La frase que esta incorporada a nuestra vida actual, «es lo que hay», nos ha llevado a ser una sociedad conformista y que aceptamos las cosas, bajando la cabeza resignados. Somos una sociedad que ha aceptado la crisis y las ambiciones han quedado en el vacío. En el fondo, no arreglamos nada de lo que esta pasando.
Las cosas pasan, por mala praxis, y nadie tiene la culpa, nadie renuncia, nadie se hace cargo. Entonces, que nos podemos exigir a nosotros mismos en cambiar las cosas? Nada, pero nos sentimos mal igual.
Esta frase «es lo que hay» a mi madre, que era una señora muy señorona por ejemplo, no le gustaba y cada vez que la escuchaba, se enfadaba. Y tenia razón.
Una cosa es aceptar la realidad, sin vivir entre sueños y otra muy distinta es resignarse a todo lo que hay. Porque esas cuatro palabras, son lapidarias.
Con lo que esta pasando, y los medios de comunicación apostando por la negativo y no por lo bueno, superar esa resignación es bastante complicado.
A mi me cuesta, como pienso a ustedes también. Me he propuesto hace mucho intentar ver lo bueno de las cosas, y superar lo malo, que todo lo tiene, pero hay gente cercana que con solo escucharles decir «hola» ya sabes que escucharas un rosario de negatividades y problemas.
Todos tenemos problemas que enfrentar el día a día, pero no por eso tenemos que andar desparramandolos a todo ser que nos topamos en las actividades diarias.
Pero lo peor que llevo de todo esto, es la desesperanza que he encontrado últimamente en mucha gente, pero sin reales motivos. Me explico.
Personas que están sanas, que no han perdido su casa, que no están boyantes pero pagan aun sus facturas, que no tiene problemas serios aparentemente. Porque quiero pensar que si están tan negativos ante todo y lo único que pretenden es su «depre» contagiarla al prójimo, algo serio tienen. No creo que si no lo tuvieran estarían así, porque sinceramente entonces no lo entiendo.
Todos aplicamos fórmulas distintas ante la vida, pero no nos debemos dejar abatir. Y no digo que algún día uno no tenga un bajón, es normal y se necesita, no siempre se puede estar «a tope». Pero hacer de la desesperanza el leitmotiv, no puedo con ello.
El uso de esa frase «es lo que hay» nos ha llevado a eso. A resignarnos de todo, y me niego.
Puedo tener épocas malas pero seguiré para adelante, como pueda, sino significara que me he dejado morir despacito. Y no será así.
Los males del mundo no son mi culpa, y no me resignare a pensar que las cosas pasan porque tienen que pasar (las casualidades no existen eso si que es verdad y lo tengo comprobado). Las cosas pasan o porque yo las generé o porque yo metí la pata. Nada más.
No «es lo que hay» sino «hay lo que es». Esa es la simple verdad de nuestra existencia.