Valor, voluntad, amor y cicatrices

Hace bastante tiempo que llevo darle vuelta a hacerme un pequeño tatuaje. Lo tengo bastante claro aunque no termino de decidirme.

Le había dado muchas vueltas a la frase “Valor y Voluntad” para ser el texto del tatuaje, porque es un lema de un olvidado y pequeño clan escoces de una isla perdida, que cuando lo supe me di cuenta que al día de hoy, mi vida se ha basado en eso. En tener valor y voluntad. Mucho valor y voluntad.

Valor para abrirme paso en otro continente sin mucha perspectivas iniciales, ya que vine por año sabático con una “maleta, un bolso y 2500 en metálico.”

Sin nada de ayuda, y solo recibiendo “críticas” de cercanos sobre todo de alguien que se decía amiga, porque me criticaba por “cobardía” por irme fuera. Cosa que ocasionó dos cosas, que la mandara a la mierda y darme cuenta que lo que sufría era envida cochina porque yo hacia lo que ella quería y no podía. Y la que podía era yo, aunque no quería o no era mi intensión. 

De eso ya 33 años. 

Voluntad, porque mucha he tenido para llegar donde estoy. Como luchar por salir adelante. Hacerlo sola, en un país que si bien somos “primos hermanos” como decía mi padre, Don Cesar. No fue un lecho de rosas. No me lo pusieron fácil y poca ayuda recibí. Ahora luego de esos 33 años, el resultado ha sido fenomenal. Duro, con mucho valor y voluntad,  aunque no me quejo y todo lo que he hecho, conseguido tanto a nivel personal como profesional, no es poco valorable, al contrario, debido a las circunstancias.

Por eso lo del valor y la voluntad.

Pero, como siempre en la vida hay “un pero”. Hace unas semanas volví a Escocia, y en una charla de amigos durante el viaje en la naturaleza en las Highlands, ponen una canción en el viaje de un grupo que no conocía, Arde Bogotá,  que dice “Valor, amor y cicatrices”. Fue una revelación. Como dicen algunos “una revelación mística”.

Cuando terminó la canción, recuerdo que me volví a mi amiga que esa canción le encanta, y le conté lo que os estoy contando ahora. Porque mi vida ha sido eso, “Valor, voluntad, amor y cicatrices”.

Ahora tengo que rediseñar el tatuaje, porque es un diseño mío, para esas cuatro palabras, que mezclarán el  lema escoces con la frase de la canción”.

Dicen que los tatuajes tienen que tener una historia detrás. Esta es la que tendrá el mío. El lema de mi vida… “Valor, voluntad, amor y cicatrices”. Ya os lo mostraré, cuando lo haga, porque lo haré pronto.

Creo que no esta mal. Tú tienes un lema que defina tu vida??? cuéntame

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La lejania

Una de las peores cosas que lleva, en general, alguien que vive lejos de su casa original es la lejanía. El desarraigo, o como dicen los brasileños, tener “saudades”. Hace poco, no se muy bien con quien, yo decía que si cuando te mudabas a otro país, no dejabas ese sentimiento pronto, estabas condenado a que nada fluyera y te terminabas volviendo.

Yo que llevo 33 años en España, siempre digo “nada se me perdió en Argentina“.  Pero debo reconocer, que al día de hoy, allá suceden cosas como un bautizo de un niño que yo aun no conozco, y me produce un sentimiento de tristeza contenida. Porque se que me he perdido muchas cosas familiares que han sucedido en 33 años, hasta llegar a ser, bastante invisible para muchos allá, pero es lo que la vida me puso adelante, o mejor dicho es el precio que uno paga por intentar vivir en otro lugar.

Soy consciente que llegará un día, que el principal motivo de unión con tu país de origen, desaparecerá del todo, y ese hilo invisible que aun te une se terminará rompiendo producto de la lejanía, del paso del tiempo y del crecimiento del olvido que la vida de todos hace de la tuya.

No te olvidan porque no te quieran, que va. Mejor creer eso. Te olvidan porque no estas ahí cerca. Te ven a saltos cada dos o tres años. Tantas cosas pasan en la vida de una persona en ese tiempo, que no es raro que se olviden. Y sino quiero ser “cruel” con la palabra olvido, como alguien alguna vez me dijo, diré que te alejan de sus vidas porque no formas parte de ella, estas demasiado lejos.

Tú  eres el que se fue, el que esta atento porque tu recuerdo es el que te mantiene en contacto con tus raíces, intentas recordarlos todos los días, y lo haces. Como una manera de no haberte ido nunca. Por eso, ese sentimiento en algunos es demasiado fuerte y les hace claudicar  volviendo.

Si la vida se pudiera rebobinar, posiblemente yo no volvería a hacer lo que he hecho, mudarme fuera de mi barrio. Nadie me avisó del costo “emocional” que uno paga por irse tan lejos. Por eso, cuando veo a tantos jóvenes de este país, que ahora se van lejos a buscarse la vida, me solidarizo con ellos, porque se lo que van a pasar.

La lejanía de los que nos quieren y queremos, desgasta el alma, la enfría. La hace más débil a romperse un día. Uno intenta ser y hacerse el fuerte, algunos lo consiguen otros no.

Imagen de portada Via Pinteres by Raul Martinez Juarez
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Adiós 23, hola bisiesto 24

Se nos va ya el 2023, y viene el 2024 bisiesto. Pues si, tenia que llegar alguna vez un bisiesto. 

Yo los odio, pero intentaré romper con la maldición de los bisiestos. Para mi son años duros, aunque al final el resultado es positivo. Así que intentaré que este 2024 sea un buen año, y si es duro pues estamos acostumbrados a llevarlos lo mejor posible. 

La vida es dura casi siempre, así que un año más que importa… No? 

Lo importante es tener fuerza y voluntad para llevarlo lo mejor posible. Tenemos las armas para que así sea. La mayoría de las veces depende de nosotros mismos y como afrontamos las cosas y los duelos diarios por salir airosos de las cosas que se plantean. Sino depende de nosotros, como decía mi abuelo Juan José… aprendamos a sobrellévalos lo mejor posible. Total, sino esta en nuestra mano, para que preocuparnos no?

Así que 2024 ven que te daremos pelea, seas bisiesto o no. Así cuando escriba el post de diciembre del año que viene pueda decir, he podido contigo y lo he logrado. Tengo muy claro las cosas que quiero lograr o hacer este nuevo año que llega.

Lo más claro es…

  • Volveré a pintar al oleo.
  • Saldré a dibujar más a la calle, en febrero ya tengo un viaje solo a dibujar a Hamburgo para ver la expo de Friedrich, volviendo a la costumbre de viajes a exposiciones importantes de pintura.
  • Me he hecho amiga del Museo del Prado por el COAM, por lo tanto como poco una vez al mes iré de visitas. Siempre hay algo para ver en el museo. Cada vez que voy no tengo la sensación de repetir sino que siempre encuentro algo nuevo.
  • Me haré un tatuaje, el primero. Ya lo tengo claro lo que quiero, porque no?
  • Tengo otro viaje a la Argentina, pero esta vez de turismo y al encuentro de los USK mundial que es en Buenos Aires.  Argentina es siempre un buen destino sin compromisos sociales como en viajes anteriores. Al cerrar una etapa de vida, ahora la que se abrió es otra e involucra el turismo puro y duro.
  • Voy a ver a Bruce Springsteen en junio, la cuarta vez que lo voy a ver a lo largo de mi vida, pero me hace como siempre mucha ilusión.
  • Volveré en verano a Escocia. A las tierras altas y la isla de Skye. Amo esas tierras y quiero conocerla de apoco entera. Es mágica para mi. Por ahí en otra vida habré vivido por ahí.
  • Y más…
  • Las cosas que se tercien, que sorprendan porque no las espere o que aparezcan en el camino, las afrontaremos como decíamos antes con “Valor y Voluntad” como debe ser. Sin miedo, con fuerza y sobre todo sin cargas emocionales. Porque llegados a este año bisiesto, la mochila que portamos esta bastante vacía. Ha costado pero lo hemos logrado en el 2023. Así que se que este año que viene no será como otros bisiestos. En eso estamos tranquilos.

2024 ven, que te esperamos tranquilos y felices, aunque seas bisiesto. No nos asustas, ni nos gustan tu etiqueta de bisiesto, pero te daremos pelea como siempre.

A los demás, feliz año nuevo.  Como dice la portada de este post…

“que todo lo bueno te siga, te encuentre y se quede contigo”

40 años, no son nada o si….?

El 16 de diciembre de 1983, me dieron la última nota de la carrera de arquitectura. Por lo tanto, mañana cumplo 40 años de arquitecto. Wow.

Arquitectura no era mi primera, ni ninguna opción de estudio. Yo quería estudiar Bellas Artes, pero como siempre mi madre que era una señora muy señorona consideró que no era una buena opción para mantenerme económicamente.

Sinceramente le tengo que dar las gracias que insistiera. A veces no le hacemos caso a los padres, pero craso error. Porque cuando me planteo el problema, me vino la idea de estudiar arquitectura porque tenia una parte creativa y otra técnica. Nunca me lo había planteado. Así que estudie para el acceso y entré. 

Hice la carrera en 6 años, los correspondientes. Y al mes de salir encontré el primer trabajo en una empresa constructora, en la oficina técnica. Eso si, luego de un mes de vacaciones en el mar, para poder descansar de la paliza que fue cursar Proyectos 5, que nos tuvo a mi y otras dos compañeras, 4 meses encerradas en un piso proyectando y sobre todo dibujando. Porque hicimos la carrera con lápiz, rotring  y reglas. Los ordenadores en esa época no existían.

La parte creativa no fue un problema porque se me dio bien. El dibujo y la creatividad del espacio era lo mío. Y ese primer trabajo con dos técnicos me dio las bases de aprender de construcción, de hacer presupuestos, etc. etc. Me ayudo a aprender lo que la facultad no me había enseñado. La realidad de la construcción. Como ahora haría un master. En mi época tampoco había eso.

Recuerdo con mucho cariño a esas dos personas que me enseñaron tanto en los tres años que trabajé con ellos. Porque me dieron las bases para completar mi formación, que me ha acompañado hasta ahora.

Nunca he sido un arquitecto vocacional sino un arquitecto práctico. Me gusta la arquitectura, verla y diseñarla pero nunca fue mi vocación. Lo que si, me dio el medio de vida para desarrollar la vida que hice. Con mi profesión pude viajar, disfrutar de la vida y sobre todo pagar las facturas hasta hoy. Quizás si hubiera estudiado bellas artes, no hubiera sido así. No me arrepiento de las decisiones que tomé.

Ahora 40 años de empezar, me divierte un montón hacer arquitectura, aunque me centré en las reformas de viviendas. Hace poco le decía a unos amigos en un cumpleaños que me justaría antes de jubilarme diseñar otra casa desde cero.

En mi carrera diseñé varias. Algunas las construimos otras solo quedó en proyecto. Pero ya hace muchos años. Pero puedo recorrer Madrid, la ciudad donde vivo y las puedo ver. Un edificio sobre todo que queda cerca de la M30, cada vez que paso lo veo y me siento orgullosa de mis proyectos. Es más una amiga vive en ese edificio. Y cuando voy a su casa de visita, me encanta. Hace unos años le reformé un baño y fue un gustazo.

Pero hacer una ahora desde cero, seria un sueño para cumplir. Aunque veo pocas posibilidades reales. Pero es bueno seguir con sueños no?

Así que llegado a este aniversario, le doy las gracias a mi madre, la señora muy señorona, que me hizo reflexionar que no estudiara lo que quería. Le doy las gracias a la arquitectura, porque me dio y me da los medios para vivir. 

Y como el año de jubilación lo pondré yo, porque por las características de esta profesión no hay año fijo, mientras tenga trabajo, seguiré en ello. Si algo tengo que reconocer es que me ha permitido desarrollar la vida que tengo y quiero. Que más puedo pedir? quizás diseñar una casa desde cero de nuevo.

Alguien se anima a contratarme para ello? pues aqui estoy. Sino en otra vida.

Nota: la foto de la portada es como quedamos después 
que nos dieran la nota. Nos tiraron huevos, harina 
y no se que más. Toda la ropa la tuve que tirar, 
pero que recuerdos.

Si muriera mañana… ¿Cómo lo harías?

Hoy  me llamó una amiga para quedar. Un té a media mañana, en horario laboral. Un encuentro sorpresivo y posible. Un encuentro que la charla ha llevado a darnos cuentas que es la vida que queremos tener. 

Por las circunstancias a veces hace que aunque uno quiera no pueda. Me doy cuenta que estos últimos años, de a poco, he ido construyendo la vida que quiero tener. La vida que me permite estos pequeños momentos inesperados aunque sorpresivos, valoro un montón. 

Lo que me lleva a reflexionar ¿es lo que quiero? Tener una vida, donde trabajo pero no con agobio. Donde me dedico a mis aficiones que son los libros y la pintura en el mucho tiempo libre que tengo. Donde voy al cine los martes a la tarde porque sale 2€ para los mayores de 65. Que aunque no los tengo aun, voy con una vecina que si, y me cuela, aunque no falta mucho para cumplir con la norma. Donde voy a ver alguna que otra exposición de pintura en los maravillosos museos o sitios de artes de esta ciudad. Donde voy a al gym, aunque no tanto como debería, pero eso se puede ajustar. Etc etc, etc,.

Pues si, es la vida que quiero. Ya no quiero peleas, complicaciones, largas charlas de comeduras de coco, obligaciones desmesuradas. El que dirán, las obligaciones familiares, etc, etc. Quiero tranquilidad, pausa, y pequeños momentos de gusto y placer como el cine, los libros, la pintura o los amigos aunque no superen los dedos de una mano. Eso es lo que quiero. Me siento afortunada poder tener la vida que tengo. Sin estridencias y posiblemente para muchos aburrida. Pero para mi no.

Este año he cerrado una etapa de mi vida en un viaje a la Argentina. Y he iniciado otra, la de la madurez. La que tengo es la que quiero tener y gracias que puedo.

Escuchaba en un audio libro al personaje decir “si muriera mañana, lo harías sabiendo que hiciste todo cuando pudiste para tener lo que querías? ¿morirías con la tranquilidad de que no podrías estar en un lugar mejor, con una compañía mejor? ¿o morirías con una cuenta pendiente?”

No moriría con cuentas pendientes. He tenido la vida que he tenido. Con claro oscuros como todos. Pero es la que tuve. He estudiado lo que he querido y eso me ha dado el medio de vida para tener una buena vida. He querido, no mucho todo hay que decirlo pero es lo que se presentó. He sido una buena hija, una buena hermana aunque ellos no lo han sabido valorar, he sido una buena amiga y lo mismo, algunos lo valoraron y otros muchos no. He sido lo que he podido, pero la sensación ha sido buena. No tengo de mi parte ninguna deuda pendiente. Si la tenia con el cierre de etapa de vida de septiembre, las he subsanado aunque sea de mi parte. ¿De ellos? que cada uno se haga cargo de lo suyo. Ya no le debo nada a nadie, ni material ni emocional. Tengo la conciencia super tranquila.

Hace mucho que no pienso que sentirán hacia mi los otros que me rodean o me han rodeado. Ni la familia ni los amigos. Antes tenia como una sensación de “culpa” porque debía ser mejor hacia ellos, era mi obligación esforzándome por cumplir con todos, pero ya no. 

En esta nueva etapa que he abierto quiero lo que tengo, tranquilidad. Pequeños momentos, pocas obligaciones y usar el tiempo para lo que lo hago, como decía antes.

¿Me importa lo que piensen hacia mi ahora? Para nada. Pueden decir o pensar lo que les venga en ganas. Ya no forman parte de mi vida.  Antes si me importaba y mucho. Pero me he dado cuenta que hiciera lo que hiciera, les daba igual, porque ellos tenían una idea y no la iban a cambiar por mi, ni me darían la oportunidad de cambiarla. ¿Les debo algo? para nada. Y quizás ellos si a mi. Pero no me importa. Ya no. 

Así que debo dar las Gracias, por la vida que me he construido y que he podido. Y si deseo algo es esperar que el tiempo me deje seguir teniendo. Porque eso ya no depende de mi en exclusividad sino de las circunstancia generales y particulares. Pero no me preocupa, aceptaré lo que llegue, eso si… intentando no perder lo que tengo que bastante me ha costado sobre todo emocionalmente, pero eso mejor para otro post.

Pd: Otra cosa, hoy 24 de noviembre es Santa Lucrecia, y solo hay dos amigos que todos los años se acuerdan. Aunque no lo festejo, me gusta que ellos me lo recuerden. Ahora lo sabéis vosotros, haréis algo? Corremos un tupido velo, como tantas cosas en mi vida. 

Imagen de portada, colage de Pinteres "behance.net"

 

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El cerebro debe hace click, o sino….

En toda situación, depende de uno que las cosas sigan erre que te erre en la cabeza, con el consabido estres emocional que nos ocasiona,  o hacemos click y desconectamos de la situación siguiendo adelante.

El otro día leía una frase que decía “ser feliz es el trabajo de obligarse a ser feliz a diario“. o algo por el estilo. Lo que yo definiría hacer click y desconectar de lo que nos daña.

Las decisiones que tomamos nosotros o los demás en una situación de dos, si dependen de nosotros la podemos cambiar, pero si el camino lo marco la otra parte, poco podemos hacer.

Así que…

Eso es lo que he hecho yo estos días. Click… y he desconectado. Me he ido de vacaciones.

Aun no se que contestar a mi propia pregunta

Aún no se que contestar de mi pregunta de las 3 cosas que hacen qué vivir valga la pena.
A mi me pasa como a otros, que como no tengo hijos, ni pareja, no se que decir, aunque algunos lo tiene más claro.

En ningún momento pensé que las respuestas serían distintas a las que han sido. Soy una convencida que el “amor” nos mueve.
Ya sea el amor a los hijos, a una pareja o una familia.

Pero y cuando no las tienes como yo? Qué es lo que me mueve?
Esto es algo que de vez en cuando pienso, y nunca lo tengo claro. Por eso, creo que es tan fácil tener la moral baja.

Tampoco creo que lo que haga que valga la pena vivir, seamos solo nosotros como me dicen otros. Tiene que haber otra cosa.

Quizás esa búsqueda de algo que justifique el esfuerzo por seguir, el esfuerzo por levantarse todos los días, por no perder la sonrisa, por pensar que el mañana será mejor que hoy seguro, es lo que me mueve. Y no es un comentario, ni depre ni nada ein, aunque lo parezca.

Es algo que pienso bastante. ¿El porqué?

Porque me tengo que matar trabajando 10 hs por día todos los días.
Porque me esfuerzo por tener una casa, si me daría lo mismo vivir de alquiler.
Porque nunca tengo tiempo, o mejor dicho, me hago tiempo para perderme por el mundo porque el trabajo me absorbe.

Tema peliagudo este.

En realidad, creo que la pregunta no seria en mi caso, “qué cosas hacen que valga la pena vivir”, porque yo amo la vida, y las disfruto al máximo siempre o casi dentro de lo que mis medios me dejan, sino…

“que cosas hacen que se justifique que te sigas esforzando tanto por mantener la vida que tienes”.

Será la edad o soy la única que tiene esta inquietud?

 

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Síndrome del papel en blanco

Algo que tienen muchas personas que se dedican a una actividad creativa, es pasar del “síndrome del papel en blanco“. Superar ese momento, de no saber que hacer es todo un tema, que otros muchos dicen que se soluciona con trabajo y más trabajo.

Leía el otro día una entrevista de un diseñador, que al día de hoy tenia ya más de 300 cuadernos de trabajos diarios, solo así para soltar la mano. Porque la creatividad no viene sola, viene con mucho trabajo diario, nos guste o no.

Es así. Porqué esta reflexión? porque hoy tengo el “síndrome” yo misma. Estoy en blanco. Aunque me doy cuenta que estar en blanco, no solo es no tener ideas, sino en tener muchas pero no saber como plasmarla o tener cosilla por hacerlo. Siempre tengo cosas que decir, que escribir o que hacer, pero últimamente no es así.

Cuadernos tengo muchos donde solamente “divagar” dibujando o haciendo cualquier cosa, pero tampoco lo hago. Posiblemente porque como hace mucho digo por aquí, me falta constancia, dedicación o trabajo, mucho pero que mucho trabajo.

Lo que pasa es que mi vida esta igual. En blanco, porque solo tengo trabajo que cumplir.

Lo que tengo es “síndrome de la redundancia”, es como estar en un bucle que “mis quejas” sobre este tema se repite una y otra vez. A veces, o mejor dicho, casi todos los días, pienso .. “hoy será distinto”, “hoy lo podré hacer”. Pero nada, otro día muerto, y van… Ya ni lo recuerdo.

Porque el síndrome del papel en blanco, tiene eso, que te deja bloqueado y como no tienes “constancia” o trabajo diario, te quedas ahí. No cruzas la línea que te ocasiona el síndrome.

Creo que mucho tiene que ver el hecho de no creer en uno mismo, que puede. Yo he logrado muchas cosas en mi vida, he ido contra corriente en muchos aspectos, y aquí estoy. Lo tengo claro. Pero con los años, esto convencida que he perdido la capacidad de creer en mí misma. Eso consiste este síndrome para mi. En recuperar la fe perdida. 

Pensar que hace muchos años “salté a la piscina sin agua” muchas veces y lo logre. Ahora no tengo ganas o es miedo de hacerlo? Eso que dicen los sajones, “salir de la zona de confort”, eso es lo que necesito. O un buen viaje, eso también daría sazón a la vida.

A ti que te parece??? te pasa lo mismo??? cuéntame en un comentario…

imagen @by Friedrich Seiderstϋcker

 

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Esos amigos que son la familia de corazón

Hay muchos tipos de amigos en la vida de todos. Amigos en general, los cercanos, los del trabajo (aunque yo creo que del trabajo nunca son amigos pero lo dejo ahí), los de las aficiones, etc, etc.

Después están esos que se catalogan como “los de toda la vida” o “verdaderos amigos”, que se cuentan con los dedos de la mano. Algunos en su vida ni siquiera tienen nunca uno.

Yo los llamo “mi familia de corazón”. Porque para mí, algunos de ellos son en mi vida más importante que mi familia de sangre. Como decía alguien “a los amigos se los elije, a la familia se la hereda”.

Son esos amigos que marcan hitos en tu vida. En mi caso he tenido algunas, contadas con los dedos de mi mano, como marca la tradición, o como decía una vecina mía, “los amigos son los que se comen un saco de sal contigo“.

Ceci que dijo “ay”, se agarró la cabeza y nos dejó por una aneurisma que se rompió, hace ya 22 años.  Con esa aneurisma se fue mi gran amiga de la juventud. Las de las juergas de facultad, los viajes de juventud, las largas charlas, los trabajos conjuntos y otras tantas cosas que pasamos juntas. Aun hoy la recuerdo como si aun estuviera conmigo.

Ayer se fue mi amiga de la madurez, Elena. Esta vez se la llevó el p… cáncer. Una persona maravillosa, que hasta cuando lo necesite me tuvo en su casa 4 meses mientras yo tenía la mía. Una amistad calmada, donde los fines de semana eran de largas charlas en el parque del río con nuestros perretes, empezando a la mañana con el desayuno y esos eternos vinitos en las terrazas que completaban el tiempo.

Podría decir muchas cosas maravillosas de ella, pero sobre todo diré que me ha enseñado lo que es la lucha, la fuerza, el valor y la entereza que he recibido de ella luchando con la enfermedad. Un ejemplo para mí y los que la acompañamos en estos tiempos, en los que nos quede de vida.

Una cosa que compartíamos eran los perretes que teníamos. Ella aún vivía con un hermano de Pampa, mi teckel. Y como decía cuando mi Pampita se fue, “Cuando un amigo se va queda un espacio vacío que no lo puede llenar la llegada de otro amigo. ”

Pues sí, la extrañaré y mucho. Porque ya no será lo mismo muchas cosas en mi vida. Porque ella ya no estará.

Elenita, sé que ya estas con Tyson, Verdi, Pampa y todos lo que te esperaron seguro detrás del arco iris. Porque estés donde estés, no estarás sola. Ellos están contigo, acompañándote en ese prado de amapolas que tanto te gustaba. Estoy segura. 

Descansa amiga, descansa. Que tu vacío no lo llenará nunca la llegada de otro amigo.

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No des más por el pito, de lo que pito vale

Esta frase es la que me decía mi madre desde siempre, cuando me escuchaba de algún desengaño por amistad. Porque si, he tenido varios desengaños de gente que quería o pensaba que lo hacían hacia mi, amigas/os en mi vida. Posiblemente a ti lector, también. Es lo más común desde siempre.

Llegados a este punto en mi vida, con décadas vividas, aun sigo escuchando a mi madre que era una señora muy señorona, diciéndome luego de un suspiro esta frase. Menos mal que no decía “te lo dije”, porque no lo hubiera soportado. Fue preferible dejar una frase memorable que recordar, cuando la vida me vuelve a demostrar que pasa otra vez.

Posiblemente me lo decía para que yo no fuera tan confiada pero lamentablemente lo sigo siendo. Y si lo pienso bien, es una frase que se adapta a muchas situaciones sociales en la vida. Así que la escuche muchas veces y la recuerdo más.

Porque me la digo a mi misma muchas veces, en honor al recuerdo de mi madre, y para recordarme a mi misma que doy más de lo que recibo. Si fuera budista seria maravilloso dar más de lo que uno recibe sin esperar nada. Pero yo no lo soy, soy occidental, y si bien doy sin esperar nada en principio, simplemente porque quiero, me gustaría a veces no ser tan gil y quedarme con la boca abierta, al esperar y sentir vacío.

Porque no es la primera vez. Han sido muchas, donde siempre sonrío y digo no pasa nada. Pero si que pasa, porque uno tiene su corazoncito.

El principal problema de todo esto es que uno “suspira”, y dice una más, para luego aislarse más de todo para que no vuelvan a vapulear sus emociones. Aunque sabemos que volverá a pasar, y pronto seguro.

Pero bueno, seguiremos recordando la frase mítica “no des por el pito más de lo que el pito vale”. Y volveremos a empezar, aunque sea tenemos la posibilidad de volver a quejarnos de lo mismo en un futuro próximo, porque aun estamos por estas tierras. Ces´t la vie.