Hace mucho tiempo que pienso, que los que vivimos con perros y conocemos a personas por ellos, nos llamamos “amigos” solo mientras el perro en cuestión que desarrolla esa amistad, vive.
Estos último años, me ha pasado varias veces. Gente que desaparece de tu vida como apareció, de repente y por un perro. Ahora también veo que otra variante, es los que dicen que son “amigos” por ser vecinos, y cuando se mudan del barrio, desaparecen también. Mejor estos, para otro día.
Hace muchos años, una señora que conozco me dijo “amigos son los que se han comido un saco de sal contigo”. Cada tanto lo recuerdo y pienso, que razón tiene.
Cuanto tiempo tiene que pasar para comer con alguien un saco de sal. Como con la amistad. Cuanto tiempo y vivencias debes pasar con alguien para llamarlo “amigo”.
Cuando se es joven, se piensa por ejemplo que los compañeros de trabajos son “amigos”, hasta que cambian de trabajo y desaparecen. Ces´t la vie.
Yo tenia un buen amigo, o eso creía, y de repente se echo novia y desapareció, pero a veces lo veía por el perro. Pero los perros viven poco, y el verano pasado murió el perro, no mi amigo, y terminó de desaparecer. Mi amigo, no el perro.
Alguna vez, me lo cruzaba en la calle porque somos vecinos, con la perrita de su novia. Pero ya no, lo que me lleva a pensar, la amistad dura lo que la vida de un perro, o si aparece un novio o novia, según el sexo. Este se lleva la palma de tópicos sobre la amistad.
El tiempo ha pasado, pero solo ha confirmado que no estaba equivocada. Este fin de semana pasado, me encontré con alguien en el parque que creo nos vemos una vez al año y porque coincidimos con los perros paseando. Cuando nos despedimos, pensé en esto, que seria la última vez, porque su perrito es mayor, y no creo que tenga más. Por lo tanto, si nuestra “supuesta amistad” que no es tal, sino solo coincidir por tener perros, es anual, el año que viene ya desaparecerá.
Esta persona me preguntaba por otros como nosotros, perrunos. Y de repente, hicimos memoria de los pocos que veíamos de vez en cuando porque seguíamos teniendo perro. Y de todos los que habían desaparecido como sus perros.
Que importante para nuestra salud mental no poner “afecto” donde no lo hay. Donde solo hay simpatía o complicidad por aficiones. Nada más.
Y eso de los amigos, parcelados, mejor para otro día.