos espera. Porque en esta “cuna de libertad” o era libertinaje mejor, tenemos elecciones el 4 de mayo, día laborable. Otra insensatez.

Una cosa si he pesado, cuando dentro de años esto haya pasado del todo, tendremos que ver para atrás, y ver quién tenía razón.  Porque es sencillo, son dos bandos, ellos o nosotros, y listo. Las conclusiones serán muy claras, y la cantidad de muertos y contagiados dirán que estilo de vida era el que se debería haber impuesto, si el de la “supuesta libertad”, manejando la pandemia con la vida económica o el de las restricciones. Parece ser que Madrid se ha convertido en el líder de la libertad y los demás en el mundo, están equivocados. El tiempo lo dirá.

Mi contestación a lo que me preguntaban de tan lejos, es que mi vida es bastante, por no decir casi normal. Porque dicen que estamos confinados en cada comunidad, que no puedo por ejemplo ir a Toledo a visitar unos amigos, pero os aseguro que toda esta semana santa, en  mi barrio había lugar para aparcar. Lo que me lleva a pensar que por más que estamos confinados perimetralmente, muchos que les da lo mismo, se han ido. Es más, un amigo está esquiando en Sierra Nevada y ha puesto sus fotos por todos lados. Pero como yo cumplo con lo que me imponen, no voy a Toledo porque seguro si me animo a ir, me para los controles y me ponen una multa. Seguro, con la suerte que llevo, seguro me pillan.

En fin, corriendo un tupido velo, os dejo. A por otra semana. En mi parte con dos “chiches” nuevos, un teléfono que no es un teléfono sino como una tableta con lápiz y todo, y un block panorámico de papel hecho a mano que acabo de recibir, y que encontré de casualidad y super bien de precio, que me dan ganas de irme ya a dibujar a alguna terraza el skyline de Madrid, cosa que haré en cuanto pueda para usarlo. Menudas panorámicas voy a dibujar. Eso sí, cuando tenga ganas, porque se me han ido con tanta falta de perspectiva del futuro.

Y recordando que “esto también pasará“.

Nota: lo que ilustra esta crónica es una de mis panorámicas de Madrid desde la terraza del RIU, donde ya pronto volveré.

 

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Crónica dominguera: a veces el silencio es lo mejor

Hola a todos. Aquí estamos otro domingo más. Sentados en mi mesa del comedor, viendo las flores en mi balcón y pensando en que no tengo muchas ganas de decir nada. Pero las costumbres hay que cumplirlas, y por eso estoy hoy aquí.

Esta semana ha sido intensa en muchos aspectos, que me guardaré para mí, pero sobre todo con la salud del Sr. Spock. Que para sintetizar, tiene una lesión medular, que mañana me enteraré si se le puede poner un tratamiento o hay que operarlo. Así que como él tiene que hacer reposo absoluto, lo estoy haciendo yo también. Los paseos son breves, porque le cuesta caminar y si por ejemplo como ayer me paro en la frutería para comprar cuatro cosas, y le dejo fuera sentado en la vereda, pero me esta viendo porque es un local de barrio pequeño, y dejo la puerta abierta, 5 minutos, cuando ve que me alejo empieza temblar de terror que da pena verlo. Así que no me separo de él. (suspiro). Cuando uno tiene un ser vivo a su cargo, como en este caso un perrito, es parte de la familia, no un mueble, así que hay que apechugar.

Cambiando o no cambiando de tema, mi semana ha dado vuelta sobre este tema y no he podido hacer mucho más. Salvo cumplir con lo que me había prometido a mi misma, de no leer o escuchar nada sobre política, dedicarme a terminar dos series que seguía, y esta semana han terminado sus temporadas, viendo otras, terminando una obra y empezando otra, con el trabajo que preparación de soluciones, ideas, materiales que conlleva el inicio, y poco más. Las aficiones como dibujar o leer, se han quedado para segundo plano, o más adelante.

El tiempo no me alcanza para tanto. Puede que el tiempo físico, pero el mental no. Sobre esto, os dejo una columna de El País Semana, de Irene Vallejo, “en el desfiladero helado”, que me ha gustado mucho. Pues sintetiza lo que muchos sentimos o pensamos en esta época de pandemia. Porque mi único evento social de esta semana, fue el viernes tomando unos vinos con una amiga del barrio al mediodía, y lamentablemente comprobando que a casi todos nos pasa lo mismo. Que este tiempo complicado nos está pasando factura, y como.

Cuando veamos esta época oscura desde la distancia del tiempo, nos daremos cuenta las secuelas que nos dejó. No solo físicas, para los que pasaron el virus, sino emocionales. Nos marcará para siempre en muchos aspectos. Estoy convencida de ello. Como dice en la columna Irene VallejoLa tristeza estrangula el aire, enmudece la voz. Hasta que de pronto, como en un hechizo, ciertas palabras nos permiten abandonar el pasadizo helado y encontrar alivio“.

Yo he tenido silencio esta semana. Y otra vez me he dado cuenta, que cuando este me abruma, pillo mi cuaderno de espiral y escribo las “tres páginas”, ni una más ni una menos, las tres que expreso en palabras escritas, con pluma a tinta y a mano, lo que siento en ese momento. Es terapia pura.

Rebuscando cosas en este blog, porque tengo tantas desde el 2004, que yo misma me he olvidado de ellas, he encontrado que en el 2007 ya escribía algo parecido a esta crónica, pero las llamaba Historias minias de domingos mañaneros. Lo que evidencia que 16 años escribiendo sobre el día a día y mi visión de las cosas o lo que observo, es una costumbre, independientemente que me guste escribir, que me hace falta como medio de expresión. ¿Lo hago porque me gusta o porque me lean? Lo hago simplemente porque lo necesito. Y si a parte me gusta o me leen, pues fantástico. Sino como se dice ahora, lo hago para escucharme a mí misma. Otros hablan solos, yo lo escribo. En fin…

Aquí los dejo. Espero que sigan bien. Aquí como estamos en “reposo absoluto” obligatorio, como una cuarentena sin ser eso, seguimos en el silencio del tiempo. Esperando que no dure mucho.

Recuerden que como siempre digo “esto también pasará”. Cuando, como? vaya a saber, pero lo hará… ” Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar” como decía el poeta. Espero que se vaya y que nunca la debamos volver a pisar.

nota: como la foto que ilustra este texto, yo también me quiero ir. Me llevaré la mamadera??? vaya a saber.

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Crónicas domingueras: 30 años no son nada, o si?

Otra mañana de domingo por aquí. Aunque esta ha sido atípica. Porque me la he pasado desde las 9 AM en el veterinario, por una urgencia con el Sr. Spock.  En mi afán, por tener un perrito saludable, lo saque a jugar con la pelota el viernes al río. Como había mucha gente, nos pusimos en la parte de tierra del paseo. “Primer error”. Como este pequeño se cree un “border collie”, y corre como tal, se pone como loco con la pelota. En algún momento se hizo daño, sin yo darme cuenta. Esa noche, no se subía al sofá como siempre, y me pareció muy raro. Fue a peor. Mi “segundo error”, fue no llevarlo a la vete de siempre el sábado por la mañana. Llamé pero no fui, porque no le di mayor importancia, comparando a su estado físico con el mío, posiblemente y pensando que eran agujetas.

A la tarde, ya no se movía, y se notaba que le dolía algo mucho. Así que junté valor, porque es lo que hago cuando salgo de casa con una obligación, porque miren que me cuesta enfrentar las cosas, y lo llevé a una clínica de urgencias, era ya sábado tarde. A la que iba, no pude llegar porque estaba el centro cortado por una manifestación, así que en un arranque de “tercer error”, me fui a otra. La misma donde Verdi falleció. Esperé casi una hora cuarenta, y me empecé a sentir agobiada. Un espacio cerrado, sin ventilación, donde se abría la puerta a la calle, pero se cerraba luego al instante. En un momento, entró uno con la mascarilla por abajo, dando voces, como si fuera dueño del mundo, y explote. La ansiedad que me agarro el encierro, me dijo.. hasta aquí llegamos. Me fui, sin que lo hayan atendido al perrito. Así que viendo hoy seguía igual o peor, me levanté temprano, un café, coche y fui a la que iba a ir la primera vez. Para arreglar el cúmulo de errores que yo había cometido. Que diferencia de lugar, abierto, amplio, con luz natural, la atención, en ningún momento me sentí agobiada como en la del día anterior. Eso sí, tuve que esperar dos horas.

Pero bueno, ya estamos en casa, el perrito pinchado por el dolor, y con diagnóstico nada grave, algo muscular, y cita al traumatólogo el jueves, por las dudas. Si es lo que yo digo siempre, tanta actividad hay que tomársela con calma. Y si hubiera pensado un poco mejor el sábado a la mañana y me hubiera subido, a su veterinaria de siempre, no hubiera pasado tanto agobio o estrés. Un cúmulos de errores, y una situación disparatada, que me demuestran que no estoy bien. Que todo me está pasando factura. Que las cosas me cuestan hacerlas el doble de que en otras épocas. (suspiro) En fin, mejor corro un tupido velo. Ya paso.

Cambiando de tema, hoy se cumplen 30 años, del día que con una maleta, un bolso y 2500 EEUU en el bolsillo, me subí a un avión para venir a Madrid. Ese supuesto “año sabático” que ha durado 30. Cada vez que lo pienso, me pregunto cómo sería mi vida si hubiera vuelto 12 meses después de partir, y no me hubiera quedado aquí. Pero me dejé llevar, y siempre decía “el próximo vuelvo”. Y aquí estoy, 30 años después, en un país que no es el mío, pero que lo siento así. En una ciudad que me acogió, donde he tenido y tengo una buena vida, no me puedo quejar. Pero siempre te queda esa sensación de que no sos de ningún lugar. Los de allí te llaman “la gallega” y los de aquí no dejan de preguntarte cuando hablas si sos Argentina. Es más, hoy me paso. 30 años, por favor, aún es importante de dónde soy o de donde no lo soy=????? A la gente la seguimos “juzgando” por donde nacieron???? hasta cuándo. Cuando será el día, donde no tengamos que preguntar “de donde sos”. Es importante donde naciste o es más importante cómo eres? Me recuerda a los inicios de las conversaciones cuando te querían conocer y te preguntaban “estudias o trabajas”. Que simples y básicos que somos los seres humanos. No cambiamos nunca.

Hasta aquí llego hoy. Podría seguir, pero mejor cambio de tercio y pienso en otras cosas más positivas. Esperando que todos sigan bien, que se cuiden muchos como intentamos hacerlo aquí. Aunque tengo que comentar como observadora, que lo que vi ayer en la zona de la Av. del Mediterráneo de aglomeración de gente, sin medidas de seguridad, todos gritando, bebiendo como si no pasara nada, no me hace ser muy positiva en que esto no se va a desmadrar de nuevo.  Volvemos a irnos a la mierda en cualquier momento, o mañana mismo.

Y recordando “que esto también pasará”, eso sí, ni cuándo ni cómo lo sabe nadie.

 

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Crónica dominguera: La invasión francesa

Hola todos. Otra semana por aquí. Viendo la vida pasar, esperando la vacuna algún día, haciendo cosas pero como siempre, al límite de lo posible para cuidarse, pero siempre con el miedo en el cuerpo de pillarlo. Ya saben a qué me refiero. Evidentemente siempre hay gente que está peor, y sino que se lo digan a los franceses. Que se toman un avión y vienen en “invasión” a Madrid los fines de semana para poder, como ellos dicen, “hacer la fiesta”. Y no me extraña, porque teniendo en cuenta que en París por ejemplo, el toque de queda es las 6 de la tarde, no hay ni donde tomarse un café, y hasta los museos están cerrados desde octubre.  Cosa que no entiendo, porque con las medidas que hay que cumplir quien se puede contagiar en un museo. Yo misma fui hace unas semanas al Reina Sofía, y no había nadie. En algunas salas estaba hasta sola. No se dan cuenta, que como no hay turismo, los visitantes son mínimos. Porque no se si han notado cómo cambia la ciudad sin hordas de turistas por todos lados.

Hace unos días hablaba con mi amiga Marce, que vive en París, sobre esto. Ella misma no comprendía cómo los museos seguían cerrados. Ella y su pareja que es artista plástico, usan mucho de su tiempo libre en ver arte. Y ahora no pueden desde octubre pasado. Para solucionar esto, uno de estos últimos fines de semana se fueron a ver exposiciones en galerías privadas, de esas que hay un montón por ahí. Porque estas si están abiertas, solo con las restricciones de horarios y de aforo. Me contó que era tal la gente que había, que en algunas tuvieron que hacer cola para entrar. Que se notó que la gente estaba ávida de cultura.

Todo esto me llevó a reflexionar, que como muchas cosas que deciden en despachos, gente posiblemente no capacitada para tomar ese tipo de decisiones que nos afectan a todos, son disparatadas. Y no lo digo solo por el virus, sino que echó la vista atrás, y en otros momentos nos han impuesto normas o códigos de obligado cumplimiento, que nos han afectado sin tener en cuenta el daño que nos haya podido hacer como sociedad. Una locura.

La cultura, el cine, los teatros, no son la fuente de contagios. Yo he ido al teatro en cuanto se abrieron por aquí, luego del confinamiento extremo, y me sorprendió gratamente las medidas de seguridad y aforo que había, para nada me sentí insegura como subir a un colectivo en hora punta. De esto han pasado 8 meses. Las mentes deben desestresarte de toda la locura que vivimos, con una exposición, una película en un cine, o en salir a pasear. No podemos seguir encorsetados de libertad para no contagiarse. Si es verdad que las normas que se nos exige son las adecuadas para nuestro bien común, entonces porque parecen muchas veces incoherentes????. Lo que digo siempre, una locura.

Cambiando de tema radicalmente, ayer vi la entrevista de Oprah a Meghan Markle y Harry, traducida al español en Antena 3. Y sinceramente ha sido bastante reveladora, no porque me importe lo que les ha pasado, la he visto como cuando leo el Hola, por el cholulismo innato que tengo. Sino porque esta semana he visto extractos, y al ver el contexto seguido casi sin interrupciones, he comprobado una vez más como la prensa cuenta lo que quiere contar. La manipulación es increíble. Una  frase determinada, en todo el contexto, tiene fluidez y razón de ser, de dos personas que cuentan su propia experiencia, estés de acuerdo o no. Y la misma frase que escuche fuera de ese contexto, indicaba insidia, ataque y buscar la confrontación. Increíble comprobarlo una vez más, que el poder de la prensa o del sistema, para manipular a las masas es inconmensurable. Nos muestran lo que quieren que veamos, no la verdad. No me extraña que existan tantas teorías conspiranoides en el mundo, con una infinidad de temas. Es super fácil incidir sobre la gente, u orientarlos o dirigirlos a que piensen lo que les interesa a los que los dirigen, y no lo que cada uno piense en base a los hechos verdaderos y sus propias conclusiones.

¿En qué momento esto se gestó? En qué momento de la historia el hombre moderno dejó de evaluar los hechos, y se dejó manipular como en este momento. Porque en este tiempo, se manipula casi todo. (suspiro y pienso…) posiblemente cuando se perdió el sentido común o se dejó de usar. Porque si le falta algo al mundo de hoy, es “sentido común”.

My God, lo que ha generado ver una simple entrevista que ni me quitará el sueño, ni opinaré, porque ese es otro tema. Solamente diré que lamentablemente, el trasfondo indica lo que se sabe de siempre.. que desde la época colonial, el reino de Gran Bretaña, “ha sido racista” o  lo es, y hay innumerables ejemplos a simple vista y en los libros de historia. Lamento que esta chica haya sido “tan cándida” de pensar que no se le iban a echar en cara, su mestizaje. Como decía hace unas semanas… corramos un tupido velo, mejor.

Hasta aquí hoy. Les dejo. Como siempre deseando que tengan una buena semana, que se cuiden mucho, y que vivan más relajadamente o en lo posible, de lo que podemos o nos dejan. Yo por mi parte, como sigo yendo a la piscina, un par de días a la semana, y el sol de la primavera incipiente está a tope, agregaré a mi sesión de aquadynamic, un rato después a tomar el sol en el solarium, así voy pareciendo más a una persona saludable y no una paliducha en época pandémica,  de estar encerrada. Si hay mishiadura que no se note.  Sabiendo que como siempre digo … “Esto también pasará”

pd: la imagen que indica hoy esta crónica es una adaptación del cuadro de Delacroix “la libertad guiando al pueblo”, de Lego. Como ironía de la invasión francesa que tiene Madrid, los fines de semana. Un delirio mío, y eso que no he hablado de lo que está pasando con la política en esta comunidad. Me he tenido que morder la lengua para no hacerlo.. que conste.

 

 

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Crónica dominguera: cúal es la casa perfecta?

Hola a todos. Aquí otro domingo más. Ayer tuve sesión de dibujo en la calle y encuentro con amigos. En ambos tiempos se planteó en distintas conversaciones y personas, la posibilidad de vivir en otra ciudad. Creo que vamos llegando a unas edades, que pensamos en jubilarnos, cambiar de vida y de ciudad. A cuantos luego de la pandemia, nos da ganas de salir corriendo y vivir en algún lugar nuevo. Creo que muchos pensamos eso. Fantasear con cambiar de ciudad, nos libera de tantas restricciones y prohibiciones. Yo es algo que pienso mucho. Posiblemente ahora no, porque me ancla el trabajo y cambiar de ciudad significa que la forma de vida que yo me he montado no sería posible y ya no tengo ganas de empezar de cero a mi edad. Pero si, en un futuro no tan lejano.

Siempre he pensado en terminar mis días en Málaga. Amo esa ciudad. Pero esta última década, con tanto museo internacional y rehabilitación se ha convertido en refugio de mucho europeo adinerado, y está imposible de cara. Quizás algo más accesible sea Cádiz. La ciudad que también me gusta mucho, con su historia y sus edificios antiguos, para restaurar como a mí me gustan, con balcones y techos altos, sobre todo la luz y las playas. La playa de la Victoria, es una de las más bonitas que he estado en mi vida. ¿Por qué no? al final, nada me ata a Madrid, aunque este mes cumpla 30 años de vivir aquí. Que se dice pronto, aunque no es aún, la mitad de mi vida. Dicen que uno es de un lugar cuando vive en él, más de la mitad de su vida. A mi aun me quedan un par de años para cumplir esta máxima. Pero me siento madrileña. Decía un arquitecto que “la casa perfecta es aquella que nos permite estar a solas con nosotros mismos”. Madrid, hoy por hoy, es eso para mi… “la ciudad que me permite estar a solas conmigo misma y con todos los demás”, como si fuera de aqui. Es mi casa.

Muy probablemente, si las cosas no cambian, no será la última ciudad donde viva. He estado pensando en Portugal, o algún pueblo de la Toscana, en Italia. Bueno lo de la Toscana tiene su que, desde que estrenaron la película “Bajo el sol de la Toscana” en el año 2003. Que he visto un montón de veces. Esa villa “Bramasole”, restaurarla y vivir así, un sueño de película. Pero porque no posible? Mucho tiempo llevo fantaseando con eso, y siempre llego a la conclusión que no es imposible, si ninguna obligación me ata al lugar donde vivo, puedo hacerlo donde quiera o pueda no?

Este tiempo de pandemia, lo he comprado aún más si cabe. Las obligaciones nos atan, y yo en el fondo casi ninguna tengo. Desde que mamá se fue, más aún lo pienso. (suspiro) En fin, muchas cosas pienso.

Con la que está cayendo y lo que significa para la vida de todos, estos tiempo convulsos, hacen que aun medite en algún cambio radical viable. Son demasiadas las cargas, restricciones, prohibiciones y todo lo que conlleva, que como hace mucho digo, me tienen harta, porque no un cambio de aires? Posiblemente no a corto plazo, pero como los millennials que aun piensan que la vida se puede planificar, puedo aunque sea fantasear como ellos, en que yo aunque sea de a generación de los cincuenta, puedo planificar mi vida.

(Me parto de risa) Planificar… quién puede planificar algo en estos tiempos? quién? Soñar es gratis, menos mal.

En otro orden de cosas, y volviendo a la lamentable realidad que tenemos, si se confirma lo que se está gestando en Cataluña, que sea presidente de esa comunidad, uno de la CUP, (para el que no lo sepa… Candidatura de Unión Popular o lo que es un partido antisistema), confirmaré que este mundo cada día está más loco. Os podéis imaginar un “presidente” de lo que sea y que sus ideas sean antisistema? Con lo que ello significa? Es como darle un arma a un mono, o algo parecido. Solo de pensarlo se me hiela la sangre. 

Confirma que estamos enfermos o algo parecido. Respeto todas las ideas, pero el sentido común sencillamente se ha perdido. Que una región como Cataluña se lo esté planteando, como poco me sorprende, por no decir más. Y sin siquiera haber ganado las elecciones, porque son minoría. Una locura. 

No quiero hablar de política, era solo una reflexión. Lo siento si a alguien ofendo con ella. Pero la sensación que me quedó cuando leí sobre ello, me revolvió y mucho. Menudo futuro tenemos.

La marmota salió el 2 de febrero, y predijo otras 4 semanas de invierno. Tenía razón. Sigue el frío y el tiempo revuelto. No sé cómo lo predice, pero estos últimos años, por gracia, la he seguido y nunca se equivoca. Este tampoco. Se que después llegara mayo, habrá 40 grados y querremos frío. Pero en estos dos meses que han pasado los cambios térmicos han sido tan notorios, o mucho frio o mucho calor, de un día para otro, como el viento y las tormentas, que me llevan a ver que el mundo y el clima se está mimetizando de la locura del ser humano. Y debe pensar “si estos están locos, porque no lo voy a estar yo, no?” Bromas aparte, el clima también está loco, loco. Y ya son….

Bueno aquí acabo. Deseando que todos sigan bien. Hoy esto se ha convertido en un poco de “delirio divagante”, pero me divierte escribirlo porque lo pienso. Que me quiten lo bailado, como decía el tango. Espero no haberlos aburrido con esta crónica.

Lo dicho, buena semana, cuídense, y recuerden… Esto también pasará.

Antes o después, pasará y quedará en el recuerdo, hasta la próxima pandemia, locura o descontrol. Que al final, eso significa que seguimos vivos y en la brecha.

Nota: la foto de hoy que ilustra esta crónica, de mi sueño de película “la villa de Bramasole” en la Toscana. Por qué no?

 

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Crónica dominguera: La vie en rose, ou pas?

Hola a todos. Menuda semana, y como yo siempre digo “y yo me la quería perder“. No voy a contar penurias porque no es mi intención en esta crónica, pero ha sido movidita en todos los aspectos, externos e internos. Lo que confirma empíricamente que “la gente está de los nervios y perdida, en general”. Lo más probable que yo también, no dejo de estar en el mundo. Pero intento no estarlo. Como será que la mañana del sábado, me sentía como si me hubiera pasado un tren por encima, agotada. Hacía mucho que no tenía esa sensación. No era solo físico que también, era todo. Y me daba cuenta que difícil se hacía todo cuando las cosas que son importantes para ti, y prioritarias,  no dependen de ti sino de los que están junto a ti. Es la vida que yo he elegido o he sustentado, no me arrepiento, pero me da mucha desesperanza darme cuenta que no depende de mi.

Esta semana he vuelto a escuchar “los sueños se hacen realidad, siempre”. Mentira. Otros te dicen “esfuérzate, y lo conseguirás”. Mentira también. Por más que pongas empeño, esfuerzo, trabajo, dedicación, cuánto hay otra gente que no lo hace, y debería, es imposible. Por eso siempre digo “las cosas se consiguen si te dejan que lo hagas”, la gente, las circunstancias, el tiempo. Nada, o casi nada depende solo de nosotros. En mi caso, mucho no depende de mí. Y eso me enferma. Ojalá fuera de otra manera, así no me sentiría tan frustrada como me siento. Pero es lo que hay, o lo cambio, cosa casi imposible en estos tiempos y por mi edad, o lo sigo aguantando por necesidad. Creo que no tengo otra opción que lo segundo.

En otro orden de cosas, os cuento que la acuarela de la Gran Vía que hice para un regalo, ha gustado y mucho. Se emocionó cuando la vio. Luego de los agradecimientos, halagos, etc, etc. Me quedé pensando, qué raros que somos. Si todos te dicen “Lu, me encantan tus dibujos” ¿porque tu no los valoras? en igual medida, y los ves como unos del montón. Esto tiene un trasfondo que viene de lejos. Quizás porque a la persona que si me hubiera gustado que me dijera “me encanta”, nunca lo hizo. Nunca valoró mi vena artística. Siempre eran otras cosas pero no esa que era importante para mí. Posiblemente por eso no lo valoro yo. “Carne de diván”, dirían en Argentina. (suspiro) Posiblemente.

Hoy parezco triste, puede, pero estoy cansada, más de lo habitual. Nada más.

Esta semana he empezado a restablecer mi “jardín privado”, que luego de los -20 de enero por más que estaban protegidas, casi no ha sobrevivido ninguna planta. He tenido que tirar casi el 90% de lo que tenía en el balcón, quemado por el frío. Ya tengo una azalea florecida y dos malvones con flores. Me causa gracias porque aquí a los malvones, los llamas geranios, aunque yo los seguiré llamando “malvones”. Estos giros idiomáticos siempre me han sorprendido. Por ejemplo los “jazmines”, esos que en primavera en Buenos Aires, los compramos en ramitos en la calle, y que a mamá y a mí, siempre nos gustaba tener en la mesita de luz.  Aquí los llaman “gardenias”. Posiblemente porque su nombre botánico es “gardenia jazminoide”. En este caso, me gusta el nombre y los llamo así, gardenias. Aunque ahora no tengo ninguno. Porque el clima de Madrid es complicado para ellos. Creo que como aquí empieza el buen tiempo, ya se huele a primavera, me pasare por un vivero esta semana a ver si me hago con más plantas. Verlas me alegra el corazón. Tengo que replantar algunos esquejes que salve del frío de la planta del dinero, y los he tenido en agua largando raíces. Y vaya si lo han hecho. Veremos si crecen, como el dinero o no

Bueno os dejo. Espero que todos estén bien. Y sigan cuidándose. Aquí lo intentamos, esta semana fui a la piscina dos veces. Qué gusto. Iba aterrada, lo reconozco, pero he superado el miedo. Ya me lo decía mi carta astral para este año, que el contacto con el agua era importante en mi vida. Me hace fenomenal. La semana que empieza intentaré ir tres veces. Ya que no puedo aun ir al mar, me conformaré con la piscina.

Y recuerden que esto también pasará.

nota: la imagen que acompaña este texto hoy es una que vi en Pinterest y simboliza mi semana. ( by Yaritza Ellison) Mi semana que no es una tipo “la vie en rose, ou pas?”. Que se acaba hoy febrero.

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Crónica dominguera: Viva el jamón y el aceite de oliva

Hola a todos. Aquí estamos otra mañana dominguera, aun riéndome del algoritmo que ha dicho que el jamón de jabugo y el aceite de oliva virgen es perjudicial para la salud, en un grado 2 siendo 5 el más favorable y 1 el menos,  para el ser humano. Esto pasa cuando se dejan esas variables a un algoritmo. Mi Dios a qué niveles de estupidez hemos llegado. Lo bueno, es que algún despistado o de los que viven su vida a través de estadísticas y no de experiencias contrastables lo dejarán de comer y así los demás que disfrutamos con un buen aceite de primera prensa, virgen como el de Jaén en un buen pan de pueblo y unas lonchas de jamón del bueno, tendremos más.

Otra tontería más para la vida complicada que vivimos. Porque miren que es complicada. Ayer hablando de las musarañas, al solecito de la mañana, mi interlocutora me hacía una reflexión en contestación a la mía sobre lo sombrío del futuro. Diciéndome “que vida se puede tener detrás de esto“, señalándome la mascarilla que llevábamos. Y tiene razón. Como anécdota tengo que contar, que el otro día invité a la paseadora del Sr. Spock a un vino, para charlar y conocerla más, luego de tantos meses de verla en la puerta cuando viene a buscar al gordito. De repente cuando la veo en la mesa de la terraza que quedamos, no la reconocí. La primera vez que la veía sin mascarilla en un año. Lo que me llevo a pensar… “vaya si me la cruzo por la calle sin mascarilla no la saludo  porque no sabría quién era”. Un año, charlando, viniendo casi a diario por el perrito y no la reconocería.

Wow, menudo shock. Darme cuenta como nos ocultan las mascarillas. Que hace que no se sepa o reconozcan las emociones, si sonreímos, o nos reímos. Salvo el sonido que emitimos. No porque no me diera cuenta, sino que esta vez me sorprendió un montón, fue como dicen “tuve una revelación”. Otros tienen revelaciones místicas, yo de darme cuenta la falta de identidad emocional y física que nos ocultan las mascarillas.  (suspiro) Para todos los gustos.

En otro orden de cosas he tenido que sopesar pro y contra de, “perjudicar mi salud física y mental no haciendo actividad física, o el riesgo de contagiarme de Covid.·” La conclusión ha sido que vuelvo el lunes a la piscina. Tuve que superar el miedo a contagiarme sobre mi salud. Seguiré con mis medidas de seguridad propias, usando lo mínimo posible el gimnasio, sin sacarme la mascarilla salvo en la piscina. Pero mi salud física me lo agradecerá. No iré todos los días, quizás dos seguros, máximo 3 a la semana. Pero tengo que hacer algo. Necesito el contacto con el agua. No tener esa actividad me está pasando factura en mi estado emocional, en dormir y en mi movilidad. No puedo permitir que una “posibilidad” de que pueda pasar algo, me inmovilice. Se que tengo miedo de contagiarme. Pero la pregunta del millón es “qué es peor para mí”. Debo salir de mi zona de confort como dicen los psicólogos. Yo diría “a tirarme a la piscina”.

El miedo ya nos inmoviliza demasiado por si pasa… En la vida pueden pasar muchas cosas, no podemos controlarlas todas. Pero tampoco podemos seguir viviendo siempre en esta vida encapsulada que tenemos todos. Tenemos que poner medidas para cambiar ciertas situaciones que nos atenazan porque a largo plazo nos dañaran definitivamente. Habrá que correr el riesgo.

Recuerdo hace más de un año, sin pandemia, con la vida normal, no como ahora y que casi sin darnos cuenta corríamos riesgos desde el momento de salir a la calle. Como si nada. Ni nos dábamos cuenta, ni siquiera lo pensábamos. Y ahora uno tiene que ir en todo momento con pie de plomo, cuidándose, alejándose de los lugares cerrados, de la gente, de la vida. Hemos perdido espontaneidad, afecto, contacto físico, sonrisas, etc etc, en definitiva hemos perdido calidad de vida. Solo ha pasado un año. Y como poco nos queda otro. Esto ya es inaguantable. Así que mejor nos sacudimos un poco el miedo y vivimos un poquito más, sin locuras evidentemente. Pero sin tantas restricciones. Se necesita desmelenarse algo.

Mientras escribo esto, me río sola por no llorar, porque en otra época el desmelenarse en mi caso era por ejemplo, pillar el coche e irme a la playa unos días a tomar el sol o un billete e ir a París a pasar el finde. Ahora no puedo o no me dejan, ni siquiera salir de mi provincia. O ir a Francia porque tengo que hacer cuarentena y todo allí cierra a las 6 de la tarde. Una locura. Como para pensar siquiera en un viaje a la Argentina.

En fin, espero que lleguen mejores días y que sobre todo yo los vea.

Bueno, llegados a este punto, os dejo. Deseando que todos estén bien de salud. Pidiéndoles que se cuiden mucho, pero que se planteen “desmelenarse un poco” con algo, para empezar a romper esa cápsula que nos contiene la vida. Porque no hacerlo con una buena ración de jamón, un buen aceite de oliva virgen extra, una buena copa de vino, y si es en compañía mejor. Eso si es desmelenarse, vaya sino. Dejémonos de tantos algoritmos que nos quieren controlar la vida, aún más, como si no tuviéramos bastante con la mierda de pandemia que estamos pasando.

Recordando que aunque no se sepa cuando… esto también pasará.

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Crónicas domingueras: Be my Valentine

Aquí estamos, otra semana más. Para los que festejan San Valentín, mi enhorabuena, para los que no… pos que se le va a hacer no?. Se que muchos reniegan porque dicen que es un día solo comercial, puede ser. Pero en EEUU, es algo que se festeja hace muchos años, pero no es solo para los enamorados. Sino para decirles que les quieren a los amigos, a las familias y a esas personas que están a nuestro lado y no se lo decimos nunca. Si hay un día para cada cosa, como ayer que fue el de la radio, porque no uno para el amor? Cuando dicen que es la fuerza más potente de todas. La frase “be my Valentine”, es eso, para los amigos que no son una pareja. Así que, a llenar el día de amorrrr, por favor, que de lo demás sobra.

Sobran las peleas, las discusiones, las elecciones catalanas, las amenazas, los virus, las reglas, las órdenes, las quejas, porque mira que se quejan, etc. Etc.

Y hablando de quejas, una que ya también supera lo aguantable es la de la hostelería. Se que me pondrán el grito en el cielo, pero es así. Si les cierran porque les cierran. Si les abren, porque solo pueden trabajar el 50% de ocupación. Que papá estado les indemnice por no ganar lo que deberían haber ganado abiertos, y siguen y sigue. Parecen como esa personas que no hacen nada más que exigir y pedir. Y los demás qué? Hemos estado de jauja? Y los que han perdido el trabajo? Y los que no tiene para comer en serio? A ellos que??? Yo comprendo que el que no trabaja no vive, es mi caso. Los meses que no tuve trabajo por la pandemia, y el 2020 no fue muy productivo que digamos, no entro absolutamente nada, porque papá estado, consideró que no tenía derecho a nada de subvención (al final no sé a quién se lo dieron) , o como mi banco, al que pedí ayuda, y aunque no tengo deudas ni hipoteca, dice que soy “insolvente” o algo parecido. Yo creía que el concepto “insolvente”, era el que no tenía para pagar sus deudas, pero parece que es más amplio, como no tener una empresa que te pague todos los mese un sueldo, o una subvención del estado. El riesgo parece que no es atractivo, para un banco. Aunque existan otros medios, no se muy bien cómo evalúan. Así que yo no  entro en los parámetros de una persona “solvente” según el banco, posiblemente porque no tengo ahorros por miles para que me cobren comisiones por tener el dinero en el banco, será eso. Es demencial. Siempre me queda la pregunta… cual es la función de un banco…. ayudar a sus clientes o desangrarlos?

Comprendo que el sector de la hostelería se queje, pero siempre?? O es que solo nos enteramos de las quejas de ellos? Puede ser. Al final la información que nos llega está tan sesgada por intereses, que uno ya no sabe que escuchar. Como decían, corramos un tupido velo. Eso me gustaría hacer en muchos temas, correr un tupido velo, para ver las cosas de lejos o entre penumbras. Para que verlas tal cual son, asustan o mejor dicho aterran.

Esta semana he retomado con mucho esfuerzo, porque cada cosa que hago me cuesta un montón,  el tema del arte en mi vida. Un día de paseo por un museo a ver pintura, aunque lo que vi no me impresionó mucho, salvo un cuadro de la primera época de Mondrian, que ilustran esta crónica hoy. Me quedé un buen rato viéndolo, me recordó, sin comparar por supuesto,  a mis cielos de cuando comencé  a pintar. Siempre me ha gustado mucho pintar cielos. Sinceramente me enamoró, no así lo otro que vi. Eso sí, disfrute del sol y uno de los patios de museos que más me gusta, el Reina Sofía, con una tranquilidad pasmosa y viendo como se movía el móvil de Calder del centro, con la brisa que había. Momento mágico. Me faltó fumarme un cigarrillo pero está prohibido. Hubiera sido el clímax. Y al día siguiente, fui a dibujar con los uskmadrid, al paseo del prado. Y pinté. Si pinté de nuevo al aire libre. Un gusto. Aunque cuando volví a casa, me sentía cansado como si hubiera corrido una maratón. Será por lo que estoy pasando, pero lo hice, no me encerré en casa.

Como curiosidad os cuento que la serie que os recomendé la semana pasada, la recomendaba hoy en el HOLA, Sara Carbonero, para distraerse luego de salir del hospital (La extraordinaria playlist de Zoey). Así que mi recomendación temprana no ha estado mal. No? Os recomiendo otra, totalmente distinta, en HBO, The Undoing, con Nicole Kidman y Hugh Grand, 6 capítulos para ver de corrido. Muy buena. Hasta el minuto final, no sabes quien es el asesino, y yo no haré spoiler.

Bueno, os dejo. Que tengan una buena semana. Aquí como siempre seguimos cuidándonos, cumpliendo con las obligaciones aunque nos cueste mucho hacerlo, pero lo hacemos. He intentado superar el inmovilismo que nos ocasiona el ánimo. Qué es lo que hay.. ya habrá tiempo de estar como antes.

Y recuerden…. Esto también pasará.

Nota: el cuadro que ilustra esta crónica es de Mondrian. A que no parece de él. Y la foto no le hace justicia, los colores son más bonitos al natural. Me recordaba a los cielos de Turner, que también me encantan.

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Crónica dominguera: Mal, pero acostumbrados

Hola, otro domingo por aquí. Tarde porque hay que disfrutar de esos pequeños momentos que se presentan en el día a día que uno ahora valora más que antes. Hoy me levanté tarde, luego de las 10, deje la casa abierta y salí con el perrito. Pensaba volver rápido, el periódico, vuelta y listo. Pero como era tarde me senté en una terraza a desayunar un buen cafecito. En ese momento, me llamo Elena, bajo con sus peques, y nos hemos liado. A pasear por el río con los perros, encontrarnos con muchos conocidos y charlar. Como el Retiro está cerrado, el río estaba lleno. Luego unos vinitos al sol y volver a casa tres horas después. Eso si es un buen paseo al perro.

Pero quién nos quita lo bailado. Son esos pequeños momentos de relaciones sociales que nos dan pilas para la semana de aislamiento que empieza, y van… Porque agradezco la zona donde vivo, junto al río que tengo que decir que luego de la nieve, ha subido más de un metro en su nivel, y ahora se ve más agua que tierra.

Lo que hemos notado es que han vuelto las cigüeñas. He visto varias. El dicho dice por “San Blas las cigüeñas verás“. Y esa fecha fue el 3 de febrero. No sé si se fueron este año, pero si así lo hicieron, ya han vuelto lo que nos anota en el calendario que la primavera no tardará en llegar. 

También he recordado que hoy 7 de febrero hace 4 años que me mudé a mi nueva casa. Mi Dios. 4 años ya. Parece poco tiempo, pero han pasado tantas cosas estos años, que parece una eternidad. Cuántas cosas pueden pasar en 4 años. En mí, muchas. Buenas y malas, pero no me quejo. Han sido años duros, pero al final aquí seguimos, en la lucha día a día. Menos mal.

El 2 de febrero la marmota Phil salió de su madriguera y ha predicho otras 6 semanas de invierno. Así que nos espera más frío. No me extraña con la cantidad de borrascas que llegan semana a semana una tras otra. El clima está tan revuelto, que el que me diga que no existe el cambio climático le doy con algo. Lo bueno que tiene Madrid es que aunque haga frío, si hay sol, se agradece.

Llevo más de una semana sin ver el telediario. Y me siento más tranquila. Es imposible aguantar emocionalmente que un día y otro también, nos metan miedo con todo lo que está pasando. Se que pasa, pero con escucharlo solo una vez por semana me alcanza y me sobra. Que Bárcenas y el PP, que el rey emérito, que las elecciones en Cataluña, que la pandemia, que los contagiados, que esto que lo otro, etc, etc. No lo soporto más. Así que mejor no escucharlo más. Total ya sé que paso y que pasa. Mejor cambiar de tema.

Os tengo que aconsejar una serie. Ahora busco series distintas, con un guion original. Y la de esta semana se llama “ La extraordinaria playlist de Zoey”  . En HBO. Una chica que por un accidente en una tomografía computada, pilla  el “super poder” como ella lo llama, de sentir lo que la gente siente a través de la música. Aconsejo verla con subtítulos así lees la letra de la canción. Es fresca, distinta, divertida y muy original. Te evade de todo y te hace reír.

Bueno, os dejo. Aquí seguimos, con mucho cuidado pero seguimos viviendo y eso es lo importante. Otros están mucho peor. Mejor no quejarnos. Que como la ley de Murphy dice “siempre se puede estar peor”. Mejor quedarnos como estamos.

Porque como siempre digo “Esto también pasará”.

La foto que ilustra esta crónica es una que me ha sacado hoy mismo. Asi estamos, como me hacia recordar esta semana alguien en un mail, y decía el personaje Mendieta en la viñeta de un periódico de la Argentina cuando le preguntaban cómo estaba…”Mal, pero acostumbrado“. (sonrió)

Así estamos. Mal pero cada día más acostumbrados a eso no?